Morgado y la larga pelea por transformar pautas culturales

Al frente del Inadi, está Claudio Morgado, un hombre que viene de la televisión, donde trabajó 20 años. Reacio a la implementación de acciones de discriminación positiva, como las cuotas, está preocupado por cómo trabajar en la prevención de la discriminación, con políticas públicas que tiendan a modificar las pautas culturales. Además, participó de la reunión entre Cristina Fernández y Dilma Rousseff, y comparte sus impresiones. Hace hincapié en la educación y el rol de los medios de comunicación en la transformación de los estereotipos.

¿Qué proyectos viene desarrollando el INADI en relación a la discriminación por género?
Nosotros lo que vemos es que es un momento político histórico como nunca hemos tenido en relación al avance de derechos civiles de minorías o de posiciones no hegemónicas, como el caso de género. Nunca hemos vivido un proceso así. Tenemos la Ley de Prevención de Violencia de Género, la Ley de Trata, la reglamentación del Protocolo de la CEDAW. Esto en los últimos dos años. Es una decisión política muy fuerte. Ahora el tema es que institucionalmente después, estas cuestiones legislativas hay que bajarlas a políticas públicas concretas, bajar territorialmente, y en ese sentido creo que el Inadi puede jugar un rol muy interesante.

La verdad que fue muy emotivo ver a las dos presidentas, de países tan importantes, por primera vez en la historia… Dilma Rousseff y Cristina. Las dos mujeres presidiendo, con autoridad, con buenos discursos, con afectividad, con feminismo, sin conductas estereotipadas, sin perder sus conductas femeninas, y ejerciendo el poder. ¿Cómo sería?
El Inadi es un lugar donde el Estado puede respirar, puede parar la pelota y pensar cómo se articulan estas miradas, y cómo se pueden meter estos constructos en los flujos presupuestarios de los grandes ministerios. Me parece que ahí está la gran escisión entre lo que podríamos llamar derecha e izquierda. Cómo realmente se plasman políticas públicas para minorías, efectivamente, y qué presupuestos se les destinan. Y que no es una cuestión declamativa, políticamente correcta, sino que transforma y modifica situaciones cotidianas.

¿Qué acciones por ejemplo?
Todas estas cuestiones lamentablemente no se pueden transformar rápidamente en pautas culturales o modificar hábitos conductuales, porque no tienen la bajada territorial necesaria. Desde el Inadi nos metimos en las Casas de Acceso a la Justicia, del Ministerio de Justicia, que están en lugares muy carenciados. Lo que más recibimos en esta corta experiencia  es sobre violencia de género. También estamos trabajando sobre los manuales escolares, donde modificamos  las imágenes, que eran de mujeres en ámbitos hogareños. Y esas son las primeras imágenes que tiene un niño a los 6 años, y ve que lo que te dicen desde el lugar de saber y poder que ocupa la escuela. Y después se terminan produciendo procesos de discriminación muy a pesar de la persona que discrimina. Porque subyace una construcción de inferioridad física o cultural que todavía está arraigada en nuestra sociedad, que están latentes…

Bueno, a Cristina Fernández se le pega muchísimo por ser mujer
Sí, muchísimo. La verdad que fue muy emotivo ver a las dos presidentas, de países tan importantes, por primera vez en la historia… Dilma Rousseff y Cristina. Las dos mujeres presidiendo, con autoridad, con buenos discursos, con afectividad, con feminismo, sin conductas estereotipadas, sin perder sus conductas femeninas, y ejerciendo el poder. Era absolutamente emocionante, fue un hecho histórico. Estaban todos los personajes políticos más importantes del país, desde las Madres y las Abuelas (de Plaza de Mayo), hasta el Presidente de la Corte Suprema de Justicia. Y con estas cuestiones latentes que siempre están, son siempre un argumento al que en algún momento se le echa mano: que el que mueve los piolines es un fulano que es un varón… O si lo afectivo no le jugará una mala pasada, o no le temblará la mano por se mujer. Esto es algo muy constante y cotidiano.

