Sonia Sotomayor, contra lo que han sugerido con aviesa intención sus adversarios, no será juez del Tribunal Supremo de los Estados Unidos en una especie de operación oficiosa de discriminación positiva (es mujer y no es anglosajona), sino porque su perfil se acomoda perfectamente a lo que el presidente Obama buscaba.
Y resulta que bajo la Constitución norteamericana el presidente, jefe del poder ejecutivo más explícito del mundo por decisión de los padres fundadores (jefe del Estado y del gobierno sin primer ministro alguno) tiene la atribución de escoger un candidato y enviarlo al Congreso para su aprobación. De modo que el riesgo del presidente es elegir a alguien que no supere el primer y severísimo filtro del comité de asuntos jurídicos de la cámara, pero por 13 votos contra seis, Sonia Sotomayor ha sido aprobada.
El riesgo del presidente es elegir a alguien que no supere el primer y severísimo filtro del comité de asuntos jurídicos de la cámara, pero por 13 votos contra 6, Sotomayor ha sido aprobada.Con la mayoría demócrata en el Senado, de 60 contra 40 y el voto de calidad del vicepresidente Biden, presidente de lcámara alta en caso de empate, se da por hecho que la juez neoyorquina de origen puertorriqueño será nombrada la próxima semana.
Y la comunidad latina podrá decir que, tras tener diputados, senadores, generales, embajadores, fiscales generales y artistas, muchos artistas, tiene ahora un juez del TS, el respetadísimo cuerpo que con jueces vitalicios hace, además, las veces de Tribunal Constitucional.
Esto explica la batalla que se salta cada vez que hay una vacante y la lucha por el control del color político y social del órgano alcanza en la fase de aprobación inicial momentos de tensión y crudeza de los que Sonia Sotomayor, naturalmente, no se ha librado. Pero qué bien los ha soportado, sorteado y contrarrestado. Los equipos que, del lado republicano, buscaron hasta en la primera de sus sentencias a la presunta izquierdista radical perdieron su tiempo. Tanto que un republicano, Lindsay Graham, votó por su nominación y la elogió.
Obama la elogió personalmente, tras sopesar mucho el grupo de aspirantes que le presentaron sus colaboradores y en el que había otras varias mujeres, las acreditadas Elena Kagan, Diane P. Wood y Leah Ward Sears. La señora Sotomayor fue elegida y ya tiene un pie en el umbral del prestigioso y decisivo TS. Sustituye a otro progresista, el juez David Souter, nombrado por un republicano, el presidente Bush (padre) y que resultó un liberal. No hay, pues, gran cambio a la vista en la interpretación de las leyes. Pero sí un mensaje de Obama que es, antes que nada, de igualdad: “obamismo” puro…
*Por Elena Martí, periodista y analista política.
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