Elisa Genua siempre ha sabido lo que es vivir afuera. Desde que su padre fue expatriado a los Estados Unidos cuando ella era una niña, siempre tuvo la motivación de buscar una profesión que le permitiera moverse. Por suerte, la encontró.
Estudió Ingeniería en Organización Industrial en la Universidad de Navarra y actualmente se desempeña como GSC Europe Customer Satisfaction & Quality VP en Schneider Electric. Su labor la ha llevado a vivir en Brasil, Hungría y Francia, donde reside actualmente. «Me gusta mucho viajar y poder hacerlo dentro de mi trabajo. Lo considero un privilegio», dice en esta entrevista con Mujeres y Cia.
Elisa Genua: «Vivir lejos te abre la mente y te hace ver fuera de tu entorno»
Cultura y adaptación
¿Cómo surgió la opción de partir? ¿Qué fue lo que te impulsó a hacerlo? ¿Es tu primera vez?
No es mi primera vez, dentro de Schneider Electric he vivido en tres países 3 países diferentes: Brasil, Hungría y Francia; y en 5 lugares diferentes de España. Mi padre fue expatriado a Estados Unidos siendo yo una niña, por lo que siempre he sabido lo que es vivir fuera. Para mi fue una gran experiencia, por eso he tenido desde muy joven la motivación para buscar una profesión y una empresa en la que me pudiera mover. Me gusta mucho viajar y poder hacerlo dentro de mi trabajo. Lo considero un privilegio.
El primer país al que me fui fue Brasil. En aquel momento yo ya llevaba cinco años trabajando en la División Internacional y colaboraba muy estrechamente con Brasil, por lo que este traslado fue una evolución muy natural.
¿Cómo fue tu llegada y tu primera impresión? ¿Qué te atrajo y qué te chocó?
Sin duda, lo que más me impresionó al llegar fueron las diferencias sociales tan marcadas. En España, aunque por supuesto haya diferencias, está todo mucho más igualado. Para que nos entendamos, allí los ricos son muy ricos, y los pobres son muy pobres. Paradójicamente esto también me motivó profesionalmente, ya que puedes ver el impacto tan directo que tiene una multinacional como Schneider Electric en las comunidades en las que opera y puedes aportar mucho. La contribución de la empresa al progreso social de una zona en vías de desarrollo es muy visible. Mientras que en países como España en el que los niveles de desarrollo están más equilibrados, el impacto no es tan palpable. Incluso en Hungría, pese a ser un país completamente diferente a Brasil, también se podía ver esa contribución directa al progreso de la zona.
Lo que más me ha atraído en todos mis traslados es la diversidad cultural. Una de las cosas que más me gusta de vivir en otros países es la de aprender su historia y costumbres. Porque una cosa es lo que aprendes en los libros y películas, pero otra es vivirlo en primera persona y que la gente local te explique su propia historia. Es una experiencia muy enriquecedora.
«Lo que más me ha atraído en todos mis traslados es la diversidad cultural»
¿Cuáles han sido los mayores desafíos en tu adaptación profesional y personal?
Teniendo en cuenta que todos mis traslados se han debido a un progreso profesional, siempre han requerido un gran aprendizaje y capacidad superación. Pero si además le sumamos el cambio cultural al que me enfrentaba, el reto tomaba otra dimensión.
En el caso de las dos primeras expatriaciones, Brasil y Hungría, me fui completamente sola, por lo que para mí un reto personal fue el de cómo utilizar mi tiempo. Las posiciones de liderazgo suelen ser bastante solitarias, y todavía más cuando llegas nueva a un país diferente, por lo que es más difícil hacer amistades dentro del trabajo en comparación con otras posiciones. Aprendí a utilizar y aprovechar el tiempo muy bien, en gran parte para superar esos momentos de soledad. Llenaba mi agenda los fines de semana con planes, visitas turísticas, aproveché para leer mucho.
«Aprendí a utilizar y aprovechar el tiempo muy bien, en gran parte para superar esos momentos de soledad»
¿Qué diferencias notables has encontrado entre España y el país donde resides ahora?
Nos tenemos que ir a Francia, el último país donde he estado expatriada. Es muy curioso, porque Francia tiene unos desafíos sociales que si no resides allí es difícil que los veas. En España tendemos a sentirnos inferiores a nivel de desarrollo con respecto a otros países europeos, como Francia, y no nos hacemos idea de los retos particulares que enfrentan, hasta que resides en ellos.
Tenemos ideas preconcebidas de los demás países que luego no son reales. De hecho, cuando viajé a Sao Paulo también tenía prejuicios o esas ideas preconcebidas completamente erróneas. Porque descubrí una ciudad muy moderna y abierta. Creo que tener la oportunidad de vivir en otro país al que tendemos a ver como referente te abre bastante la mente.
Ahora bien, una de las diferencias más notables con Francia, y a la que mi marido le costó adaptarse, fue los horarios. Horarios de comidas, pero también de comercios y ocio. Creo que el concepto sobremesa solo lo conocemos en España.
¿Qué conexión tienes con España actualmente?
