«Llegará un momento en que habrá una ‘millonésima mujer’ que detonará el cambio de paradigma». Esa es la aspiración que comparte Mercè Brey en su último libro. Una idea que se sustenta en el concepto de resonancia mórfica, propuesto por la psiquiatra Jean Shinoda Bolen, que dice que si un número determinado de elementos de una misma especie tienen un mismo comportamiento, llegará un momento en que este comportamiento se extiende a la totalidad de la especie.
Con esto en mente, Mercé ha elaborado una guía que ayudará a las mujeres a saltar barreras, a encontrar un estilo más genuino de liderazgo y a descubrir cómo mostrar su propia voz. «Se trata de superar creencias y romper patrones, de cambiar las reglas del juego. Significa que hay que tener que saltar barreras, obstáculos y límites hasta convertirnos en nuestra mejor versión», dice. En esta entrevista, cuenta cómo ha sido el proceso de escritura y adelanta algunas de las ideas que ha plasmado en el libro.
Mercé Brey: «Las invito a que a co-crear una sociedad más equitativa»
¿Qué fue lo que te impulsó a escribir este libro? ¿De dónde surgió la inspiración?
Este libro es, de alguna manera, el poso de mi recorrido vital. Recoge, por un lado, mi experiencia en el mundo corporativo al frente de distintas responsabilidades: el haber sido la primera mujer presidenta de una cámara de comercio de más de cien años de antigüedad, el haber sido miembro en distintos consejos y comisiones donde era una de las pocas mujeres presentes -o incluso la única-. En ese entorno viví la experiencia de ser mujer en un contexto masculinizado.
Por otro lado, también refleja mis aprendizajes posteriores como consultora, tras acompañar a grupos de mujeres en su desarrollo profesional y hacer frente a los desafíos que aparecen a medida que escalamos posiciones en la estructura jerárquica. Y, por supuesto, recoge años de estudio e investigación volcados en decenas de artículos y mis tres libros publicados.
Lo que me impulsó a escribir este libro fue el deseo de contribuir al desarrollo profesional de la mujer, a que saltemos esas barreras y obstáculos que nos dificultan (muchas veces de forma sutil) desplegarnos con todo nuestro potencial.
¿Cómo ha sido el proceso de escritura?
Detrás de las páginas de este libro hay muchas horas de investigación, de conversaciones, de sintetizar aprendizajes, de modelar propuestas para poner a disposición herramientas que puedan ser de fácil aplicación y eficiente resultado.
Una vez recopilado todo el material, hubo un momento de introspección, de rebuscar recuerdos para compartir, para conectar desde mi propia vulnerabilidad con las lectoras. Un ejercicio retador pero muy saludable.
Con todo este material, me refugié unas semanitas en un pueblo tranquilo. Me levantaba cada día a las cinco de la mañana y no dejaba de escribir hasta que anochecía. Ciertamente un proceso intenso, pero tremendamente gratificante para mí.
«Ha sido un ejercicio retador pero muy saludable»
La incorporación masiva de la mujer al mercado es relativamente reciente. ¿A qué nuevos desafíos nos enfrentamos las mujeres en este contexto? ¿A cuáles crees que se enfrenta el mercado y, puntualmente, las empresas?
Las mujeres hemos estado durante miles de años en lo que se llama la esfera privada. Ahí nos dedicábamos al cuidado de la casa y de los seres queridos, lo que yo llamo metafóricamente «el cuidado del fuego del hogar». En ese contexto, tuvimos que desarrollar determinadas habilidades como la empatía, la capacidad de colaborar, la intuición o la flexibilidad.
Durante ese mismo período de tiempo, ¿dónde estaban los hombres? Pues estaban en la esfera pública, donde se conjugaban verbos como el competir, legislar, batallar o comerciar. En ese entorno, ellos tuvieron que desarrollar habilidades distintas, que tenían más que ver con la capacidad analítica: asumir riesgos, poner límites.
Efectivamente, la incorporación masiva de la mujer a la esfera pública es reciente, de hace tan solo unas cuantas décadas.
