Muchos de los productos de limpieza y belleza que utilizamos con frecuencia contienen elementos químicos. Para prevenir efectos indeseados, reacciones en la piel o intoxicaciones es importante utilizarlos con precaución. Emplear la cantidad adecuada, manipular las sustancias correctamente, evitar su aspiración y el contacto directo con la piel son medidas de prevención que a veces olvidamos en las urgencias diarias.
Cuidado con las intoxicaciones
Los productos de limpieza autorizados para uso doméstico son seguros, siempre y cuando los usemos bien. A veces no prestamos atención y creemos que no es importante seguir las instrucciones de la etiqueta o colocarnos elementos de protección. Nos damos cuenta de su relevancia cuando el daño ya está hecho.
Unas de las afecciones más comunes son las alergias, las dermatitis y problemas respiratorios como consecuencia de la exposición prolongada. Los productos químicos de limpieza ingresan al organismo por vías respiratoria, piel y ojos, principalmente.
Instituto Nacional de Toxicología registró un aumento notable de intoxicaciones por la mezcla de productos de limpieza contra el coronavirus
La intoxicación por mal uso de productos de limpieza, existe. De hecho, el año pasado, al inicio de la pandemia de coronavirus, el Instituto Nacional de Toxicología registró un aumento notable de intoxicaciones por la mezcla de productos de limpieza contra el coronavirus
Actualmente, la exposición a productos de limpieza es la causa de 1 de cada 5 intoxicaciones (19,4%) que se producen en España, según datos del Instituto Nacional de Toxicología y Ciencias Forenses. Ocupa el segundo lugar de las consultas recibidas, por detrás de las intoxicaciones por medicamentos (51,8%).
Utiliza protección
Productos cáusticos como la lejía, el amoníaco y el salfumán son los que más consultas generan en las salas de urgencia. Se trata de sustancias corrosivas, que utilizadas sin protección pueden dañar la piel o lesionar los tejidos con los que entren en contacto como una quemadura. Están presentes en esta gama de productos del hogar que empiezan con «D»:
- Desinfectantes: lejía o amoníaco.
- Desengrasantes: ácido clorhídrico, también llamado aguafuerte o salfumán.
- Desatascadores: hidróxido de sodio, conocido como sosa cáustica.
Si vamos a manipular estas sustancias es fundamental el uso de mascarillas, guantes y demás sistemas de protección. De esta manera, protegemos la piel de posibles lesiones, alergias y dermatitis que habitualmente producen estos químicos corrosivos.
Los guantes y mascarillas son indispensables para no sufrir intoxicaciones.
Además de su composición, la cantidad de producto con la que entramos en contacto, la concentración y el tiempo de exposición pueden agravar el poder tóxico o corrosivo. No debemos olvidar de mantener estos elementos de limpieza lejos del alcance de los niños. Incluso es recomendable evitar utilizarlos en su presencia, de personas mayores y embarazadas.
No mezcles productos
Con el afán de limpiar más y mejor, a veces, se combinan varios productos de limpieza, con la falsa creencia de que así se logrará un mayor poder de desinfección. Lo que en realidad sucede, es que aumenta la peligrosidad. La intoxicación se produce al inhalar el gas que se origina al mezclar líquidos de limpieza y que producen una reacción química.
Cuatro pasos para prevenir
- Guardar los productos de limpieza en un lugar seguro, lejos del alcance de los niños.
- Leer siempre las etiquetas de los productos, las advertencias y el modo de empleo antes de usarlos.
- Utilizar guantes para la manipulación de estas sustancias.
- No mezclar los productos.