La industria textil se encuentra en un punto de inflexión en el que confluyen la innovación, la sostenibilidad y la necesidad urgente de repensar los modelos de producción y consumo. En este escenario, la mirada y el liderazgo femenino están desempeñando un papel clave, aportando nuevas formas de entender la moda y de hacerla evolucionar hacia un sector más consciente y responsable.
Con trayectorias diversas, pero con un mismo compromiso hacia el cambio, Zahara García Gallardo (Directora de Marketing y Comunicación en Pedro García), Dora Casal (CEO de Roberto Verino) y Coro Saldaña (Senior Advisor en moda, retail y lujo) comparten sus reflexiones sobre los desafíos, las oportunidades y las conversaciones urgentes que marcarán el futuro de la moda. Desde compañías con herencia y prestigio internacional hasta la asesoría estratégica de startups y proyectos innovadores, sus visiones coinciden en la necesidad de unir tradición, propósito y tecnología para rediseñar la industria.
Esta entrevista coral reúne sus voces para trazar un mapa del presente y del futuro de la moda: una moda que, más allá de tendencias pasajeras, busca permanencia, autenticidad y valor. Ellas representan un liderazgo que transforma, inspirando a mirar las prendas no solo como objetos de consumo, sino como piezas con historia, impacto y sentido.

Dora Casal, CEO en Roberto Verino

Zahara Garcia Gallardo, directora de Marketing y Communication en PEDRO GARCIA

Coro Saldaña, Senior Advisor (moda, retail y lujo) en crecimiento, IA y transformación digital.
¿Cómo describirías el momento actual que vive la industria textil?
Zahara García Gallardo
La industria textil está atravesando una etapa claramente transicional. Los modelos de negocio tradicionales ya no son sostenibles, ni desde el punto de vista ambiental ni desde el emocional. Hoy el consumidor desea más que una prenda: busca coherencia, autenticidad, y una conexión real con lo que viste. Estamos volviendo al sentido común, a elegir con criterio, a valorar marcas que tienen un propósito claro y un discurso honesto. La moda se mueve hacia un terreno más consciente, donde el deseo se combina con el valor real de las cosas.
Dora Casal
Estamos en un punto de evolución. La moda no se limita a vestir, aporta valor a la sociedad. Los consumidores piden más transparencia y coherencia, y eso los motiva a ser mejores. Es un momento desafiante, pero también emocionante y la pelota está en el tejado de las marcas, que podemos hacer visible nuestra diferencia. La digitalización, la globalización de los mercados y la necesidad de responder a consumidores cada vez más conscientes, nos obligan a repensar cómo diseñamos, producimos y distribuimos moda. Es un tiempo de incertidumbre, pero también de grandes oportunidades: quien sepa adaptarse a este cambio de paradigma con propuestas sostenibles y auténticas será quien lidere el futuro.
Coro Saldaña
Vivimos un punto de inflexión complejo y a la vez apasionante. La moda se enfrenta a una presión inédita: acelerar la digitalización, responder a exigencias regulatorias, atender a un consumidor más informado y, al mismo tiempo, preservar la creatividad y el valor cultural e identitario del sector. En mi opinión, no es una crisis, es una transición profunda hacia un modelo donde los datos, la inteligencia artificial y la circularidad redefinen cómo diseñamos, producimos, distribuimos y comunicamos. La oportunidad está en transformar esta complejidad en ventaja competitiva: desde la trazabilidad digital hasta la hiperpersonalización de la experiencia de cliente. La tecnología se convierte así en un habilitador estratégico que, bien utilizada, va a marcar la diferencia entre marcas que lideran el cambio y las que se quedan definitivamente atrás.
¿Qué significa para ti liderar en este sector hoy?
Zahara García Gallardo
Liderar hoy en la industria de la moda implica flexibilidad, visión estratégica y, sobre todo, coherencia. Es saber adaptarse sin perder la esencia. Pero también es rodearse de un equipo motivado, que no solo crea en el producto, sino también en la visión que lo impulsa. Creo profundamente en los liderazgos que inspiran desde la verdad, que escuchan, que suman talentos diversos y que actúan con propósito. En un sector tan cambiante, mantenerse firme en los valores es lo que marca la diferencia.
Dora Casal
Liderar es acompañar a las personas, darles confianza para crecer y hacer brillar su talento. En un sector tan competitivo, lo más importante es el equipo: sin él no hay proyecto posible. Mi mayor reto como líder es inspirar y ayudar, desde la cercanía y la coherencia. Además, tengo la suerte de guiar un proyecto que trasciende lo empresarial y conecta con la sociedad de la mano de una marca que lleva más de 4 décadas inspirando a muchos.
