Septiembre es mucho más que el fin de las vacaciones: es el inicio de un nuevo ciclo para las empresas. Volver a la productividad, retomar proyectos, ajustar objetivos y devolver a los equipos al máximo rendimiento exige algo más que planificación. Implica liderazgo consciente, estrategias adaptadas y, sobre todo, una gestión del talento que ponga en el centro tanto la productividad como el bienestar.
La vuelta a la rutina se ha transformado en un momento estratégico para las organizaciones. Ya no se trata solo de volver a trabajar, sino de hacerlo con motivación, foco y resiliencia en un contexto donde la flexibilidad y la salud mental son tan importantes como los resultados. ¿Cómo afrontan este desafío quienes están al frente de los equipos? ¿Qué prácticas están funcionando y qué aprendizajes dejan estas transiciones?
Para responder a estas preguntas, reunimos la experiencia de cuatro líderes que gestionan áreas clave en sus compañías: Paula Céspedes, Directora de Recursos Humanos en DOJO; Amira Bueno, Directora de Recursos Humanos de Cigna Healthcare España; Montserrat Arias, CEO y fundadora de Bemypartner; y Beatriz Calabria Martín, Head of Marketing, Communication & Sustainability en Europ Assistance. Todas ellas comparten su mirada sobre cómo acompañar a los equipos en este regreso y qué estrategias marcan la diferencia en la productividad y el compromiso.
Las estrategias de 4 líderes para volver a la productividad

Paula Céspedes es directora de Recursos Humanos de Dojo en España, fintech especializada en soluciones y tecnología del mundo de los pagos. Es licenciada en Psicología por la UCM y máster en Gestión de Recursos Humanos por EAE Business School. En Dojo, su rol es fundamental para impulsar el plan de Diversidad e Inclusión y las medidas de Wellbeing.
Tras las vacaciones, ¿cuáles son los principales retos que enfrentas personalmente para retomar la productividad?
El gran reto postvacacional es volver al ritmo de una empresa que está creciendo a grandes pasos en España. Para mí, es vital desconectar en vacaciones para volver con las energías renovadas y dar lo mejor de mí misma en la vuelta a la rutina. El desafío es mantener el estado mental sereno y no dejar que la inercia del «hacer por hacer» se imponga.
Otro reto es aceptar que la transición requiere tiempo. Muchas veces nos exigimos estar al 100% desde el primer día, cuando en realidad es más realista asumir un período de ajuste. Personalmente, intento recordar que la productividad no significa velocidad, sino generar un impacto de valor. Esta mirada me ayuda a evitar caer en la trampa de querer abarcar todo de golpe cuando vuelvo.
¿Tienes algún método o rutina que te ayude a pasar de un período de descanso a un período de alta concentración?
Para mí es fundamental crear rituales de transición. Por ejemplo, antes de volver a la oficina, suelo dedicar unas horas a organizar mi espacio de trabajo y a planificar cómo quiero que se desarrolle la semana. Quizás sea un pequeño gesto simbólico, pero que me que me ayuda a concentrarme en el día a día y dejar atrás la dispersión típica de las vacaciones.
También me apoyo mucho en la gestión del tiempo a través de bloques de concentración. No intento resolverlo todo de golpe, sino que comienzo con tareas que me motivan o que tienen un resultado tangible inmediato. Esa sensación de logro inicial genera el impulso necesario para afrontar asuntos más complejos.
«La transición requiere tiempo. La productividad no significa velocidad, sino generar un impacto de valor»

Amira Bueno es directora de Recursos Humanos de Cigna Healthcare España. Licenciada en Psicología por la Universidad Complutense de Madrid, Máster en Desarrollo y Gestión del Conocimiento por la misma universidad y MBA por la Universidad Carlos III. Ha trabajado en roles clave destacándose por su enfoque centrado en las personas y su capacidad para impulsar la excelencia en todas las etapas del ciclo de vida de los empleados.
¿Qué estrategias utilizas para identificar y priorizar tareas críticas en las primeras semanas?
Antes de las vacaciones dejo una pequeña hoja de ruta con lo que quedará pendiente y lo que seguro necesitaré abordar a la vuelta. Ese recordatorio me ayuda a no volver «a ciegas». Una vez regreso, intento separar lo urgente de lo importante, aunque no siempre es fácil. Para organizarme, me suelo preguntar qué necesita realmente de mi atención ahora, qué puede esperar un par de días y qué es mejor derivar o revisar con calma.
«Me suelo preguntar qué necesita realmente de mi atención ahora, qué puede esperar un par de días y qué es mejor derivar o revisar con calma»
¿Cómo gestionas la sensación de culpa o presión por “no llegar a todo” en el inicio de curso?
Con la naturalidad de reconocer nuestros estados de ánimo. A estas alturas, he aprendido que es imposible tenerlo todo bajo control desde el primer momento. Me ayuda mucho ser realista con lo que puedo abarcar y hablarlo también con el equipo, estableciendo prioridades. Si todos nos damos un poco de margen al principio, es mucho más fácil coger impulso de forma saludable. Al final, lo importante no es hacerlo todo el primer día, sino hacerlo bien en los siguientes.
¿Tienes algún método o rutina que te ayude a pasar de un periodo de descanso a un periodo de alta concentración?
No tengo una fórmula exacta, pero sí un par de costumbres que me funcionan. Evito llenar la agenda de reuniones los primeros días, trato de comenzar el día temprano y me reservo momentos tranquilos para pensar y organizarme. También intento empezar con tareas que me resulten agradables o que me ayuden a recuperar la dinámica del día a día. Volver a coger ritmo lleva un par de jornadas, y creo que hay que permitirse ese margen sin sentirse mal por ello.