Hemos llegado a un entorno donde esas habilidades que hemos estado practicando durante tanto tiempo tienen un valor relativo. Por tanto, estamos en una clara desventaja competitiva. Enfrentamos un modelo repleto de sesgos inconscientes que se expresan en estereotipos y prejuicios, dando pie a creencias limitantes que emergen como auténticas barreras.
Aun así, hemos avanzado y seguiremos avanzando. Con consciencia y determinación. Eso sí, solo si dejamos de emular un patrón preestablecido y apostamos decididamente por cambiar las reglas de juego.
«Tenemos que cambiar las reglas de juego»
¿Podrías mencionar algunas de las barreras que deben superar las mujeres en el mundo laboral?
En el desarrollo profesional de la mujer, suelen darse ciertas dificultades que agrupo en tres categorías distintas: barreras, boicoteadores y obstáculos.
Las barreras son los sesgos inconscientes y su expresión en estereotipos, y también las creencias limitantes. Estas barreras producen unos fenómenos psicológicos que llamo boicoteadores, pues son procesos internos que pueden «boicotear» nuestro desarrollo profesional. Aquí encontraríamos el síndrome de la impostora, el de la carga mental o el de la abeja reina.
Por último, están los obstáculos, que tienen más que ver con la línea temporal de una carrera estándar: al inicio, está el eslabón roto; transcurridos unos años, la maternidad se torna una dificultad cuando debería ser motivo de regocijo; y ya transcurrido un trecho del camino, aparece el techo de cristal.
Lamentablemente, aún hoy en día, muchas mujeres tienen que lidiar a lo largo de su recorrido profesional con barreras, boicoteadores y obstáculos.
Si tuvieses que dar solamente un consejo para alguien que quiere liderar, ¿cuál sería?
Que tengan claro las reglas de juego del entorno laboral donde quieren desarrollar su carrera. Que tengan claridad sobre si realmente quieren jugar esa «partida» y si están dispuestas a aceptar las consecuencias. Si deciden jugar, que lo hagan conscientemente y que cuando sientan que dominan el terreno, ejerzan su influencia para cambiar esas reglas.
Las invito encarecidamente a que se sumen a co-crear una sociedad más equitativa y sostenible.
«Las invito a que se sumen a co-crear una sociedad más equitativa y sostenible»
¿Por qué has elegido el título «La millonésima mujer”?
Jean Shinoda Bolen, psiquiatra de formación y prolífera escritora, ha sido una de las mujeres referentes para mí. En uno de sus libros, llamado El millonésimo círculo, habla de un concepto que me pareció del todo inspirador. Se trata de la resonancia mórfica: cuando un número determinado de elementos de una misma especie tienen un mismo comportamiento, llega un momento en que este comportamiento se extiende a la totalidad de la especie. Y esto lo detona el elemento millonésimo.
La metáfora para mí es que, si hay un número determinado de mujeres decididas a saltar barreras, enfrentar boicoteadores y salvar obstáculos en pro de la equidad, llegará un momento en que habrá una «millonésima mujer» que detonará el cambio de paradigma.
Mi último libro insta a las mujeres a poner en valor esas cualidades que hemos estado practicando durante miles de años y que sirvan de catalizadoras para la co-creación de una nueva realidad, más equitativa, sostenible y humanizada. ¡Bienvenidos todos los hombres que resuenen con esta misión!
«Llegará un momento en que habrá una «millonésima mujer» que detonará el cambio de paradigma»
Sobre Mercé Brey
A Mercè Brey le apasiona trabajar con personas y organizaciones, a las que incita a que se cuestionen su desarrollo profesional y su forma de liderar. Es fundadora de la consultora BLUE (acrónimo de Balance, Leadership, Uniqueness y Empowerment), ha sido ejecutiva en banca, presidenta de una cámara de comercio y miembro de distintos consejos y comisiones.
Experta en desarrollo profesional de la mujer y liderazgo, es conferenciante internacional, asesora a altos cargos y colabora asiduamente con distintos medios de comunicación. Es también autora de Eres lo mejor que te ha pasado… ¡QUIÉRETE! y coautora de Alfas y omegas, el poder de lo femenino en las organizaciones, ambos publicados por Plataforma Editorial.
