A nadie se le escapa a estas alturas de la película que el presidente italiano, Silvio Berlusconi, es un machista irredento, arrogante y egocéntrico.Como diría uno de los personajes de moda, Lisbeth Salander, la heroína de ficción de la trilogía Millenium, constituye un ejemplar genuino del macho alfa, esto es, un tipo bravucón, chulesco, misógino, incluso despreciable desde un punto de vista ético.
Mejor hubiera sido que el capo del Gobierno transalpino hubiera mantenido el pico cerrado. Il Cavaliere ha pedido disculpas a su manera por haber calificado al gabinete de José Luis Rodríguez Zapatero, con más mujeres que hombres en su composición, de "Gobierno rosa". Y lo hizo con talante rufianesco, con tono burlón, con una impostura manifiesta. Más que recomponer los puentes de unas sobrias relaciones diplomáticas, teatralizó su acto de contrición con un arrepentimiento forzado que escondía una evidente sombra de mofa.
En mi modesta opinión, empeoró la situación. Cuando se mueven los rescoldos, el fuego se reaviva. Queriendo arreglar el desaguisado, profundizó aún más en el fango. Exhibió su tono paternalista y su visión utilitaria de las mujeres con una frase memorable: "La mujer es el mayor regalo de Dios al hombre". Para ese viaje no hacía falta esas alforjas.
La cabra siempre tira al monte. Berlusconi no consiguió disimular su modo trasnochado y retrógrado de entender las relaciones entre hombres y mujeres.
La cabra siempre tira al monte. Berlusconi no consiguió disimular su modo trasnochado y retrógrado de entender las relaciones entre hombres y mujeres. Y, por si fuera poco, fanfarroneó con el escándalo de las velinas sacando su vena picarona ("¿Tiene usted envidia, verdad?", replicó al periodista español que lo interpeló sobre el affaire), ensalzó sus encantos de seductor ultramontano ("Amo conquistar") y, como ya no tiene abuela, se definió como el mejor primer ministro de su país de los últimos 150 años.
Il Cavaliere sería el mejor bufón de una corte medieval. Como mandatario es una ruina, como showman o clown, no tiene precio. Berlusconi se caricaturiza a sí mismo en cada acto. Él solito se ha comido la cumbre de presidentes de Gobierno de la UE. Es difícil encontrar en la prensa española una línea sobre los contenidos de la reunión.
* Por Miguel Ángel Vázquez, periodista, diputado andaluz y Secretario de Comunicación del PSOE-A
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