Tras la controversia que ha suscitado Jean-Claude Juncker como presidente electo dentro y fuera de las filas del partido popular europeo, finalmente, el Consejo Europeo ha dado luz verde al nombramiento, a pesar de que todavía resta la ratificación oportuna por el Parlamento Europeo. La democracia funciona, a pesar de los intereses de los distintos estados miembros y de las distintas posiciones políticas de los ciudadanos europeos. La figura de Juncker se impuso en las pasadas elecciones (221 votos a favor contra los 191 de los socialistas europeos), y finalmente ha salido como cabeza de la "guardia de los tratados", como también se conoce a este organismo.
"Personalmente, me hubiera gustado tener a una presidenta para la Comisión Europea. Estoy pensando en Viviane Reding" En el año 2003, tuve la oportunidad de conocer personalmente al Sr. Juncker. Yo trabajaba en una fundación europea, la European University Foundation – "Campus Europae", con domicilio en Luxemburgo, cuyo objetivo era, y sigue siendo, la realización del Proceso de Bolonia. Se trata de un proceso iniciado a partir de la Declaración de Bolonia, acuerdo que en 1999 firmaron los ministros de Educación de diversos países de Europa (tanto de la Unión Europea como de otros países como Rusia o Turquía), en la ciudad italiana de Bolonia, y que dio inicio a un proceso de convergencia que tenía como objetivo facilitar el intercambio de titulados y adaptar el contenido de los estudios universitarios a las demandas sociales, mejorando su calidad y competitividad a través de una mayor transparencia y un aprendizaje basado en el estudiante cuantificado a través de los créditos ECTS.
En aquel tiempo organicé y lideré un "Tour d’Europe" para promover los fines de Campus Europae, con 24 estudiantes europeos de 10 países diferentes. Durante dos semanas viajamos a once universidades europeas, desde Limerick (Irlanda) hasta Trento (Italia), desde Aveiro (Portugal) hasta Minsk (Bielorrusia). Tuvimos la magnífica oportunidad de hablar y discutir con políticos, catedráticos y otros estudiantes.
Fue precisamente en Luxemburgo, donde nos dio la bienvenida el Sr. Juncker, como uno de los patrocinadores de Campus Europae. Fue y es, un hombre muy educado y muy culto, habla cinco idiomas, y tomó muy en serio nuestros argumentos. Estuvo con nosotros aproximadamente dos horas y pudimos conversar y discutir con él sobre nuestras sugerencias, dudas e ideas.
Bien es cierto que, personalmente, me hubiera gustado tener a una presidenta para la Comisión Europea. Estoy pensando en Viviane Reding. Los dos luxemburgueses mantienen una buena relación y el Sr. Juncker tenía el apoyo político de la Sra. Reding, hasta el día de hoy. Por ello tengo la esperanza que el Sr. Juncker devolverá dicho apoyo, llegado el momento, y que dentro de cinco años tendremos a la Sra. Reding como líder de la institución europea que tan importante es para todos los ciudadanos europeos.
*Katharina Miller es abogada
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