Coro Saldaña
Liderar hoy significa tener criterio para distinguir lo que aporta valor real del simple “hype” que tanto abunda en el sector. Implica guiar a los equipos hacia decisiones informadas por datos, sin perder la sensibilidad creativa, el ADN y el propósito de marca. El liderazgo en moda no debe medirse solo en colecciones exitosas, sino en la capacidad de anticipar cambios y de ejecutar con valentía, es decir, tomando decisiones firmes incluso cuando la presión del mercado invita a hacer lo contrario. En definitiva, liderar hoy en moda supone apostar por la innovación valiente, equilibrar visión y ejecución, convertir la innovación en resultados reales, y movilizar a la organización hacia un futuro más competitivo y sostenible.
¿Qué desafíos ves en la forma en que producimos y consumimos moda?
Zahara García Gallardo
Uno de los grandes desafíos es la velocidad: producimos y consumimos demasiado rápido, muchas veces sin información suficiente. Nos falta hacernos preguntas antes de comprar: ¿esto es realmente necesario?, ¿me representa?, ¿qué impacto tiene? Es urgente educar al consumidor —y también a los productores— para tomar decisiones más conscientes. El futuro de la moda necesita más pausa, más emoción real y menos automatismo. Comprar debe ser un acto de conexión, no de impulso.
Dora Casal
El reto está en hacer consciente a la sociedad: entender que la moda no es usar y tirar, sino elegir prendas que nos acompañen durante años. La sostenibilidad empieza en cada decisión de compra y las marcas tenemos la obligación de facilitar ese cambio.
Coro Saldaña
El reto es doble. Por un lado, transformar cómo producimos: pasar de modelos lineales a otros más eficientes y circulares, rediseñar cadenas de valor que reduzcan desperdicio y mejoren la trazabilidad, e incorporar materiales y procesos que permitan escalar la sostenibilidad sin sacrificar competitividad (porque la sostenibilidad a día de hoy, es cara).
Por otro lado, está el consumo. Aquí la clave es la divulgación y el acceso a la información: el pasaporte digital (entrada en vigor 2026) se va a convertir en una herramienta fundamental para aportar transparencia sobre el origen, los materiales y el impacto de cada prenda. El problema es que, a día de hoy, seguimos viendo cómo las nuevas generaciones, que parecían más responsables, responden a precios bajos, como digo siempre «íbamos bien en sostenibilidad hasta que llegó Shein».
El desafío para la industria será encontrar un equilibrio: ofrecer alternativas accesibles y responsables. Iniciativas como Preowned de Zara, Vinted o Percentil, Vestiare Collective (para lujo) van en esa línea, pero no son suficientes si no se acompañan de un cambio cultural, hay que evitar que las nuevas generaciones lo perciban como la compra de un «chollo». Es necesario articular una narrativa clara, divulgadora e inspiradora que dé herramientas al consumidor y lo motive hacia decisiones de compra más conscientes y consistentes.
¿Cómo entiendes el papel de la sostenibilidad en el futuro de la moda?
Zahara García Gallardo
La sostenibilidad es el nuevo lujo. Hoy lo verdaderamente valioso son los productos bien hechos, con alma, que respetan a las personas y al planeta. Hablo de productos de calidad, duraderos, que cuentan una historia. No se trata solo de materiales reciclados o procesos responsables —que, por supuesto, son clave— sino de una nueva forma de mirar el diseño y el consumo. La sostenibilidad no es una tendencia, es una transformación profunda y necesaria.
Dora Casal
La sostenibilidad ya no es un valor añadido, es el pilar sobre el que debe construirse el futuro del sector. En Roberto Verino trabajamos desde nuestros inicios con una clara vocación de prendas que perduran y modelo de producción en cercanía, con procesos optimizados que refuerzan nuestro compromiso con la comunidad. El futuro de este sector pasa por diseñar con propósito y con la voluntad de dejar huella positiva.
Coro Saldaña
La sostenibilidad no puede seguir tratándose como un departamento paralelo (esto que parece muy evidente, no lo es); debe ser parte intrínseca de la estrategia de negocio. Su papel ya es clave en el presente y lo será aún más en el futuro inmediato por dos motivos: regulatorio y competitivo. A nivel regulatorio, la Unión Europea ya exige la recogida separada de textiles desde enero de 2025 y, además, prepara la implantación del pasaporte digital de producto para 2026, lo que obligará a las marcas a ofrecer información verificable sobre origen, materiales y procesos.
Competitivamente, las marcas que integren la sostenibilidad de manera real y transparente ganarán en confianza, diferenciación y lealtad. Más que una opción, adaptarse a este nuevo marco normativo y operativo es ya una condición de permanencia en el mercado europeo. Entiendo la sostenibilidad del futuro como un compromiso estratégico y una ventaja competitiva real.
