Si no comunicas no existes. En nuestra sociedad prima la imagen frente al contenido, la fotografía sobre la palabra, contemplar frente a comprender y el espectáculo sobre la reflexión. Cada día adquiere más importancia el énfasis de la personalidad y las formas sobre los temas y el fondo. Los asuntos públicos no son una excepción en este frenesí mediático. En el modelo actual las ideas dan paso a las personas y esta personalización de la política prioriza el control absoluto de la imagen, la fotografía y los escenarios.
Lo emocional frente a lo racional
La imagen es simbólica sin discusión aunque está sobredimensionada. Simplemente es el triunfo de la normalidad sobre el anacronismo imperante en determinados estamentos. La mujer del siglo XXI está capacitada para cualquier puesto. Un embarazo es lo más natural del mundo.
La mujer del siglo XXI está capacitada para cualquier puesto. Un embarazo es lo más natural del mundo.Una recién nombrada Ministra de Defensa tiene la obligación de visitar a las tropas españolas en el extranjero. Y una embarazada de siete meses puede cumplir con su trabajo; de hecho miles de mujeres sin gestaciones complicadas (la inmensa mayoría) lo hacen cada día hasta poco antes del parto.
Lo beneficioso sería dejar de analizar estas noticias desde la óptica de que la protagonista es una mujer. Pero desde el punto de vista de la comunicación política (la de los efectos) esta imagen es impagable, organizando el máximo revuelo partiendo de una noticia sencilla.
La frivolidad eclipsando lo primordial
Es reprochable por sexista que en enero de 2009 la elección del vestuario, peinado o maquillaje se lleven los titulares de las noticias relativas a la celebración de la Pascua Militar. El debate no radica en el cumplimiento de un protocolo rancio o en la nota de modernidad, atrevimiento o desatino de un esmoquin no esperado.
Los políticos contemporáneos idolatran la imagen, pero ¿quién dijo que fuera fácil encontrar el equilibrio entre gobernar correctamente y dominar el arte de los “efectos especiales”?
Me indigna que el análisis de un estilismo eclipse que es una Ministra la que está pronunciando el discurso en la Pascua Militar y que por primera vez en la historia de las Fuerzas Armadas se le impone la Cruz de San Hermenegildo a una mujer comandante.
Bochornoso que un modelito o el tono de la sombra de ojos sigan calando tan hondo en la opinión pública.
Ninguna imagen puede recomponer una política mal ejecutada
El casi teatral (la política es puro teatro que diría aquel) “Misión cumplida, nos volvemos a casa” a pie de trinchera acompañado del impacto visual que provoca el camuflaje militar, es gran ejemplo de un buen control de escenario. El pensar, preparar y seleccionar correctamente ese escenario incrementa la amplitud de la noticia, fortalece su contenido y provoca mayor repercusión mediática, que a fin de cuentas es el objetivo de tanta parafernalia. Siempre y cuando no actúes saltándote los cauces habituales de la OTAN y la diplomacia internacional o pongas en entredicho la fiabilidad de España como país aliado. Quien ostenta uno de los más altos cargos del Estado debe saber utilizar el poder con acierto y sentido común. Discrepo de los que atribuyen la ferocidad de las críticas al hecho de ser una mujer la responsable de tan controvertida decisión. Igual chaparrón hubiese caído sobre ministro varón que hubiese confundido churras con merinas, continente con contenido, ficción con realidad y sobre todo, el fondo con las formas.
Los políticos contemporáneos idolatran la imagen, pero ¿quién dijo que fuera fácil encontrar el equilibrio entre gobernar correctamente y dominar el arte de los “efectos especiales”?
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