¿Te parece que el cupo femenino en la política tuvo que ver con que hoy tengamos una presidenta mujer? ¿Debería implementarse un cupo en los consejos de las empresas?
Influyó, yo creo que sí: fue importante. Pero tengo argumentos a favor y argumentos en contra. Porque todas las acciones positivas, de discriminación positiva, no dejan de ser una discriminación. Y son situaciones transitorias que también tienen que tener una fecha de vencimiento. Porque sino siempre es un imperativo que no termina tiñendo este habitus, del que habla (Pierre) Bourdie. Y siempre vas a tener que tener un afuera que vaya ordenando, cuando esta práctica se tendría que naturalizar. También con un trabajo sobre el estereotipo de la mujer, que se preserva  y se reproduce mediáticamente.

¿Y qué se puede hacer con los medios de comunicación?
Nosotros tenemos un Observatorio de la discriminación en los medios, una iniciativa conjunta con la carrera de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Buenos Aires y con la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual (el ex Comfer).  Porque es importante para trabajar en la igualdad de las mujeres en los ámbitos laborales, pero cuando te aparece una imagen estereotipada en un programa de 40 puntos de rating se te viene todo abajo.

¿Y cómo fue salirse del otro lado de la pantalla y ponerse atrás del mostrador del Estado?
Del otro lado de la pantalla ganaba muchísimo más y trabajaba muchísimo menos (risas). Pero la verdad que después de 20 años de estar trabajando en tele, me preocupaba los últimos tiempos de encontrar que mi cabeza estaba pensando cuánto habíamos medido y cuál era el nuevo PNT (publicidad no tradicional) que teníamos para hacer. Entonces cuando ya estás tan pendiente de si estás nominado para los Martín Fierro, si te ponen el programa en tal horario, ya dije "algo raro está pasando en mi cabeza, vayámonos pronto de acá".

¿Cómo evaluás a tu paso por el medio?
Yo estaba – por suerte – en programas que iban a contrapelo de la industria televisiva. Son esas cosas raras que pasan en la tele, que funcionan porque son contestatarias a la misma tele, como el Patito Feo de la tele. El agujerito sin fin, era un programa para chicos a contramano de lo que era la conductora rubia, que le habla a los chicos como maestra jardinera, que canta, que baila y que es muy linda, justamente, estereotipada. Después Cablín, también era una cosa muy a contrapelo. Y Televisión Registrada (TVR), donde se trabajaba sobre un análisis discursivo de los medios de comunicación, con un alto contenido político. Pero de cualquier manera, después de 6 años de TVR la industria televisiva te genera esta cosa de ver el rating. Y cuando me ofrecieron ser candidato a Diputado Nacional, dije "sí, la verdad que me interesa mucho", y ahora estoy acá en el Inadi.

¿Y qué expectativas tenés en adelante?
Nosotros queremos seguir apoyando el proyecto nacional desde el Inadi, tratando de articular políticas públicas, tratando de para pasar a la concreción y financiación de políticas públicas. Nos sigue importando la distinción de la particularidad, pero también queremos que haya una verdadera puja. Porque estamos en procesos de distribución económicos, queremos darle más densidad política. Para que se produzca el matrimonio igualitario hubo que modificar capitales, capital simbólico.

Mujeres en  el Inadi
El Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo, dependiente del Ministerio de Justicia. Para desarrollar políticas de prevención y atención a la discriminación de género, articula con el Consejo de la Mujer, con el programa de Prevención de la Violencia, con la línea telefónica del programa que coordina Eva Giberti en el Ministerio del Interior,  y buscan replicar la Oficina de la Mujer de la Corte Suprema de Justicia en las distintas provincias, una de las recomendaciones del Convención Internacional por la eliminación de toda forma de discriminación racial, que depende de Naciones Unidas, y la misma recomendación se hizo en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos.

Dentro del Inadi hay "tres grandes referentes": Cecilia Lipszyc, Martha Rosenberg y Cristina Zurutuza. Ellas coordinan los distintos programas de género, y tiene autoridad para transversalizar todas las demás áreas. Con acciones específicas, como por ejemplo con el tema de las mujeres indígenas, con un programa que se llama Pachacuti, que hace un trabajo sobre concientización de derechos en las mujeres de estas comunidades.

Fuente de la imagen: radiouniversidad.wordpress.com

 

 

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