Más allá de los tiempos por venir, habrá que tener en cuenta que, como cualquier mujer en el poder, Kamala Harris estará en el ojo del huracán. Y eso, supone que la mirada, como las armas, estará cargada de sesgos. Sin embargo, su perfil, promete titulares: sabe que el poder se lo ha ganado a fuerza de sacrificios, de estrategias, de entender por qué era necesario tenerlo. El poder sirve para hacer. Y ella lo sabe.
¿Qué papel jugará en la dupla presidencial? Según los antecedentes, su rol será clave en muchos sentidos. Ya habrá tiempo de juzgarla por sus actos. Démosle ahora el beneficio de la duda. O echemos la vista atrás y recordemos la gestión «Trumpilla» -Trump + pesadilla- que acaba de concluir.
Por eso y hasta nuevo aviso, la apuesta por Kamala Harris, al ser una mujer en el poder, siempre es más compleja. Deberíamos hoy más que nunca, hacer el esfuerzo de “desvestir” nuestros prejuicios.
La apuesta al ser mujer en el poder, es más compleja y hoy más que nunca deberíamos “desvestir” nuestros prejuicios.
En un año, quizás el más tremendo e incierto de los últimos que vivimos, la opción no es mala. Empecemos entonces por juzgar su paso por la Casa Blanca, por sus resultados. Dicen quienes saben, que una de las brechas más invisibles es que a los hombres se los juzga por su potencial y a las mujeres por sus resultados. Peleemos entonces contra el sexismo que estará presente en la inercia informativa, y en los comentarios de los mundillos mediático y “rediático”.
Los temas que la definen son igualdad, justicia penal, reforma migratoria y licencias familiares. Pero también acceso universitario o la lucha contra el cambio climático, que eran ya parte de sus prioridades muchos años atrás. Cuando su notoriedad no era ni el 10 % de lo que alcanzó como candidata a la vicepresidencia de los EE.UU. y será un pálido reflejo frente a las cifras de hoy. Lo que sí está claro, es que su elección modificará poco los mapas del poder, pero hará un favor a la toma de conciencia sobre la representatividad de las mujeres en el #poderpolítico.
Los hashtags más vinculados a su perfil son #feminista, #progresista, #ecologista, #techodecristal, hablando de las múltiples barreras que rompió y que hoy hace trizas con este hito.
#feminista, #progresista, #ecologista, #techodecristal, son algunas de las múltiples barreras que rompió y que hoy hace trizas con este hito.
Un origen que marca su pelea
La Fiscal General de California, Kamala Harris, ya había hecho historia convirtiéndose en la segunda mujer negra en ser elegida para el Senado de Estados Unidos. Había ingresado a la carrera al tiempo que 20 mujeres afroamericanas ocupaban un sitio en la Cámara de Representantes: no había habido antes presencia de una mujer negra en el Senado.
Encontraré los contras, pero hoy prefiero centrarme en los pros
- Creo que su determinación y pelea, han hecho de ella un ejemplo y la respuesta a una pregunta que me hago y hago a las mujeres: ¿para qué sirve el poder?
- Me atrapan su elocuencia y arrojo. Curtida en los interrogatorios, que sabe convertir en un auténtico infierno, su experiencia como fiscal la convierten excelente argumentadora que no excluye el sentido del humor.
- Que haya sido dura crítica de Biden en su momento y se haya convertido luego en aliada, es un handicap que diferenció a la dupla de la “dinámica de Trump”: no hubo castigo por el desafío.
- Fue dura con Wall Street y el sector financiero, lo que también habla de su coraje frente a un statu quo difícil de enfrentar.
- Los insultos de Trump -desagradable, ama de casa de los suburbios, etc- la fortalecieron, la impulsaron aún más a alcanzar sus objetivos con la seguridad de su valía.
una de las brechas más invisibles es que a los hombres se los juzga por su potencial
y a las mujeres por sus resultados.
Aún así, Kamala lo logró.
Lo que sabemos de Kamala y las perspectivas del ¿segundo caballero?
Nacida en Oakland, Kamala es la mayor de dos hijas, de una madre india -científica que falleció de cáncer en 2009- y un padre jamaicano -profesor de economía-. Su hermana menor, Maya Harris, fue abogada y asesora principal de políticas de la campaña de Hillary Clinton y hoy está a su lado.
Licenciada en ciencias políticas y economía en la Universidad de Howard, tras graduarse, lanzó su carrera como fiscal adjunta de distrito en California. En 2003, fue elegida Fiscal de Distrito de San Francisco por dos mandatos y en 2011, juró como Fiscal General, convirtiéndose en la primera persona de color y mujer en ocupar el cargo
Douglas Emhoff, el marido con el que se casó en 2014, tiene dos hijos que han puesto a Kamala el apodo de “momala”, algo que a ella la enorgullece. Él, prestigioso abogado de origen judío que lo dejó todo para trabajar en la causa -Kamala- que asegura que la relación está basada en la paridad y respeto mutuo- también marcará un hito: será el primer hombre en ocupar esa posición a partir de enero. ¿Cómo lo llamarán? ¿segundo caballero? La historia, afortunadamente, continúa.