El 29 de abril de 1999 fue un día lluvioso en la ciudad de Valladolid, tal como recuerda Ana Hernando. Ese día significó un antes y un después en su vida personal, pero sobre todo en su carrera artística. Fue la primera vez que una escultura realizada por ella posaba en la vía pública.
El Ayuntamiento de la ciudad le había encargado una obra para el barrio de Las Delicias, donde se habían llevado a cabo trabajos de reacondicionamiento. Puntualmente, le pidieron que sea un homenaje a la Mujer Contemporánea. Fue así como Ana Hernando le dio vida a la escultura «Danzando para la luna», una obra en bronce de dos metros de altura sobre una base de granito de un metro y medio.
«En febrero de 1999, tras finalizar la exposición que tuve en el Palacio de Pimentel en Valladolid, recibí el encargo de hacer una escultura como homenaje a la Mujer Contemporánea. Como escultora, este era un sueño que pensaba que se cumpliría mucho más adelante, pero ese fue el momento», relata ella en entrevista con Mujeres y Cía.
El orgullo que siente por este trabajo va mucho más allá de ver una de sus obras en la vía pública. Cuando se cumplieron 20 años de su inauguración, Ana escribió en su página web: «Es una obra realmente especial para mí, precisamente por ser un homenaje a la mujer, con una mujer como figura protagonista y siendo yo la escultora».
Y ahora vuelve a reafirmar ese sentimiento: «Que la primera obra pública sea una de mi estilo personal era un regalo añadido, fue un reto que me ponía a prueba y lo afronté con ilusión, cariño y una gran responsabilidad».
«Como escultora, este era un sueño que pensaba que se cumpliría mucho más adelante, pero ese fue el momento»
¿Cómo fue el proceso de creación de la escultura?
En aquel entonces, no tenía el estudio que tengo ahora, tuve que trabajar en una nave de un tío mío donde guardaba las cosas del campo. Realmente hacía mucho frío en febrero en la sierra madrileña, pero adaptarme a las circunstancias ha sido para mí una constante y nunca ha supuesto un freno a mis ganas de crear. Modelé los doscientos kilos de barro bien abrigada, nerviosa por saber cómo sería acogida esta escultura en la ciudad, en ese barrio que la vería a diario, pero con la confianza de que en ella estaba mi compromiso en dar lo mejor.
«Modelé los doscientos kilos de barro bien abrigada, nerviosa por saber cómo sería acogida esta escultura en la ciudad»
¿Cómo te sientes hoy, a 25 años de aquel día?
Veinticinco años después, “Danzando para la luna” mantiene la frescura y el movimiento que conecta con quienes se acercan a ella. Creo que en su aniversario volveré a sentir esos nervios, esa ilusión y la responsabilidad que sentí al modelarla. En 1999 llovió intensamente y espero que esta vez el sol nos acompañe, pero si vuelve la lluvia tampoco borrará la sonrisa de un aniversario tan especial, le daré la bienvenida como a una bendición. También las nubes suelen ser una constante en las inauguraciones de mi esculturas públicas, aunque siempre respetan el día del montaje y no siempre llueve.
En conmemoración por los 25 años, la artista realizará dos actos que invitan a descubrir más sobre esta obra y se espera que sirvan de conexión entre las esculturas que esta artista tiene en la ciudad y los vallisoletanos que las disfrutan. Es una ocasión para dialogar sobre la obra pública y el reto que supone para el artista.
A las 12, tendrá lugar un encuentro junto a la escultura, ubicada en la Avenida de Segovia, donde la escultura dará la bienvenida a quienes se acerquen a celebrar este aniversario. A las 18, Ana Hernando impartirá una conferencia, “El reto de la escultura pública”, con entrada libre hasta completar aforo, en la Casa Revilla (Calle Torrecila, 5). Tras su ponencia se abrirá un coloquio donde los asistentes podrán intercambiar impresiones y conocer aquellos detalles interesantes sobre el arte en la ciudad y lo que mueve a esta escultora a expresarse a través de sus obras.
«En el encuentro con la escultura y en la conferencia que impartiré, en el 25 aniversario, tendré la oportunidad de compartir el reto que supone realizar una obra pública, una ocasión para agradecer a la ciudad de Valladolid la confianza y la apuesta por integrar la escultura como parte de su identidad. «Arte para vivir» es mi lema y ese día también será un poco el de quienes celebren conmigo mis primeros pasos«, finalizó la artista.
Más sobre Ana Hernando
Ana Hernando realizó su primera exposición individual en 1988, antes de ingresar en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Complutense de Madrid, donde se licenció en 1993 con la especialidad de escultura. En 1997 obtuvo una subvención del Ministerio de Cultura para la promoción del arte español y las nuevas tendencias.
En julio de 2023 realizó una exposición retrospectiva celebrando sus 35 años de trayectoria artística ininterrumpida que, a lo largo de estos años se ha extendido tanto en el territorio nacional como internacionalmente.
De sus 15 esculturas públicas destacan, entre otras: el conjunto «¡Bienvenidos!» (2008) dedicado a la película de Luis García Berlanga rodada en Guadalix de la Sierra (Madrid) en 1953; su obra «Aire de vida» (2008) en Luzón (Guadalajara); la escultura «La victoria da alas» (2011) en Colmenar Viejo (Madrid) y la más reciente «Somos abrazo» (2020) en homenaje a la solidaridad vivida durante la pandemia, ubicada en la Puerta de Madrid de Alcalá de Henares en 2022 y en Mejorada del Campo en 2023, de la que nace el proyecto interdisciplinar «Somos Abrazo. Art & Dance».
Ha escrito tres libros entre 2017 y 2020: una novela, una autobiografía y otro de fotografías y reflexiones. Ha creado numerosas obras para premios como el «Premio Joven» de la Fundación General de la UCM, el «Premio Prodís de CERMI Comunidad de Madrid» o el «Premio ALMA» de la Fundación Real Madrid.
Sus obras se encuentran en diferentes instituciones y colecciones privadas de España, Alemania, Suiza, Japón, EEUU, Finlandia y Francia. En 2022 y 2023 fue candidata a las Top 100 Mujeres Líderes en España. Continúa trabajando en su estudio de la sierra de Madrid, tanto en su obra personal como de encargo.