Montserrat Arias es CEO y fundadora de Bemypartner. Es Licenciada en Periodismo por la UAB, Máster en comunicación empresarial por la UPF, PDD por el IESE y DIBEX por el ISDI. Tiene posgrados en Media Management (INESDI), Comunicación de Crisis (UPF) y ha realizado el programa de formación en IESE de Mujeres en Consejos de Administración. Es especialista en formación de crisis, portavoces y liderazgo femenino.
Tras las vacaciones, ¿cuáles son los principales retos que enfrentas personalmente para retomar la productividad?
Personalmente, uno de mis principales retos es aceptar que a mí también me va a costar. Cuando eres empresaria y además tienes un nivel de exigencia y autoexigencia muy alto te visualizas entrando a trabajar al 150%, super motivada y comprometida y siendo eficiente y productiva desde el primer segundo.
La realidad es que también somos humanas: echamos de menos las vacaciones, los paseos, la familia, la naturaleza y, por supuesto, también nos cuesta empezar. Asumirlo es el primer reto y “permitirme” no estar al 100% desde el inicio. Es algo que forma parte del proceso y que habrá momentos mejores y otros más pesados. Si no lo aceptamos así, lo único que conseguiremos es más frustración por tener expectativas poco realistas.
«La realidad es que también somos humanas: echamos de menos las vacaciones, los paseos, la familia, la naturaleza y también nos cuesta empezar»
¿Qué estrategias utilizas para identificar y priorizar tareas críticas en las primeras semanas?
En primer lugar, no dejarnos llevar por esas tareas que podrían requerir horas, pero no son tan prioritarias. Cuando volvemos de vacaciones, podemos caer en la tentación de confundir estar ocupado con estar enfocado y ser eficiente. Si empleamos nuestras horas con lo que va surgiendo, tendremos la sensación de haber estado ocupadas, pero no habremos hecho nada que tenga un resultado real.
Algo que a mí personalmente me funciona para recuperar la motivación es empezar con tareas que van a suponer un logro importante y alineado con mis objetivos. Es decir, si mi principal misión en la agencia es la atracción de nuevos clientes, voy a priorizar aquellas gestiones que impulsen esto. Así esta satisfacción me ayudará a estar motivada para todo lo demás.
Otro aspecto que empiezo a trabajar enseguida son aquellos pasos que hay que dar ahora para que en futuro todo sea más fluido. Por ejemplo, ponernos manos a la obra con acciones que a lo mejor tienen lugar en noviembre, diciembre o incluso en 2026, pero que debemos empezar a organizar. La mejor estrategia siempre será planificar nuestro tiempo en función de nuestros objetivos y priorizar aquellas tareas que nos lleven a cumplirlos.

Beatriz Calabria Martín es Head of Marketing, Comunication & Sustainability de Europ Assistance. Tiene más de 20 años de experiencia en el sector del marketing y la comunicación. Durante los últimos 18 años, ha trabajado en Europ Assistance, donde ha impulsado estrategias innovadoras. Actualmente está totalmente comprometida con la sostenibilidad, manteniéndose al día de todas las prácticas sostenibles de su sector.
¿Cómo gestionas la sensación de culpa o presión por «no llegar a todo» en el inicio de curso?
Aprendí hace años que la autoexigencia desmedida solo genera ansiedad. Comparto con el equipo expectativas realistas y delego a cada una de las personas del equipo el trabajo del que sea responsable. Conversar abiertamente sobre prioridades con los compañeros y pedir ayuda reduce esa presión interna y genera un ambiente de apoyo mutuo, incrementando la productividad de todo el equipo.
Intento aplicar la misma lógica en mi vida personal. Me marco objetivos alcanzables, priorizo lo verdaderamente importante y me permito un tiempo de adaptación. Recordar que todos atravesamos este mismo proceso tras las vacaciones favorece la empatía, tanto en el entorno laboral como en el familiar, y ayuda a mantener un equilibrio sano entre la productividad y el bienestar.
«La autoexigencia desmedida solo genera ansiedad. Comparto con el equipo expectativas realistas y delego a cada una de las personas del equipo el trabajo del que sea responsable»
¿Tienes algún método o rutina que te ayude a pasar de un periodo de descanso a un período de alta concentración?
No sigo un método complejo, pero sí aplico una serie de pasos básicos que me ayudan a readaptarme con rapidez. Lo primero que hago es poner un poco de orden: reviso y limpio el correo, organizo mi escritorio y actualizo las tareas pendientes. Esa sensación de tener todo bajo control me permite arrancar con mayor claridad mental.
Además, aunque tengo reuniones programadas, reservo intencionadamente algunas horas sin interrupciones ni distracciones. Ese espacio protegido es clave para recuperar la concentración y marcar un buen ritmo de trabajo desde el inicio.
Por último, me gusta empezar con los temas estratégicos. Abordarlos al principio me ayuda a entrar de lleno en lo que considero más importante para el año, asegurando que mi energía renovada tras el descanso se canalice hacia aquello que tendrá mayor impacto.