En un febrero mojado y gris compiten las noticias repetidas, sólo que algunas alarman y otras aburren. El monotema de la infanta y su paseíllo logra que me pregunte en qué siglo estamos y pone en la picota la afición de parte de la prensa nacional por el abordaje irrelevante de la noticia. Mañana tarde y noche los mismos ¨dilemas¨, la nada que diría Gep Gambardella el protagonista de ¨La gran belleza¨.
¿Irá la infanta a pie o llegará en coche? El evento ya se ha producido y tiene de bueno ya no veremos a reporteros bajo la lluvia haciendo de un hecho anecdótico el gran problema nacional. Lo suyo sería preguntarse cómo una de las mujeres mejor formadas de España, puede vivir supuestamente en la inopia, y hacer de la memoria esquiva el argumento.
Pero no es sólo Cristina de Borbón y su falta de conciencia o el destino de otros dineros, por ejemplo los que sustentan a la monarquía española. Cuando se profundiza la crisis de valores que toca de cerca a los políticos, los sindicatos y la corona, la vida cotidiana es mirada desde una perspectiva más cruda en la que todo está en entredicho.
Mientras tanto, parece que el espacio del diálogo es ocupado por el exabrupto no importa si son hombres o mujeres, no importa de qué lado del globo estén.
Mientras tanto, parece que el espacio del diálogo es ocupado por el exabrupto no importa si son hombres o mujeres, no importa de qué lado del globo estén.
Una conversación telefónica entre diplomáticos estadounidenses es filtrada y publicada en YouTube. Allí, Victoria Nuland, secretaria de Estado adjunta para asuntos europeos de EEUU habla con Geoffrey Pyatt, embajador estadounidense en Kiev, sobre que la ONU podría nombrar en los próximos días a un nuevo enviado especial para Ucrania y que esto ayudaría a impulsar el final de la crisis ante la supuesta inacción de la UE. «Y ya sabes, que le den a la UE», afirma la secretaria. «Exactamente», contesta el embajador. El Departamento de Estado no ha valorado los términos empleados por Nuland alegando que se trataba de una «conversación diplomática privada».
Del otro lado del mundo, más precisamente por España, Javier Hurtado, un militante del PP de Tarragona, no se le ocurre nada mejor que decir a una manifestante contra la nueva ley del aborto «Eres muy fea, igual te hubiera abortado por malformación». Ahora el PP de Tarragona, se desmarca del tema manifestando su rechazo «más absoluto¨ a los comentarios de Hurtado.
El dedo divino del PP que diría Esperanza Aguirre, está en plena vigencia y va tocando a quien corresponda. Arenas, Cospedal o Juan Manuel Moreno a quien conocí cuando me dieron el premio de la Fundación Dintel. Me gusta reconocer el talento discursivo y por eso lo felicité en aquella oportunidad por sus palabras: un discurso sólido y creíble poniendo a las mujeres en un lugar de protagonismo. Lo volví a ver recientemente en el Ministerio de Sanidad y se lo recordé delante de su jefa Ana Mato, porque el reconocimiento siempre es bueno. Era el acto en el que 55 empresas se comprometían a promocionar a las mujeres para lograr reducir la brecha de la presencia femenina de mujeres en puestos directivos.
A diario las empresas renuevan compromisos, hacen consideraciones y promesas, y unas cuantas, apuestan por cambiar las cosas. Una tendencia que espero, la crisis que se alarga, no vuelva raquítica.
Dice mi gurú, que está ahora en México ampliando perspectivas y negocios, que la crisis durará todavía muchos años y que las empresas que se comprometan con el cambio, estarán mejor preparadas. El tema, le digo, es que comprendan que el cambio también tiene que ver con que las mujeres lleguen al poder y las decisiones sean tomadas por hombres y mujeres. Las fotos que se ven a diario, me dan la razón. La razón en cuanto a que los hombres siguen decidiendo un enorme porcentaje de cuestiones relevantes para todo el mundo. Incluidas en ese mundo, claro, las mujeres.
Todavía me dura la melancolía por la muerte- suicidio de Philip Seymour Hoffman. El protagonista de Magnolia, La duda o Los Savage entre otras magníficas películas, era uno de mis actores contemporáneos preferidos. Siento esa cercanía que se parece a la de los afectos construidos en base a contacto cotidiano, pero también a afinidades, y la tristeza me inunda.
En unas horas, estaré presentando en la librería Lé, el libro «Ellas deciden» de Gemma Cernuda, una experta en decir que hay una porción del mercado en el que las empresas deberían fijarse. Es un soplo de aire fresco, un poco de luz cuando amenaza lluvia otra vez.
Quizás cambie el tiempo, quizás vuelva el sol. Quizás las cuestiones que nos tocan, que nos enojan…adquieran la suficiente fuerza para ser de una vez por todas, de tod@s.