Un dato que no podemos ignorar

Lo volví a leer. 134 años. Esa es la cifra que lanza el nuevo Global Gender Gap Report del Foro Económico Mundial para alcanzar la igualdad total entre mujeres y hombres si seguimos a este ritmo.

¿De verdad vamos a esperar más de un siglo para ver el cambio? Lo que nos dice el informe es que nosotras no lo veremos y nuestras hijas e hijos probablemente tampoco. En 2024, el score global es de 68.5 %, lo que significa que aún queda más de un 30 % de la brecha por cerrar.

El índice mide la igualdad de género en 146 economías a través de cuatro grandes dimensiones, y los datos hablan por sí solos:

  • En primer lugar, la participación económica y oportunidades: solo se ha cerrado el 60,5 % de esta brecha. Las mujeres siguen infrarrepresentadas en puestos directivos y sectores estratégicos como la tecnología.
  • En segundo lugar, el nivel educativo: la paridad casi se ha alcanzado (96,1 %), pero aún no se traduce en empleabilidad.
  • En tercer lugar, la salud y supervivencia: estable, pero con desigualdades persistentes en algunas regiones. Finalmente, el empoderamiento político: el área más rezagada. Solo se ha cerrado el 22,5 % 

España está entre los diez países más avanzados en igualdad de género, aunque convivimos con una brecha salarial del 18 %, y muy poca presencia femenina en sectores como STEM o IA.

Más allá de los programas institucionales y corporativos

Sin embargo, a pesar de estos datos, en los últimos tiempos, los programas de diversidad, equidad e inclusión (DE&I) están sufriendo recortes, desgaste y hasta cierto escepticismo. 

Antes del verano tuve la suerte de coincidir con comunidades de mujeres de diferentes países y entornos, distintos idiomas, culturas y contextos… y todas tenían la misma sensación de “estar estancadas”.

Pero, sin excepción, compartíamos una idea muy clara. Más allá de lo que hagan los gobiernos o las empresas, el verdadero cambio vendrá de cómo nos apoyamos entre nosotras. De cómo nos impulsamos, cómo crecemos a nivel individual, cómo pasamos de estar en piloto automático a liderar nuestra propia voz.

Y es lo que está sucediendo. Mientras algunas políticas de igualdad se congelan y las agendas institucionales bajan el volumen, la fuerza de nuestras redes está creciendo y se convierte así en una palanca clave hacia la igualdad.

El poder de estar conectadas

Hay evidencia en otros estudios (McKinsey, Harvard Business Review, LeanIn.org) de que las redes de contacto y el apoyo entre mujeres tienen un impacto directo en la visibilidad de talento femenino, el acceso a roles de decisión y el desarrollo profesional y la movilidad laboral.

Ese es el poder del networking, pero entendido como una herramienta de transformación colectiva. Es construir confianza. Es decirle a otra: “Yo te veo ahí. ¿Te atreves?”

En los últimos años, han emergido redes extraordinarias que no solo conectan mujeres, sino que construyen realidades nuevas:

  • Iniciativas como Chief en EEUU, una comunidad de ejecutivas que organiza  encuentros diseñados por y para mujeres, ya superan los 20000 miembros. Su claim “It´s not just what you know, it´s who you know” lo dice todo.
  • En la misma línea, EWMD (European Women Management Development) fundada en 1984 con presencia en 40 ciudades en Europa (desde 2024 también en Madrid), ofrece programas de desarrollo y, sobre todo, comunidad.

En España también se está avanzando mucho:

  • Iniciativas tecnológicas como Adalab, que a través de bootcamps, han formado a más de 600 mujeres con una tasa de inserción laboral del 90 %. 
  • Yes We Tech, una comunidad de tecnofeminismo nacida en Málaga, reúne ya a 150 mujeres, organiza talleres mensuales y ha ofrecido 400 becas en ciberseguridad.
  • Asociaciones como EJE&CON superan los 2 300 miembros, hombres y mujeres, trabajando activamente en mentoring, visibilidad y presencia femenina en consejos de dirección. 
  • La Federación FEDEPE, fundada en 1987, integra a 23 000 mujeres directivas y empresarias de toda España promoviendo el liderazgo femenino y redes colaborativas.
  • Y redes sectoriales como Women in Banking Spain que une a profesionales de más de 20 entidades financieras impulsando iniciativas que posicionen a las mujeres en los puestos de toma de decisión. Entre sus proyectos más relevantes está el visibilizar el talento femenino en la banca a través de su directorio de referentes.

Todas estas redes se han convertido en puentes invisibles que nos acercan a lugares donde antes no sabíamos que podíamos estar.

El futuro se construye en red. 

¿Qué podemos hacer desde hoy, sin esperar a que las estructuras cambien?

Para empezar, crear y participar en redes reales, tanto en sectores emergentes (STEM, finanzas digitales, sostenibilidad) o temáticas específicas, desde el entorno local o, incluso virtual. Asimismo, impulsar el liderazgo compartido: colaborar en proyectos, ceder visibilidad, amplificar las voces de quienes están detrás.

No debemos olvidar el mentoring. Tender la mano a quien comienza, apoyar candidaturas, compartir aprendizajes. Tampoco podemos dejar de sumar fuerzas en eventos, conferencias o iniciativas colectivas. Por último, es vital visibilizar roles diversos, contar nuestras historias auténticas e invitar a más mujeres a entrar.

Esas conexiones importan, y mucho. En este momento histórico, el liderazgo femenino necesita más que inspiración, necesita intención y comunidad.

Cada mujer que apuesta por otra, cada gesto de confianza es una forma de acelerar la historia. No nos resignemos a heredar la desigualdad. Porque lo que hagamos hoy, entre nosotras, puede cambiar los próximos 134 años.

Y esa será una revolución silenciosa… pero imparable.

Mayte Valverde Elices
Mayte Valverde Elices
Presidenta de Women in Banking Spain

recientes

lifestyle

Newsletter

Otros artículos