Algunas personas piensan que la belleza es algo ligero, casi frívolo. Sin embargo, está mucho más presente en nuestras vidas de lo que imaginamos. Aparece en los gestos cotidianos, en esos rituales frente al espejo que ayudan a reconocernos y a empezar el día con confianza. La belleza no es solo apariencia: es identidad, autoestima y también dignidad. No se queda solo en lo personal. Tiene una dimensión social que nos conecta con los demás, nos permite expresar quiénes somos y nos da un sentido de pertenencia. Es un lenguaje compartido que evoluciona con la sociedad y que, bien entendido, puede ser una fuerza profundamente positiva.
Como refleja la Radiografía de la Industria Cosmética y del Perfume, publicada por Stanpa (Asociación Nacional de Perfumería y Cosmética), según 7 de cada 10 consumidores españoles, el uso de productos cosméticos no solo ayuda a mejorar nuestra imagen, sino que también refuerza la autoestima, la confianza y la expresión personal.
«Es un lenguaje compartido que evoluciona con la sociedad y que, bien entendido, puede ser una fuerza profundamente positiva»
Un sector en constante movimiento
Sin lugar a duda, la belleza es un sector en constante movimiento que busca permanentemente la innovación y sabe adaptarse a la perenne demanda del bienestar y a la búsqueda de la autenticidad personal.
En Europa, por ejemplo, la cadena de valor de la belleza contribuyó en 2024 con 180.000 millones de euros al PIB de la UE27. Cifra que equivale a al PIB combinado de Croacia, Eslovenia y Estonia. Hablamos de una industria que sostiene 3,2 millones de puestos de trabajo en Europa, superando, por ejemplo, el empleo total del sector de la automoción en la UE.
Además ha invertido más de 2.000 millones de euros en investigación y desarrollo desde 2021 para liderar la vanguardia en áreas cruciales como la sostenibilidad, tanto en el desarrollo de nuevos ingredientes, como en la creación de envases respetuosos con el planeta. Así lo pone de manifiesto el informe The Value of Beauty, elaborado por The Value of Beauty Alliance, una iniciativa impulsada por L’Oréal Groupe junto con quince empresas clave de la cadena de valor de la belleza y el cuidado personal.
Este papel impulsor de la economía de Europa por parte de la industria de la belleza se refleja también en España. Según Stanpa, la Industria Cosmética es uno de los principales sectores que contribuyen al dinamismo económico de nuestro país. En 2024 el sector experimentó un crecimiento del 7,7%, el doble del aumento del PIB nacional, contribuyendo al 1,03% del mismo. Los 345.000 puestos de trabajo que sostiene esta industria suponen, además, un 1,6 % del empleo total nacional.
«En 2024 el sector experimentó un crecimiento del 7,7%, el doble del aumento del PIB nacional, contribuyendo al 1,03% del mismo»

La esencialidad del cuidado del cabello
No podemos hablar de belleza sin hablar de la industria del cuidado del cabello, un pilar esencial sin el cual el sector de la belleza no sería lo que es hoy. Según Stanpa, genera directamente 118.000 empleos en los aproximadamente 52.000 salones de peluquería que hay en nuestro país. Prácticamente un salón por cada 900 habitantes.
Productos como el acondicionador y la mascarilla se han convertido en básicos de la rutina diaria, incluso por delante del maquillaje. Además, el cuidado capilar es la segunda categoría que más contribuye a nuestro bienestar, superando al maquillaje y solo por detrás de los productos de aseo, higiene y cuidado bucodental.
La importancia que se da al cabello en nuestra sociedad se refleja no solo en la compra de productos, sino también en las experiencias y servicios que buscamos en los salones de peluquería. Antes, los productos de hidratación o reparación se usaban de forma puntual, pero hoy las rutinas capilares incluyen exfoliantes, sérums o prechampús de manera regular.
Aumenta la frecuencia de visita al salón y también lo que estamos dispuestos a invertir en cada visita, que se traduce en la creciente demanda de tratamientos personales de alto valor añadido y servicios exclusivos que solo puede ofrecer el peluquero, como el balayage. La peluquería profesional experimenta un crecimiento del 8,54%, liderada por la coloración capilar profesional, que vuelve a crecer a un ritmo significativo del 13,5%, así como el tratamiento capilar, que lo hace al 12,5%, continuando la trayectoria positiva que ha experimentado en los últimos años.

El liderazgo femenino, un pilar fundamental de nuestro sector
Y si hay algo que no podemos olvidar es que las mujeres son un tejido clave de este sector. Representan alrededor del 80% de los trabajadores de los salones de peluquería, más de 93.000 profesionales. Su impronta también es importante en las 32 mayores empresas de la industria cosmética y la perfumería, donde el 55% de los cargos de dirección los ocupan mujeres. Y si ampliamos esta mirada a las 316 empresas analizadas por Stanpa, al 34% de los puestos de CEO y alta dirección están comandados también por mujeres.
Estos números reflejan algo mucho más profundo: la influencia que las mujeres tienen en la esencia misma del sector de la belleza. No se trata solo de ejercer altas responsabilidades o liderar equipos, sino de cómo su presencia y su forma de entender la empresa enriquecen cada aspecto, desde el cuidado del cliente hasta la innovación y la visión del negocio.
Su capacidad para combinar liderazgo estratégico con sensibilidad y cercanía genera ambientes de trabajo más inclusivos y culturas empresariales que responden mejor a las necesidades reales de las personas. En un ámbito donde la esencia está en el cuidado, el bienestar y la confianza, contar con mujeres al frente es fundamental.
Por todo esto, fomentar y apoyar la participación de las mujeres en todos los niveles de la industria no solo es justo, es también indispensable para garantizar un futuro sólido y lleno de significado para el sector.


