El emprendedor ¿nace o se hace?. Para Silvia Torres Carbonell, Directora del Centro de Entrepreneurship IAE Business School , Board Member Endeavor y Juez del certamen PS1o, más allá de que algunos nacen, siempre necesitan “hacerse” y por eso la formación emprendedora es clave. Ser emprendedor es más bien una cuestión de “comportamiento”, que de personalidad.
Según Carbonell, está claro que los valores, las actitudes y los comportamientos, pueden inspirarse, y modificarse a través de la educación y la formación integral de las personas.
Como profesora del curso Nuevas Aventuras Empresariales que dicta en todos los Programas Master del IAE profundiza con sus alumnos sobre el arte de crear nuevas empresas, de “intra-emprender” o sea de recrear empresas. Si bien muchos de los más grandes emprendedores no han pasado por las aulas, ¿puede el ámbito académico y de investigación brindar mayores posibilidades de generar emprendimientos de alto impacto? Carbonell cree que sí, de hecho comenta a PulsoSocial que en un ámbito académico y de investigación existen mayores posibilidades de generar emprendimientos cerebro-intensivos y de desarrollar el “entrepreneurial management”. Estos emprendimientos, en su opinión, tienen más potencial de éxito en este ámbito, de alto nivel de pensamiento, creatividad y análisis.
Clarisa Herrera: ¿Cuáles son los contenidos que se ven en un curso como los que dictas?
Silvia Torres Carbonell: Durante el desarrollo del curso esperamos que cada uno de los alumnos pueda reflexionar sobre su persona y sus capacidades para emprender, tomando conciencia de la importancia de la actividad emprendedora como motor del progreso de las naciones. Para nosotros es muy importante que tengan una vivencia lo más aproximada posible a la realidad de lo que es concebir y desarrollar un nuevo emprendimiento, en soledad ó partiendo de la organización en que trabajan y que transiten por los momentos decisivos previos al nacimiento de una empresa. Además aspectos más técnicos como diseño, evaluación y creación de una nueva empresa, identificar el mejor modelo de negocio que permita capturar la oportunidad detectada y que adquieran el know-how para formular un plan de negocios.
Durante el desarrollo del curso esperamos que cada uno de los alumnos pueda reflexionar sobre su persona y sus capacidades para emprender, tomando conciencia de la importancia de la actividad emprendedora como motor del progreso de las naciones.¿Dónde notas que está el principal foco de inquietud de los alumnos?
Hay que distinguir los que vienen a un programa con su proyecto ya en mente o en marcha de los que no tienen ninguna intención de emprender. Los primeros buscan desesperadamente validar sus ideas, adquirir capacidades y herramientas para llevar adelante sus proyectos, hacer networking, conseguir acceso a financiamiento y a posibles aliados. Los segundos están más abiertos a descubrir qué es el mundo emprendedor.
¿Dónde está ubicado el objetivo o lo que debe llevarse un alumno de la cursada?
Justamente nosotros desde el Centro de Entpreneurship ofrecemos la Competencia Naves, donde sigue principalmente la línea de Formación “for Entrepreneurship”, donde la clave es generar un ámbito propicio para “simular la incubación” de un proyecto de negocio, con métodos de enseñanza basados en el aprendizaje activo, resolución de problemas y experiencias reales con: casos, testimonios, plan de negocio, investigación de mercado, análisis sectoriales. Es de crítica importancia y tiene como objetivo final transformar a nuestros participantes en “emprendedores habituales”, entendiendo esta característica como una de las competencias claves en los ejecutivos y empresarios del futuro. Como lo describen Rita Gunther McGrath y Ian MacMillan en su libro “The Entrepreneurial Mindset”, una persona puede definirse como emprendedor habitual cuando consigue alcanzar una “mente emprendedora” que va mucho más allá que empezar un negocio.
En PulsoSocial identificamos cantidad de startups he han nacido como proyectos presentados en clase, ¿qué ventaja tiene “testearlos” a la luz del tutorial de los expertos?
La experiencia de interactuar con tantos emprendedores, el análisis de los diferentes modelos de negocio, la relación con los ecosistemas emprendedores más desarrollados en el mundo, el acceso a un nutrido networking, la confianza construida con diferentes jugadores nacionales e internacionales del espectro empresario, inversor y académico, y en mi caso, mi propia experiencia como emprendedora, empresaria e inversora y mi gran pasión por ayudar a emprender son ventajas que los emprendedores pueden y deben aprovechar al acercarse a expertos y promotores del ecosistema.
Muchas veces un equipo o grupo comparte la idea de un emprendimiento, luego toman caminos diferentes y algunos comienzan con el proyecto por su cuenta. Posteriormente vienen los problemas porque no registraron la idea y todos reclaman autoría…
Esto puede ocurrir. Es bueno recomendarles a los miembros del equipo que se firme un Acuerdo entre socios, nosotros de hecho lo exigimos en la Competencia Naves. He visto muchos proyectos destruirse tanto cuando les empieza a ir bien o cuando les va mal, por problemas entre los socios. Por eso en realidad la mejor recomendación es que elijan muy bien a sus socios desde el comienzo, sobre todo teniendo en cuenta su comparten los mismos valores.
¿Piensas que el emprendedor necesita una formación académica? ¿Qué tipo de emprendedores te parece que formamos en Argentina?
Hay una discusión académica sobre si el emprendedor nace o se hace. Yo creo que más allá que algunos nacen, siempre necesitan “hacerse” y por eso la formación emprendedora es clave. Culturalmente Argentina está en un proceso de consolidación del ecosistema emprendedor. Año a año observamos que la “carrera emprendedora” es una opción considerada como “posible” para la población. Es un proceso de cambio cultural, que hoy Argentina está atravesando en los diferentes niveles y especialidades educativas, consideramos que es cuestión de tiempo. Si bien observamos que hay un buen nivel de oferta y además es diversa, aún hay un largo camino por recorrer para seguir promoviendo la actividad emprendedora. En el caso de nuestro país, vemos que la oferta está dominada por cursos centrados en el desarrollo de planes de negocios, emprendedorismo en general, innovación y tecnología. No es tan común todavía la disponibilidad de espacios de interacción, relacionamiento y talleres prácticos.
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