Después del replanteo histórico de los CEOs y el top management, sobre todos los aspectos que hacen a la gestión de las organizaciones, el negocio y los ecosistemas en que funcionan, quiero rescatar cuatro conceptos indispensables para seguir liderando. Se trata de acciones concretas que tienen por objetivo hacer más ágil y asertivo el modelo de liderazgo pos pandemia.
Las 4 i del liderazgo son inspirar, innovar, impactar e interactuar. Te invito a que reflexiones si realmente te apalancas en ellas.
Inspirar
El crecimiento personal y el desarrollo profesional, son dos de los mayores drivers de éxito de los colaboradores. Y seguramente muchos de ellos traen una motivación que los impulsa a superarse y competir. Pero son quienes tienen el liderazgo real, los que pueden inspirarlos a más en esta ambición, por experiencia, visión y conocimiento más profundo sobre las capacidades innatas y adquiridas.
Inspirar no es algo que se hace con un fin utilitario, no es inspirar a que produzca más. Es más profundo, inspirar para que sea mejor persona, para que logre su bienestar en la organización, para que deje atrás sus creencias limitantes.
Liderar inspirando es reforzar la idea de que cada día podemos ser auténticos, completos, plenos y, además, disfrutarlo. Es una enorme responsabilidad, porque los líderes son ejemplo. La pregunta clave es ¿qué te mueve, qué te apasiona hacer?.
Innovar
Suelo ver la confusión de muchos cuando se habla de innovación. Generalmente piensan en alguna startup, y en transformación digital. La innovación es una cuestión de personas, independientemente del contexto y los recursos. Las personas innovan, dentro y fuera de las organizaciones.
En un mundo de cadenas de valor globales, donde las alianzas son parte de la estrategia de negocio, se necesita una clara visión orientada a la innovación. Es un dato alentador que sean las PyMEs las que están a la vanguardia de la relación de largo plazo con sectores académicos y científicos, para asegurarse poder potenciar sus esquemas de innovación, y también son estas pequeñas y medianas empresas, las que tratan de impulsar células innovadoras dentro de la organización.
Impactar
Antes de la aparición del COVID-19 vivíamos en un mundo en el que había que pensar para actuar. Y de pronto nos vimos en medio de una crisis donde todos debieron actuar primero. Sin dudas esto agilizó muchos procesos, y volvió inútiles muchos procedimientos. Pero lo que sí rescatamos es que hemos sobrevivido al cambio radical. Y en esta etapa de reacomodar todo, espero que entiendas que muchos puede copiar tu producto/servicio, pero nadie puede copiar tu cultura. Ahí está tu real impacto.
Para impactar realmente tienes que revisar si la cultura organizacional que te trajo hasta aquí, te servirá para llevar a tu compañía al futuro. Es paradójico, pero lo que pasó con la pandemia, nos puede ayudar a impactar mejorar. Lo peor sería que hicieras de cuenta que nada sucedió. Se necesita inspirar e innovar para impactar. Ya tenemos tres de las 4 “i” del liderazgo. Viene la última.
Interactuar
No hay CEO con quien haya hablado últimamente, que no me haya dicho que por primera vez interactuó con toda su gente. Es decir, tuvo que suceder algo increíblemente inesperado, para que tomaran acción en algo tan sencillo como conocer con quiénes trabajan, qué piensan esas personas, qué miedos tienen, qué quisieran obtener en la compañía, qué más pueden aportar que hasta hoy nadie les había preguntado. ¿No es extraño?
La comunicación, el diálogo, la escucha de la que tanto hablamos resulta que se la dejamos al de recursos humanos, como si fuera tarea de otro. Interactuar es dar servicio, es pensar en el liderazgo desde el feedback y en el liderazgo del feedforward, hacia dónde vamos, el futuro, cómo lo transmitimos, cómo inspiramos, cómo los invitamos a innovar, qué impacto queremos generar y cómo queremos que nos acompañen en ese camino.