Diez consejos para tratar con un superior tóxico

 

Cuando el comportamiento de una persona superior genera situaciones incómodas en el ambiente laboral y provoca malestar en algún trabajador o trabajadora, hablar con ellos suele ser lo último que se quiere hacer.

Sin embargo, evitar hablar, sea sobre el tema que sea, conlleva el riesgo de lectura mental mutua. Es decir, todos imaginan lo peor de los demás hasta que esas (malas) percepciones construyen una imagen que funciona en contra de nosotros y nuestra carrera.

Antes de llegar a al punto de querer abandonar e irse, se puede elegir intentar trabajar mejor con el superior actual.

Tan pronto como reconozca que hay un problema, lo mejor es abordarlo. Pero no debe hacerlo de una manera impulsiva, ya que es difícil mantener el diálogo cuando se mezclan emociones de enojo, susto o conmoción. Lo ideal es acercarse con el pensamiento adecuado, un plan estructurado y un repertorio de respuestas listo.

En primer lugar, es necesario preguntarse: ¿Qué pasará si no tienes esta conversación con tu jefe? ¿Qué puedes ganar si lo haces y obtienes todo lo que necesitas? Aquí hay diez formas para lidiar con jefes tóxicos.

1. Entiende por qué algo se siente mal.

Indaga más en tus sentimientos. ¿Qué estás sintiendo? ¿Miedo? ¿A qué le tienes miedo específicamente y en qué se basa? Al separar los hechos de la historia, se restaurará la calma suficiente para dejar de tambalearse y, en cambio, ser intencional.

2. Considere lo que ganará de una conversación valiente con su jefe.

Comprender los riesgos. ¿Cuáles son las implicaciones para su relación laboral, su equipo y su futura carrera si lo hace y si no lo hace? Sugerencia: sea muy honesto acerca de si es culpable de leer la mente (adivinar lo que cree que piensan) y si su instinto es evitar la confrontación.

3. Elabore un iniciador de conversación valiente.

Querrá algo que enmarque el propósito de la empresa o asociación. Es mejor evitar ser personal o ponerse a la defensiva desde el principio. Por ejemplo: «Pedí este tiempo juntos porque he estado pensando mucho en lo que pasó (cuando…). Lo que más me preocupa es que parece que ha afectado nuestra asociación de trabajo. Me pregunto si podemos hablar de eso. Me gustaría entender mejor lo que te está pasando y compartir lo que encontré desafiante. Espero que al tener esta discusión podamos trazar una línea, explorar cómo se siente acerca de trabajar juntos y colaborar en las formas en que trabajaremos bien juntos en el futuro».

4. Ensayar. Ensayar. Ensayar.

Guíe su discusión tres veces: una vez desde su propia punto de vista, una vez desde la perspectiva del interlocutor y la tercera vez, desde fuera de ambas perspectivas, como si fuera un narrador de la historia. ¿Por qué? Al ensayar tres veces, puede pasar de la verdad a la percepción y de las acusaciones a los sentimientos. Tendrá la habilidad de seguir reformulando y mantener abierta la comunicación.

Emplear la empatía lo ayudará a comprender a su jefe y tomar la iniciativa de mejorar las dinámicas que no funcionan bien.

5. Califique su tercer guión «externo».

¿Su conversación establece claramente lo que quiere expresar a la otra persona? Explore activamente lo que necesita entender de ellos. Anticípese a lo que podrían decir. Luego ajusta lo que dices y cómo lo dices hasta que realmente puedas imaginar un flujo en el diálogo. Estás practicando permanecer abierto al hacer esto.

6. Aborde sus puntos de diferencia como sociedad.

Tenga en mente tres puntos que invitan a un enfoque de asociación para superar sus puntos de diferencia (no «problemas»), para que ambos puedan concentrarse en tener éxito nuevamente.

7. Enfrente sus sentimientos, para que pueda responder, no reaccionar.

Mientras ensaya, notará sus sentimientos detrás de los argumentos y acusaciones. Enfrentarlos. Con una mayor conciencia de sus sentimientos, se sentirá más en control. Comprenda y acepte que lo que está reaccionando puede ser más antiguo que su jefe y la situación actual; esto le dará una perspectiva poderosa.

8. Sé el mejor escuchando.

En este punto, ha resuelto la gran barrera para tener conversaciones valientes: la habilidad. Todo lo que queda es escuchar activamente cuando su jefe comparte su perspectiva. Mantenga sus respuestas provenientes de un lugar de aprendizaje y resolución de problemas mutuos.

9. Decide cuándo y dónde.

Su confianza estará creciendo ahora, por lo que es hora de fijar un tiempo para hablar mientras este pensamiento aún está fresco. ¿Cuándo y dónde es el momento adecuado para reservar tiempo juntos? Considere cuándo será menos presionado y más propicio para su jefe, así como sus preferencias.

10. Sepa que la gestión no ha terminado cuando termina esta conversación.

Haga un seguimiento con una nota de las decisiones tomadas en conjunto. Demuestra su liderazgo interno y les brinda a ambos un marco procesable para avanzar en su trabajo conjunto, algo a lo que regresar si necesita corregir el rumbo nuevamente en el futuro.

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