Como tenemos fábricas en España, y mi función comprende la cadena de suministro, puedo ir regularmente. Es cierto que la proximidad del país lo es todo, estando en Francia puedo coger un avión y en nada estoy en mi casa. Cuando estaba en Brasil apenas iba en vacaciones de verano y Navidades. Sin embargo, y como primicia, esto ya no va a ser un problema ya que estoy en proceso de volver a España, concretamente a Madrid.
¿Te relacionas con españolas expatriadas en el lugar donde vives?
Sí, siempre. Tanto de Schneider Electric como de fuera de la empresa y gente con circunstancias muy distintas. He conocido gente expatriada como yo pero también mucha gente que vivía viajando por ocio. Pero en mis círculos de amistad había gente de todas partes. Mis círculos principales eran personas de la propia empresa y al ser tan diversa y multicultural hice amistades de todas partes. Tal vez donde menos españoles/as he conocido fue en Hungría ya que había menos.
Aprendizaje y desarrollo
¿Qué valores, aprendizajes o habilidades te ha agregado vivir fuera?
Destacaría la empatía, ya que tienes que entender el contexto cultural de cada sitio, las circunstancias de cada uno y, sobre todo, no juzgar. Aprender a ponerte en el lugar de los demás, entendiendo que su contexto no es el mismo que el tuyo.
Una reflexión muy importante que hice siendo directora en una planta de Hungría, como mujer, fue lo afortunada que he sido de haber tenido la educación que he tenido. Es más, el mero hecho de tener una educación siendo mujer, en muchos países es un lujo y condiciona enormemente la vida que tendrás. Este es un tema que nosotras siendo españolas tenemos muy normalizado, que una mujer hoy en día tenga acceso a educación universitaria, por ejemplo. Pero ver de primera mano lo importante que es para el desarrollo de una mujer y de su autonomía el poder acceder a la educación te hace reflexionar sobre tus privilegios.
«Una reflexión muy importante que hice fue lo afortunada que he sido de haber tenido la educación que he tenido»
¿Cómo la experiencia te ha cambiado personalmente?
Toda experiencia como expatriada me ha ayudado a superar muchas barreras personales, desarrollar mis capacidades sociales y la adaptabilidad ante cualquier circunstancia. Vivir lejos te abre mucho la mente y te hace ver que fuera de tu entorno hay tantas cosas, tan buenas o incluso mejores que las que ya conoces. Todo lo que he vivido me ha ayudado a desarrollarme como persona y expandir mi conocimiento del mundo que me rodea.
Impacto social y familiar
¿Cómo ha afectado tu decisión de emigrar a tus relaciones personales?
Por supuesto afecta, sobre todo en las amistades, pero creo que está en la voluntad de uno esforzarse por fortalecer los vínculos. Yo sigo teniendo mi grupo de amigos de siempre, creo que no se trata tanto de la cantidad de tiempo que paso con ellos sino la calidad del tiempo que les dedico.
Además, hoy en día con la cantidad de medios que tenemos a nuestra disposición es más sencillo acortar la distancia física que nos separa. Esto también aplica en el sentido contrario, por ejemplo, tengo un grupo con mis amigas de Brasil con las que sigo manteniendo el contacto.
Pero sin duda estas experiencias me han aportado mucho más en cuanto a relaciones personales, que lo que ha podido afectar negativamente. Es más, conocí a mi marido en Brasil, un cántabro que también estaba expatriado.
¿Cuáles son los aspectos sociales que más añoras de España?
Estando en Francia lo que comentaba antes, la vida social y horarios. Pero en general diría que lo que más he echado de menos en todos los países que he vivido ha sido la familia y, cómo no, la comida.
Consejos
¿Algo que hubieras querido saber antes de embarcarte en esta experiencia?
Que todo tiene su proceso y hay que aprender a confiar en él. Todos los cambios cuestan y más cuando te mudas a la otra punta del mundo, lejos de tus seres queridos. Pero ahora sé que al principio pasaré un tiempo “valle” en el que todo puede hacerse más cuesta arriba, pero que eventualmente y poco a poco, me adaptaré.
¿Qué le dirías a alguien que está a punto de irse de su país por cuestiones laborales?
¡Que se tiren a la piscina! Es una experiencia muy enriquecedora que siempre llevarás contigo, independientemente de lo que pasé con tu vida profesional. Podrás cambiar de posición, incluso de empresa, pero esta vivencia siempre te sumará, todos los recuerdos, personas y experiencias. Tienes más que ganar que perder, así que adelante.
Perspectivas futuras
¿Cómo marcha tu plan a futuro? ¿Tienes pensado regresar?
Sí, como te comentaba, este 2024 estaré de vuelta en Madrid.
Pide un deseo…
La vida es un reto, por lo que mi deseo es ser capaz de superar todos los retos tanto personales como profesionales que se presenten ante mí.
Hoja de ruta para no perderse en Francia
- Una visita a Alp D’huez
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- Una cafetería especial es cualquier boulangerie artesanal, concretamente la Patisserie Etienne Culot
- Un restaurant con especialidades del país es Bistrot de la Gare
- No te vayas sin visitar Saint-Emilion
- Llévate de recuerdo algo de la ribera francesa.
