En el Día de la Igualdad Salarial, la Federación Española de Mujeres Directivas, Ejecutivas, Profesionales y Empresarias (FEDEPE) ha lanzado un llamamiento al conjunto de la sociedad y a las instituciones para abordar la persistente brecha salarial de género que continúa afectando a las mujeres en España. Así lo verifican también siete de cada diez directivas, profesionales y autónomas consultadas en el III Barómetro FEDEPE.
Los datos más recientes de la Agencia Tributaria revelan que la brecha salarial en España se sitúa en un alarmante 19,89% con un salario medio anual de 25.137 euros para los hombres y tan solo 20.138 euros para las mujeres.
Es decir, son cerca de 5.000 euros de diferencia en los ingresos anuales que podrían ser determinantes en las economías familiares.
Los contratos temporales, gran parte del problema
Además, resulta preocupante observar cómo la diferencia entre hombres y mujeres con contratos temporales se ha multiplicado por 12 desde el inicio de la pandemia en 2020. Según la última Encuesta de Población Activa (EPA), el número de mujeres contratadas temporalmente supera significativamente al de hombres, con una brecha que se ha ampliado de manera alarmante en los últimos años.
Asimismo, los datos de la EPA nos muestran una desigualdad flagrante en cuanto a la distribución del trabajo a tiempo parcial, donde las mujeres representan más del triple de los hombres en esta modalidad laboral. Además, el número de mujeres que trabajan a tiempo parcial para el cuidado de familiares es abrumadoramente mayor que el de hombres en la misma situación, evidenciando una carga desproporcionada de responsabilidades de cuidados sobre las mujeres.
Causas y factores
Según la Fundación Woman’s Week, la brecha salarial responde a una desigualdad estructural cuyo origen lo podemos identificar en diversos factores:
- Discriminación de género: La discriminación directa o indirecta basada en el género es una de las causas fundamentales de la brecha salarial. Esto puede manifestarse en decisiones de contratación, promociones, asignación de responsabilidades y aumentos salariales.
- Segregación ocupacional: La segregación de género en ciertos campos y ocupaciones es común. Las mujeres a menudo están más presentes en sectores con salarios más bajos, mientras que los hombres pueden dominar áreas con salarios más altos. Esta segregación contribuye a la disparidad salarial.
- Brechas en la educación y habilidades: Las diferencias en la educación y las habilidades también pueden influir en la brecha salarial. Factores como la elección de campos de estudio y la falta de acceso a oportunidades educativas pueden contribuir a diferencias salariales.
- Interrupciones en la carrera: Las interrupciones en la carrera, especialmente relacionadas con la maternidad, pueden afectar negativamente los ingresos de las mujeres. Las pausas en la carrera y la falta de continuidad laboral a menudo se traducen en menos experiencia y oportunidades de ascenso.
- Negociación salarial: Las diferencias en las habilidades y disposición para negociar salarios también son un factor. Las mujeres, en algunos casos, pueden enfrentar desafíos culturales o estructurales que dificultan la negociación de salarios, lo que puede resultar en salarios más bajos.
- Cultura organizacional: Las prácticas y culturas organizativas que perpetúan estereotipos de género y no abordan activamente la igualdad salarial también contribuyen a la brecha. Ambientes de trabajo que no fomentan la equidad pueden limitar las oportunidades de avance para las mujeres.
- Falta de transparencia salarial: Cuando las políticas salariales no son transparentes, las mujeres pueden no estar al tanto de las disparidades salariales y, por lo tanto, no pueden abordar activamente la inequidad.
- Percepciones y estereotipos de género: Las percepciones y estereotipos de género arraigados en la sociedad pueden influir en las decisiones de contratación, promoción y remuneración, contribuyendo a la brecha salarial.
Es evidente que la igualdad salarial y laboral sigue siendo una asignatura pendiente en nuestro país. Es fundamental garantizar la igualdad de oportunidades y derechos para todas las personas, independientemente de su género.
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