2025 será un año crucial para el marketing. No se trata solo de evolución, sino de una verdadera transformación de fondo. Las reglas del juego están cambiando: la tecnología avanza, el consumidor se vuelve más exigente, y la privacidad se convierte en un pilar ineludible. En este contexto, las marcas que triunfen serán aquellas capaces de combinar innovación con inteligencia, datos con ética y creatividad con medición.
Mario Torija, Publisher Development Director de LiveRamp en España, identifica cinco tendencias clave que marcarán el futuro del sector. No son modas pasajeras: son señales claras de hacia dónde va el marketing. Las organizaciones que sepan leerlas e integrarlas a tiempo estarán un paso adelante.
1. Medición omnicanal: entender al consumidor en cada paso
Vivimos en una era de consumo fragmentado. Un mismo usuario puede interactuar con una marca a través de su móvil, su televisor inteligente, su ordenador y una plataforma de streaming… todo en un solo día. Pero medir este comportamiento disperso sigue siendo uno de los grandes retos del marketing actual.
En 2025, la capacidad de medir campañas en tiempo real y en múltiples plataformas ya no será una ventaja competitiva, sino una necesidad estructural. Los anunciantes deberán invertir en soluciones que les permitan integrar datos de diferentes fuentes, identificar puntos de contacto clave y optimizar la experiencia de usuario a lo largo de su recorrido.
El foco no está solo en saber cuántas impresiones genera una campaña, sino en comprender qué canal impulsa más la conversión, dónde se produce el mayor impacto emocional, y en qué punto se pierde la atención. Según el informe Marketing Trends 2024 de Deloitte, integrar la medición en todos los canales es ya una prioridad para más del 70% de los directores de marketing.
2. Retail media: la gran oportunidad (si se hace bien)
El crecimiento del retail media es uno de los fenómenos más impactantes de los últimos años. Grandes distribuidores están transformando sus activos digitales —webs, apps, plataformas de ecommerce— en potentes espacios publicitarios. Esto les permite ofrecer a las marcas acceso directo a datos de comportamiento de compra y a audiencias altamente segmentadas.
Pero este crecimiento acelerado ha traído consigo una nueva urgencia: la estandarización. Sin métricas comunes ni sistemas de medición comparables, los anunciantes no pueden evaluar de forma efectiva el retorno de sus campañas. La falta de coherencia entre plataformas puede generar ineficiencias y frenar la inversión.
2025 será el año en que el retail media se consolide como una línea de negocio madura, pero solo si se establecen criterios compartidos y herramientas interoperables. Las marcas exigirán transparencia, trazabilidad y comparabilidad para poder integrar este canal en su estrategia global.
3. La inteligencia artificial como acelerador de decisiones
La inteligencia artificial ha cambiado el paradigma del marketing. Lo que antes era terreno de la ciencia ficción, hoy es parte integral de muchas campañas: automatización de flujos, generación de contenidos, predicción de comportamiento, personalización masiva, análisis de sentimiento, y mucho más.
La clave para 2025 no será simplemente “usar IA”, sino integrarla de forma estratégica y ética en el núcleo del negocio. Esto implica revisar procesos, capacitar equipos y establecer una gobernanza clara del uso de la tecnología. No se trata de sustituir el talento humano, sino de potenciarlo.
Además, la IA está modificando la forma en que los usuarios buscan información y toman decisiones. Plataformas como ChatGPT o Perplexity AI están redefiniendo los motores de búsqueda, ofreciendo respuestas más directas y conversacionales. Para las marcas, esto significa repensar su posicionamiento digital: ya no basta con estar en Google, ahora hay que optimizar para la inteligencia artificial.
Según McKinsey, más del 60% de las empresas líderes ya utilizan IA en sus procesos de marketing y ventas, y esta cifra no hará más que crecer.
4. Identidad digital: privacidad y personalización pueden coexistir
La desaparición de las cookies de terceros y las regulaciones en aumento (como el RGPD en Europa) están empujando a las marcas hacia un nuevo modelo de relación con el consumidor, basado en la identidad digital y el consentimiento.
En 2025, no se podrá construir una estrategia de marketing sólida sin una arquitectura de datos respetuosa con la privacidad. La clave será desarrollar mecanismos propios de recopilación y activación de datos (datos first-party), e implementar tecnologías que permitan personalizar sin invadir.
Este nuevo modelo tiene ventajas: permite una relación más directa, más auténtica y, sobre todo, más sostenible en el tiempo. Las marcas que logren unificar los datos de sus usuarios bajo una identidad segura y ética podrán ofrecer experiencias consistentes, relevantes y medibles.
LiveRamp, por ejemplo, impulsa soluciones que permiten la conexión entre datos sin comprometer la seguridad del usuario, utilizando identificadores que preservan el anonimato y el control por parte del consumidor.
5. Fragmentación y nuevos formatos: navegar un entorno complejo
El consumo de contenido se ha vuelto más selectivo y premium. El usuario está dispuesto a pagar por evitar la publicidad, pero también valora los anuncios relevantes, bien producidos y que aportan valor. Al mismo tiempo, nuevas plataformas —desde el streaming hasta los mundos virtuales impulsados por IA— están multiplicando los puntos de contacto posibles.
En este escenario, las marcas deben repensar su estrategia de medios. Ya no basta con estar en muchos sitios; hay que estar bien. Esto implica trabajar con datos en tiempo real, conectar los mensajes entre canales y colaborar con socios estratégicos para lograr consistencia y coherencia.
La fragmentación exige más planificación, más creatividad y más precisión. Pero también abre la puerta a experiencias publicitarias más ricas, más inmersivas y más efectivas. El reto es mantener el equilibrio entre innovación y claridad de mensaje.
Conclusión: 2025 será un año para decidir
El marketing entra en una nueva etapa. Ya no se trata solo de impactar, sino de medir, entender, anticipar y construir relaciones más inteligentes y humanas. Las tendencias que marcarán 2025 —medición omnicanal, estandarización, inteligencia artificial, identidad digital y diversificación de plataformas— no son independientes entre sí: forman parte de un ecosistema más maduro, más complejo y más exigente.
Las marcas que lideren esta transición serán las que apuesten por la inteligencia estratégica, la innovación responsable y la colaboración con sus socios tecnológicos.


