La semana pasada tuve la oportunidad de ver “La número uno”. Me impactó esta producción francesa dirigida por Tonie Marshall, con la estupenda Emmanuelle Devos como protagonista. Porque cruza con inteligencia muchos de los hilos de los que habitualmente me ocupo y me preocupo: el necesario lobby femenino, las redes de apoyo y el natural acceso al poder por parte de las mujeres.
El feminismo, la red de mujeres como sostén, el lobby femenino y el precio que hay que pagar por ocupar un sitio allí donde el poder se cocina y se parte o reparte, es la cuestión. Trapisondas y entresijos empresariales para perpetuar la gestión del poder como se venía haciendo desde siempre, me trae una frase que repito sabiendo que puede sonar altisonante: “El poder no se da, se quita”.
La he visto en español y volveré a verla en su delicioso idioma original. Pero además, creo que por muchas razones, es una película que deberíamos ver todas las mujeres. Y por eso, propondremos a la productora Wanda, para después del verano, una sesión exclusiva para llenar el cine de mujeres y generar al urgente debate en torno a todos estos ejes que nos tocan a diario y que son de máxima actualidad.
Preguntas para mujeres inquietas, al pie del avión
Por ahora, con un pie en el avión para partir por un mes y medio a Buenos Aires, sólo voy a dejar algunas preguntas. Son las mismas que hago a menudo a muchas de las mujeres directivas, empresarias, emprendedoras, pensadoras … mujeres que tienen talento para convertirse en las “número uno” y muchas de las cuales son ya Top 100…o están en vías de serlo.
- ¿Estamos preparadas para asumir en la lucha necesaria para tener el poder en nuestras manos?
- ¿Es el poder que queremos el mismo poder concebido por los hombres?
- ¿Somos pragmáticas a la hora de evaluar cuáles son los riesgos y los beneficios de llegar a ser una número 1?
- ¿Está la sociedad a la altura o sólo es una pose que se repita que hace falta talento y que no se puede dejar al 50% fuera?
- ¿Qué estamos cambiando desde el poder que tenemos para facilitar el acceso a las demás?
- ¿Estamos educando para el cambio?
La violencia de género según la inspectora Gibson
Vi hace poco un capítulo de “La caza” cuya protagonista, la inspectora Gibson –Gillian Anderson– mantiene un diálogo con su joven colaborador y amante. Están hablando sobre el asesino en serie de mujeres al que persiguen. Entonces ella le cuenta una “anécdota” reveladora.
“Una mujer pregunta a un grupo de hombres ¿por qué os sentís amenazados por las mujeres? Los hombres responden: Porque tenemos miedo de que se rían de nosotros.
Luego la mujer pregunta a un grupo de mujeres ¿porque os sentís amenazadas por los hombres? Las mujeres responden: Porque tenemos temor a que nos maten.
Esta realidad brutal y anacrónica de la violencia contra las mujeres, es otra parte de la historia. Pero está también la violencia soterrada, con la palabra, con las actitudes, con la zancadilla. Y entonces, me quedo con la imagen de la número uno, sentada en la terraza de esa compañía de CAC 40 francés, llorando de impotencia. La pelea en la que está embarcada está poniendo en riesgo su vida entera.
La pregunta crucial es: ¿Por qué razones valdría la pena ponerlo todo en riesgo?
Yo tengo la respuesta clara. Para dar una vuelta de tuerca al sistema.
Si las empresas fueran innovadoras
Si las empresas cambiaran, si realmente desde las “altas cumbres” empresariales, entendieran por qué es necesario un cambio radical, las luchas intestinas no deberían sufrirlas ni las mujeres ni los hombres. Pero siendo pragmáticas, ellos en esto, nos llevan ventaja. No debemos perder tiempo en aprender lo malo que han hecho en este sentido. Ganemos tiempo, encontrando la forma de hacerlo mejor para nosotras…y para ellos también. Pero para eso, ¡necesitamos el poder!
Debemos entrenarnos para ganar el poder con el menor costo posible. Y a la par, cambiar las reglas del juego para que las generaciones que vienen detrás tengan un horizonte diferente
Debemos entrenarnos para ganar el poder con el menor costo posible.
Estamos en plena presentación de candidaturas de Las Top 100 Mujeres líderes en España. Y ayer, al recibir una propuesta de Carmen Caffarel, una de nuestras Top 100, me hizo pensar en la generosidad y otra vez, en el lobby femenino.
Espero con ilusión la generosidad de “las número 1” para que hagan lo que hacen los hombres, aunque no siempre el mérito, -y esa es una ventaja-desventaja- vaya por delante. Propongamos a las mujeres que se merecen un reconocimiento, hagamos visible su talento, ejerzamos el lobby femenino.
Las que ya lo son, tienen la oportunidad de hacerlo. Por mi lado, a las que se han despistado, se lo recordaremos.
Y estoy segura de que, una vez más, nos conmoverán las historias, los perfiles, el talento oculto, que desde esta iniciativa tenemos la oportunidad y la obligación de hacer brillar.
*Mención especial para AXA @AXASegurosEs y a Coca Cola, (@CocaCola_es) que hicieron posible con su aporte, que la película «La número uno» viera la luz.