¿Qué conversaciones crees que son urgentes en la industria hoy? ¿Qué te gustaría que cambie en los próximos años?
Zahara Gallardo
Creo que una de las conversaciones más urgentes es redefinir qué entendemos por valor en la moda. Durante años nos enseñaron que lo nuevo es mejor, que lo abundante es aspiracional, y que cambiar constantemente de estilo es sinónimo de éxito. Pero hoy sabemos que ese modelo no es sostenible —ni para el planeta, ni para nuestra identidad personal.
Me gustaría que empecemos a hablar más de permanencia, de estilo como expresión genuina, y no como una reacción a tendencias efímeras. Que dejemos de medir la moda por la cantidad y empecemos a valorarla por la conexión emocional que tenemos con lo que usamos. Invertir en piezas atemporales, bien hechas, que nos acompañen durante años, debería ser el nuevo estándar.
Y sobre todo, quiero que hablemos de cómo educar desde pequeños a mirar la moda con otros ojos: no como una obligación de consumir, sino como una herramienta de expresión consciente. Cambiar la conversación es el primer paso para cambiar la cultura.
Dora Casal
Las conversaciones urgentes hoy pasan, en primer lugar, por la trazabilidad y la transparencia. Recuperar la confianza del consumidor y construir un sector más consciente es una responsabilidad de todos nosotros. No basta con hablar de sostenibilidad en general, hay que transformar la manera en la que producimos y consumimos, reducir la sobreproducción, alargar el ciclo de vida de las prendas, apostar por el reciclaje textil y la reutilización de materiales. Esto no lo puede hacer una sola marca; necesitamos colaboración entre empresas, proveedores, instituciones y clientes.
Pero también debemos hablar de las personas, no podemos aspirar a una moda sostenible sin un liderazgo más humano, que entienda que detrás de cada prenda hay talento, esfuerzo y creatividad. Lo que me gustaría que cambie en los próximos años es la mentalidad colectiva: que dejemos atrás el modelo de usar y tirar y avancemos hacia un consumo más consciente, en el que cada prenda tenga un propósito y un valor duradero. Si logramos esto, la moda será no solo un motor económico, sino también un agente de cambio positivo para la sociedad y el planeta.
Coro Saldaña
La conversación urgente es cómo pasar del storytelling a la ejecución. Hay verdades incómodas que debemos afrontar y poner sobre la mesa:
- Greenwashing: muchas compañías comunican más de lo que realmente hacen; es necesario medir con indicadores claros y auditar de forma independiente. En España, por ejemplo, BCome —fundada por Alba García-Betorz y Anna Cañadell— utiliza más de 100 indicadores alineados con los estándares de sostenibilidad 2025 para medir el impacto de cada prenda, y cuenta con la certificación B Corp actualizada. Por su parte, Gemma Galdón y Eticas Research & Consulting auditan la ética y los sesgos de sistemas de IA que usan las marcas. Ambos casos muestran que la medición rigurosa y la auditoría independiente son claves para la transparencia.
- Sobreproducción y destrucción de stock: seguimos fabricando más prendas de las que el mercado necesita, y todavía se destruye producto no vendido; el reto está en repensar volúmenes, modelos de negocio y la fiscalidad de la sobreproducción. El debate sobre un posible IVA verde, impulsado por Raúl González de Ecodicta, es clave para incentivar prácticas responsables.
- Precio vs. responsabilidad: no basta con confiar en que los jóvenes consumirán mejor; el éxito de Shein demuestra que el precio sigue dominando. La industria debe decidir si quiere seguir alimentando ese modelo o rediseñar su propuesta de valor.
- Condiciones laborales: gran parte de la moda se sigue produciendo en condiciones que no resistirían un mínimo de transparencia. Sin abordarlas no habrá sostenibilidad real.
- Tecnología mal integrada: la IA y la digitalización no deben ser discursos aspiracionales, sino herramientas implantadas con criterio.
- Diversidad en liderazgo: los consejos y comités siguen siendo poco diversos; hacen falta perfiles híbridos capaces de unir visión de negocio, creatividad y tecnología.
- Rentabilidad de la sostenibilidad: aún se percibe como un coste y no como inversión; necesitamos métricas que prueben lo contrario.
Me gustaría ver una industria que entienda la sostenibilidad como innovación y no como restricción; que use la inteligencia artificial como un amplificador del talento creativo; y que sitúe al cliente en el centro con experiencias relevantes, inclusivas y responsables. Una moda que lidere las transformaciones que exige nuestro tiempo y demuestre que competitividad y compromiso no solo son compatibles, sino indispensables para el futuro del sector.