El 7 de julio Holanda y Estados Unidos se daban cita en el estadio Des Lumieres (Lyon) para disputar el Mundial de Fútbol Femenino 2019. La victoria de esta última selección colocaba a su cocapitana Megan Rapinoe (California, 1985) en el foco mediático. Una posición que la centrocampista y extremo del Seattle Reign, ganadora del Balón y Bota de Oro en el mundial de Francia, ha aprovechado para hacer activismo como miembro del colectivo LGTB y feminista comprometida. Ha condenado públicamente la homofobia, se ha manifestado en contra de la violencia racial y ha subrayado la desigualdad salarial latente en el mundo del deporte. Un discurso en el que volvía a insistir durante un acto oficial en el ayuntamiento de Nueva York.
“Tenemos que ser mejores. Tenemos que amar más y odiar menos. Tenemos que escuchar más y hablar menos. Tenemos que saber que es responsabilidad de los que estamos aquí reunidos y también de los que no están. Cada persona que está de acuerdo y que no lo está. Es nuestro deber hacer de este mundo un lugar mejor. Creo que este equipo hace una gran labor cargando con este compromiso sobre sus hombros y entiendo perfectamente el papel que jugamos desde esta plataforma pública. Sí, nosotras nos dedicamos al deporte, jugamos al fútbol, engrosamos la lista de mujeres atletas, pero somos mucho más que eso. Ustedes son mucho más que aficionados al deporte que sintonizan el Mundial cada cuatro años, son personas que caminan diariamente por la calle e interactúan con la comunidad. ¿Y cómo hacen que su comunidad sea mejor?”, interpelaba Megan Rapinoe a una audiencia que se extendía más allá de los oyente allí presentes.
“Es el momento de estar juntos. Esta conversación tiene que alcanzar el siguiente nivel. Tenemos que colaborar, y eso va por todos. Esta es mi petición: haz lo que puedas, pero no te encierres en ti mismo. Sé mejor, se más grande de lo que has sido hasta ahora. Esta selección es un ejemplo de lo que ocurre cuando lo haces. Es un grupo increíble que ha sacrificado mucho para estar aquí celebrándolo con ustedes con una sonrisa. Hagan lo mismo por nosotras, por favor se lo pido”, concluye Megan Rapinoe, autora de uno de los dos goles que dieron la victoria a Estados Unidos frente a Holanda el pasado domingo. Un alegato que ha superado la barrera geográfica para desordenar la conciencia colectiva, llamar a la acción y promover, en último término, una sociedad saludable.