Esta crisis es un aviso para navegantes, no podemos remendar la situación y volver al pasado porque un remiendo siempre acaba agrietándose. Lo que hay que hacer es cambiar y para eso tenemos que desterrar los paradigmas y esquemas mentales por los que nos hemos estado rigiendo, porque ya no valen.
Como cualquier enfermedad hay que pasarla y tomar los fármacos que nos preparen para afrontar la siguiente etapa con garantías.
La solución es una cuestión de todos. En el mundo de la empresa, los profesionales no pueden quedarse quietos y esperar que sea la cúpula directiva la que recete el medicamento para curarnos, todos somos responsables de salir de esta enfermedad que tiene cura, pero para ello es necesario que tomemos conciencia de la situación y que la abordemos con valentía, coraje y esperanza.
Como cualquier enfermedad hay que pasarla y tomar los fármacos que nos preparen para afrontar la siguiente etapa con garantías. Debemos saber dónde estamos y hacia dónde queremos dirigirnos. Sin estas dos cuestiones bien claras, ¡qué más da qué camino cojamos!
A veces los cambios pueden doler, pero una inyección que no se ponga a tiempo puede traer graves consecuencias. Ya es hora de poner en marcha todas las pautas que se vienen pregonando desde hace varios años. Los hábitos de higiene empresarial ya no se pueden aparcar. No podemos gestionar esta crisis desde los comportamientos que han primado en las empresas hasta ahora.
Las medias tintas ya no valen, la doble moral está en desuso y, como la moda, hay cosas que ya no se llevan y otras que marcan tendencia.
No se lleva:
- Abordar la crisis desde los hábitos actuales.
- Apalancarnos en nuestra zona de confort y ver la vida pasar.
- No cambiar.
- Pensar que son los otros los que tienen que cambiar.
- Creer que lo sabemos todo y no escuchar.
- Hacer lo mismo y pensar en la dirección de siempre.
- Decir que sí a todo y asentir como un coro griego a todo lo que diga el jefe.
- Creer que todo lo que provenga de la alta dirección es verdad.
- Excluir y marginar a los que percibimos como diferentes.
- Acusar y buscar culpables.
- Hablar en clave de sexo femenino y masculino.
- Decir «no» por sistema.
- Salvar sólo mi territorio.
- El control por encima de todo.
- Las empresas aisladas.
- El victimismo.
Se lleva:
- Desaprender para volver a aprender.
- Flexibilizarnos ante nuevas situaciones.
- Estar dispuestos a descomponer las cosas para crear nuevas combinaciones.
- Abordar lo que nos genera conflicto y volverlo oportunidad.
- Estimular la participación y la colaboración.
- Argumentar las decisiones.
- Delegar de verdad y dejar hacer.
- Difundir nuestro punto de vista desde el respeto.
- Tener en cuenta que hay tantas perspectivas como personas y que las diferentes opiniones suman.
- Integrar a las personas en igualdad de condiciones en el proyecto empresarial.
- Abrir la mente.
- Crear un proyecto en el que todos ganen, no sólo unos pocos y siempre los de arriba.
- Gestionar desde la visión del bien común.
- Crear espacios de libertad individual.
- Las empresas integradas.
- La ilusión, desde el discurso realista y comprometido.
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