Nuria Rodríguez es una de las investigadoras que se enfrenta al gran desafío de encontrar una fuente de energía limpia y eficiente, capaz de abastecer las necesidades globales. Rodríguez, que actualmente es investigadora posdoctoral en la Universidad de Cambridge, ha desarrollado su labor en el campo de las tecnologías de Captura y Almacenamiento de Carbono (CCS, por sus siglas en inglés). Su objetivo es "encontrar la manera de asegurar un suministro de energía fiable, eficiente y asequible, con bajas emisiones de carbono y que sea respetuoso con el medio ambiente".
Hasta ahora, los sistemas con mayor implantación para la captura del CO2 generado tras la combustión de carbón en centrales térmicas se basa en líquidos absorbentes convencionales -por ejemplo, aminas- que operan a temperaturas bajas y ofrecen una pobre eficiencia termodinámica, lo que supone una pérdida sustancial de energía y unos costes asociados que desincentivan su utilización.
Nuria destaca "no solo por tener un currículum académico impresionante, sino porque está involucrada en un proyecto con mucho futuro y un gran potencial a nivel internacional, ya que afecta al calentamiento global".Para solucionarlo, la investigadora leonesa ha desarrollado una tecnología llamada "Ca-looping", que alterna la carbonatación y calcinación de un compuesto de óxido de calcio (CaO) como medio de captura de CO2. El principal avance es que -al igual que otros sistemas CLC (Chemical Looping Combustion)- el "Ca-looping" funciona a altas temperaturas, lo que permite aprovechar las corrientes de gases calientes que se generan para producir energía adicional.
Para Cedric Latessa, director de inversiones en Aster Capital y cofundador de Plasticelectronics, además de juez de los premios TR35 Spain, Nuria destaca "no solo por tener un currículum académico impresionante, sino porque está involucrada en un proyecto con mucho futuro y un gran potencial a nivel internacional, ya que afecta al calentamiento global".
El "Ca-looping" destaca frente a otros CLC porque puede aplicarse en centrales ya existentes y porque utiliza un sorbente que proviene de la caliza, barato y ampliamente disponible en la naturaleza. Por el contrario, el resto de CLC, pese a ser también procesos potentes de captura de CO2 en desarrollo, están orientados a integrarse en centrales de nueva construcción y usan mayoritariamente sorbentes sintéticos y, por lo tanto, más caros.
Técnicas como esta, aún en fase de prueba, podrían reducir hasta un 30% el coste de las CCS. Lo saben bien empresas como Gas Natural Unión Fenosa, a la que Nuria transfirió una patente de su tecnología, de la que es coautora. Actualmente, Gas Natural Unión Fenosa está construyendo una planta piloto de 300 kilovatios para probar esta tecnología que, aplicada a la combustión de biomasa, se traduce en emisiones negativas de CO2 cuando se combina con una etapa de almacenamiento geológico.
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