¿Qué define a quien emprende? ¿Cómo se gestiona la incertidumbre? ¿Cuáles son las experiencias motivadoras? Cerca de 200 mujeres asistieron a la conferencia “Emprendedoras en el nuevo Bicentenario” que organizó el Foro Internacional de Mujeres. Beatriz Nofal dio la bienvenida y Silvia Torres Carbonell una clase magistral titulada “De la idea a la oportunidad”. En el medio, mujeres de distintos rubros y de todas las edades compartieron sus experiencias como emprendedoras: Marta Harff, María Luisa Fulgueira, Ana Clara Dalla Valle, Victoria Randle, Nancy García, Mariana Elsztain y Paola Delbosco. Las protagonistas y emprendedoras fueron presentadas como “el germen que necesita nuestro país y nuestra región”.
Beatriz Nofal, presidenta de IWF, saludó a las presentes y dio paso al primer panel. Allí estaban las mujeres que contarían su experiencia como emprendedoras. Victoria Randle, con su marido, su hermana y su cuñada armaron My Special Book. Se dedican a editar historias que pueden ser importantes tan sólo para una familia o para un grupo reducido, pero en un formato capaz de competir con libros de primera línea. A su lado Nancy García, doctora en física y parte del equipo que diseñó un film biodegradable, contó el proceso de investigación científica en el marco de la Universidad de Buenos Aires y el desafío de lograr comercializarlo, mientras, otra de sus compañeras de equipo acunaba a su bebé.
Silvia Torres Carbonell explicó que ser emprendedora es centralmente una cuestión de actitud. Pero que podría quedar en la nada si no se estructura un modelo de negocio, una forma particular de organizar a las personas y a los recursos. En el mismo panel Ana Clara Dalla Valle –la más joven de todas- contó cómo se le ocurrió Huellas Digitales y destacó el esfuerzo que está haciendo para establecer prioridades, focalizar su trabajo y obtener resultados. Con 21 años, destacó que su principal emprendimiento es cuidar de su familia.
El café, sirvió para el intercambio de tarjetas algo fundamental para que el evento fuera el puntapié de una red de networking entre mujeres.
El segundo panel fue coordinado por una emprendedora que ya es fuente de inspiración: Marta Harff. Primero se presentó un emprendimiento social, Puerta 18. Mariana Elsztain, fundadora del Museo de los Niños, también diseñó un espacio donde los jóvenes con menos recursos se familiarizan con el uso de las herramientas informáticas y construyen sus propios proyectos. A su turno, María Luisa Fulgueira, CEO de Daltosur, compartió su experiencia empresaria enlazada con las decisiones de la vida personal. Durante 17 años trabajó a tiempo completo en puestos directivos de empresas extranjeras, hasta que decidieron jubilarla. Pero eso no la detuvo: encontró en su realidad una oportunidad y armó su propia empresa.
También participó del panel la italiana Paola Del Bosco, doctora en filosofía que se enamoró de un argentino en 1969, y se quedó en el país. Hoy tienen 9 hijos, 13 nietos y uno más en camino. Adora trabajar enseñando posgrado porque sus clases son un ida y vuelta constante. Junto a Marcelo Paladino ha editado el libro “Dar sentido a la empresa”, y tiene entre las manos una nueva publicación sobre las dificultades y las riquezas de las mujeres en el mundo del trabajo. Su conclusión fue que se están abriendo nuevas puertas para las mujeres, y que es necesario prever que algunas tendremos que empujar.
Momento de taller
El cierre fue el momento más esperado. Allí estaba previsto que Silvia Torres Carbonell, directora del Centro de Entrepreneurship- IAE Business School dictara el taller “De la idea a la oportunidad, de la oportunidad a la empresa en marcha”. En su ponencia primero distinguió las actitudes indispensables para encontrar una idea con potencial para convertirse en un negocio: la curiosidad, la supervivencia y el espíritu emprendedor. Pero la cosa no quedó allí. Definió emprendedores y empresas; la actitud emprendedora ante la incertidumbre, transformándola en riesgo y completó el proceso emprendedor. Recomendó comenzar pensando en grande, con una visión emprendedora, pero a la vez conociendo las propias competencias empresarias y gerenciales, y los límites propios. Explicó que ser emprendedor o emprendedora, es centralmente una cuestión de actitud. Pero que podría quedar en la nada si no se estructura un modelo de negocio, una forma particular de organizar a las personas y a los recursos.
Lecciones y experiencias para aprender y emprender.
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