La preocupación oficial por los efectos de la crisis en la Argentina quedó hoy, una vez más, en evidencia. Por primera vez desde que comenzó la debacle económica, Cristina Kirhner admitió públicamente que el Gobierno deberá actuar para "amortiguar" el impacto del colapso en la coyuntura local.
Lo hizo durante un discurso que dio en la Casa Rosada tras el encuentro que mantuvo con su par de México, Felipe Calderón, su primera actividad oficial tras la gira a Africa del Norte que la tuvo fuera del país toda la semana pasada.
"Este momento de crisis nos obliga a aunar esfuerzos, recursos e inteligencia entre los países de la región para amortiguar lo más posible esta crisis para que nuestras sociedades no sufran por los errores que se cometen en otras latitudes", planteó.
Tal como lo hace últimamente cada vez que habla de la debacle económica, la Presidenta no dejó pasar la oporunidad de criticar a los "grandes centros" de la economía mundial por su "responsabilidad" en el colapso. "Vemos con mucha preocupación los efectos de esta crisis que, no hay que olvidarlo, ha nacido en los grandes centros de la economía", remarcó.
"Relación fundamental". Además, la jefa del Estado aprovechó para destacar las "oportunidades" que, afirmó, abundan en el comercio bilateral entre ambas naciones y celebró la "colaboración" entre los países para la "lucha" contra el narcotráfico.
"La relación con México es fundamental, no sólo desde el punto de vista económico, sino también comercial y de política estratégica", ahondó. En particular, agradeció la "enorme solidaridad" demostrada por México con el recibimiento de argentinos exiliados durante la última dictadura.
Desde que estalló la crisis financiera, luego devenida en colapso económico, hace más de dos meses, el Gobierno pasó de minimizar la debacle a admitir que deberá ocuparse activamente de los efectos en la Argentina.
En Nueva York, durante la última asamblea de la ONU, la jefa del Estado se había ufanado de que la economía argentina estaba lo suficientemente fuerte como para hacer frente a la nueva coyuntura. Incluso, había asegurado que no necesitaba pensar en un "plan B".
Las progresivas admisiones de preocupación corrieron por cuenta de Néstor Kirchner que la semana pasada, ya sin medias tintas, reclamó "responsabilidad" a los empresarios, en un intento por presionarlos para evitar despidos.
Sobre todo el impacto en el mercado laboral preocupa a la Casa Rosada. Tanto, que prepara una serie de medidas de incentivo a la industria, que podrían ser anunciadas por Cristina Kirchner cuando mañana se reúna con la cúpula de la UIA, que lleva adelante su reunión anual en Pilar.
Según fuentes oficiales, los primeros bocetos del plan incluyen eventuales estímulos fiscales para la industria, aunque diferenciados sector por sector. Por ejemplo, para el sector automotor, habrá planes de financiamiento y diversas medidas arancelarias. Además, se alentará la creación en cada empresa de un modelo de auto económico, con algunas prestaciones menos.
También se analizan reintegros impositivos, recortes de retenciones a exportaciones industriales, financiamiento y medidas fiscales. Y no se descarta que se apruebe una reforma fiscal que permita el pago de cargas patronales a cuenta de otros impuestos, como IVA o Ganancias.
Cristina Kirchner estuvo reunida con Calderón en la Casa Rosada durante poco más de una hora. En la audiencia firmaron varios acuerdos bilaterales, entre ellos, uno referido a la lucha contra el narcotráfico.
Tras el encuentro oficial, Cristina Kirchner aprovechará para mostrarle a Calderón los avances en la restauración del mural Ejercicio plástico, del artista mexicano David Alfaro Siqueiros, que había estado abandonado y ahora comenzó a ser restaurado en la Casa Rosada.