Laura Seara, secretaria de Estado de Igualdad, destacó la importancia de la contribución de las mujeres mayores a la sociedad y a la economía del país. Además, señaló que el 83% de quienes cuidan a una persona dependiente son mujeres. Y en aquellas mayores de 65 años, el 75% realizan tareas de cuidado, especialmente de nietos y nietas. Estas y otras apreciaciones fueron presentadas durante su intervención en un curso de verano sobre longevidad y perspectiva de género en la Universidad de Santiago.
Discriminación etárea
Este trabajo está cuantificado en términos económicos y representa el 0,35% del PIB y aproximadamente el 0,7% del empleo en el ámbito formal, y en el informal pueden alcanzar más del 4 por ciento del PIB y hasta el 9% del total del empleo en nuestro país con un coste que equivale entre el 24 y el 37% del gasto sanitario del Sistema Nacional de Salud, argumentó Seara.
“Hay que romper con la visión de que el envejecimiento es sinónimo de dependencia y hacer hincapié en que la vejez no es un estigma.”Las mujeres mayores representan casi el 10% de la población total española. Sufren doble discriminación: por el hecho de ser mujeres y por la edad (y a veces a esto se suman otros factores de vulnerabilidad como la discapacidad). Sin embargo son mujeres que han construido, con un esfuerzo silencioso e invisible, los pilares de nuestro desarrollo, que hoy continúan aportando a la sociedad y que, desde luego, tendrán un importante rol en el futuro conjunto.
Más tiempo, menos salud
El perfil recogido en estudio elaborado de manera conjunta por el Instituto de la Mujer y el Inserso, dibuja a una mujer longeva, con una esperanza de vida de 84 años (7 más que los hombres), la mayor de Europa y la segunda en el mundo. Una mujer de escasa formación: el nivel educativo de casi el 83% de las personas mayores no va más allá de los estudios primarios y, en su conjunto, las mujeres siguen en cabeza en analfabetismo. También presentan más problemas de salud que el varón, se sienten muy ligadas a la familia aunque vivan solas y han incrementado su participación en el mundo asociativo, en la cultura y en el ocio (el 67% de las personas que participan en el programa de vacaciones del Inserso son mujeres).
“Tenemos una deuda con toda una generación de mujeres”, apuntó ayer la secretaria de Igualdad, “que hicieron la transición demográfica y proyectaron una vida mejor para sus hijos e hijas” y que siguen contribuyendo al desarrollo social y económico.
En su opinión, las mujeres “viven más, pero hasta ahora lo hacían más solas, más pobres y con peor salud” por lo que defendió que una mayor longevidad “debe estar acompañada de una mayor calidad de vida”. “Hay que romper con la visión de que el envejecimiento es sinónimo de dependencia y hacer hincapié en que la vejez no es un estigma”, concluyó.
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