Teresa Vega, Rectora de la Universidad Nacional del Comahue (UNCo) no recuerda haber tenido obstáculos en su carrera por ser mujer. Es la primera Rectora, formada en la región, que tiene la institución. Asumió interinamente, a propuesta del Consejo Directivo, durante una de las crisis más extensas que transitó esta casa de estudios y hace un año fue electa por las urnas. Considera que hoy es fundamental que la vida universitaria se impregne de la perspectiva de género.
En marzo pasado el Consejo Superior de la UNCo que tiene diseminadas facultades a lo largo de las provincias de Río Negro y Neuquén, resolvió emitir sus títulos en género masculino y femenino según corresponda. Hace seis meses, mediante Resolución se decidió apoyar el debate parlamentario que impulsó la Campaña por el Aborto Legal, Seguro y Gratuito, el inicio de una serie de cambios que buscan promover la igualdad de género en la formación universitaria local.
Hay algunos cambios interesantes en relación a la construcción de la perspectiva de género dentro de esta Universidad, el hecho que sea la primera Rectora electa, egresada de esta casa de estudios es el primero a destacar.
Sí, soy la primera Rectora graduada en el Comahue, creo que esto en sí es importante para esta casa de estudios.
Si bien usted se formó en los años 70, período histórico bastante peculiar en la participación de mujeres en política, ¿tuvo dificultades en su carrera hacia el Rectorado por ser mujer?
No, en absoluto. Fui la primera Decana mujer del proceso democrático (Facultad de Turismo). En aquel momento también había ganado la titularidad de la cátedra y tenía que presentar un proyecto de investigación, emprender cosas totalmente nuevas en el período que se inauguró y buscábamos fortalecer la participación democrática, y acá estoy (se ríe). En 1986 todos eran varones los decanos y el rector también, nueve varones y yo solita.
Y con este cuadro de situación ¿cómo era la convivencia con ellos?
Nunca me sentí mal, al contrario, me ayudaban, otros ya habían sido decanos y me ayudaron en mis primeros pasos en el cargo. Yo era muy joven y valoré esa ayuda, siempre fueron muy respetuosos y muy compañeros, por fortuna no tuve malas experiencias. Por otra parte en el Concejo de Rectores sigue siendo abrumadora la presencia masculina, somos cinco mujeres y 40 varones que representan a todas las Universidades del país.
Usted tiene toda una vida en la Universidad, ¿qué cambios advierte en relación al avance de las mujeres en las universidades, la construcción de una perspectiva de derechos humanos al interior de las carreras, a los desafíos que presenta la construcción de igualdad?
Nosotros no tenemos todavía una estadística que refleje estos datos, y esto en sí es todo un dato. Ha aumentado la presencia femenina en las aulas o en la conducción universitarias, hoy- si comparamos con mi experiencia en el 86, hay un avance importante en presencia y participación, si tomamos un período democrático. Ha habido una apertura muy importante de la mujer, en general. Deberíamos sacar alguna estadística al respecto, me das una buena idea.
Con respecto a género hubo otros debates, el apoyo institucional al proyecto de ley que espera ser debatido en el Congreso para despenalizar el aborto; y hubo un fuerte debate porque una alumna fue golpeada por un alumno que vivía en una residencia de esta Universidad, y esto desnudó la falta de políticas para este tipo de situaciones.
En nuestra universidad es todavía muy difícil tener una normativa que sanciones este tipo de conductas de los estudiantes, se intentó acordar un código de convivencia mínima en la Universidad y se armó un lío bárbaro en el Concejo Superior, se interpretó mal. En esta Universidad y por nuestra idiosincrasia particular, cuesta mucho tener normativa para pautar algunos códigos mínimos de convivencia en general y en particular, como en el caso de la alumna agredida por el alumno. Yo creo que son deudas que tenemos y debemos avanzar en ese sentido para que cuando ocurran cosas así tengamos un mecanismo de protección, tener claro que no puede ser igual que el que le pega a una alumna que el que no le pega. Este tema tenemos que trabajarlo con los estudiantes.
Fue interesante lo que sucedió en la Facultad de Derecho, una gran mayoría se inclinó por expulsar al violento de la residencia y la Comisión de Mujeres de esa facultad pidió que el agresor tuviese un tratamiento, que no se lo expulse pues de este modo la institución perdía una oportunidad de transformar esa conducta en un adolescente.
Yo coincido con que la expulsión no resuelve el problema sino que lo agrava, por eso es imprescindible que nos demos un mecanismo de apoyo para revertir una situación que seguramente es producto de una larga historia, que no se revierte de un día para otro; tampoco me parece adecuado hablar de la sanción por la sanción misma, sino de intentar un mecanismo adecuado de abordaje de estas problemáticas, pero no la expulsión porque con la expulsión se agrava el problema.
Parte en el Concejo de Rectores sigue siendo abrumadora la presencia masculina, somos cinco mujeres y 40 varones que representan a todas las Universidades del país.
Vuelvo a repetir, hay un concepto de equidad en las conductas de las personas, debe quedar claro que no es lo mismo que se pegue a una compañera que no; y eso debe tener su sanción, que no sea la expulsión, que se sancione pero con contención, por ejemplo con el acompañamiento terapéutico.
¿Y en las facultades hay avances de la construcción de la perspectiva de género dentro de las carreras o de avanzar hacia una perspectiva de los derechos humanos, pues de esto se trata esta perspectiva?
En Humanidades tenemos un posgrado en género, a cargo de la profesora Nélida Bonacorsi, ella hizo un doctorado en Oviedo sobre esta temática y ha venido desarrollando un trabajo muy interesante con universidades chilenas a través de la Legislatura de Neuquén conjuntamente con esta Universidad con el objeto de potenciar este tipo de líneas de trabajo. Pero es un trabajo de posgrado, no aparece como demanda de las facultades en la formación de grado, por lo menos durante el tiempo que llevo de gestión.
¿Y apoyaría la iniciativa de hacerlo, de instalar esta perspectiva de DDHH? La rectora de la Facultad de Derecho de la UBA comentó la experiencia en esa Universidad, les llevó dos años de trabajo y hace un año por Resolución se aprobó una ‘alfabetización básica en DDHH’ en la formación de grado.
Claro que sí, sería excelente empezar a trabajar sobre la perspectiva de derechos y la perspectiva de género en la UNCo, quizá podemos empezar a hablarlo en este momento, ya que el Concejo de Rectores tiene una Resolución y una programación para trabajar en pos de los Objetivos de Desarrollo del Milenio. Y en el mes de junio desde la Secretaría de Políticas Universitarias se va a promover la Igualdad de género y la autonomía de la mujer. Deberíamos presentar algún tipo de programa para hacerlo en esta Universidad, pues va a haber apoyo financiero para hacerlo.
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