Teresa Arsuaga: «Lo que soluciona los conflictos es que las personas se presten atención, se escuchen y se reconozcan»

Abogada, mediadora y formadora, Teresa Arsuaga lleva años acompañando a personas en la difícil tarea de gestionar sus conflictos. Desde su despacho ha comprobado que, incluso cuando solo una de las partes está dispuesta a mirar la situación con otra perspectiva, es posible desactivar dinámicas enquistadas y abrir caminos hacia el entendimiento.

Fruto de esa experiencia nace su libro Te veo, te escucho, te reconozco. Una guía para la gestión inteligente de los conflictos (Arpa Editores), una obra que invita a reflexionar, sentir y actuar de forma más consciente en los momentos de fricción interpersonal. Lejos de una visión ingenua o superficial, Arsuaga propone un enfoque profundo, práctico y humanista, en el que las emociones, las percepciones y la comunicación juegan un papel central.

El libro ofrece un enfoque humanista sobre cómo entender, vivir y transformar los conflictos. Teresa no los concibe como algo que deba evitarse a toda costa, sino como una oportunidad para crecer, conocerse mejor y construir vínculos más sólidos y honestos. Desde esa premisa, explora el papel de las percepciones, las emociones y la comunicación, tres pilares que considera clave para una gestión verdaderamente eficaz.

Conversamos con ella sobre los orígenes del libro, la fuerza de los pequeños gestos de reconocimiento y el impacto transformador que puede tener una nueva mirada sobre los conflictos cotidianos.

Teresa Arsuaga: “Hay un conocimiento generalizable sobre el conflicto que puede transformar nuestras relaciones”

Teresa Arsuaga: "Lo que soluciona los conflictos es que las personas se presten atención, se escuchen y se reconozcan"
¿Qué te impulsó a escribir este libro?

Lo que me impulsó a escribir este libro fue darme cuenta de que de mi formación y experiencia en el campo de la mediación podía extraer fácilmente un conocimiento generalizable a distintos conflictos y situaciones con el que proporcionar a las personas un mayor control sobre sus conflictos, una mayor conciencia de lo que verdaderamente sucede en ellos.

A su vez, nos ocurría que, en muchas controversias, solo acudía al despacho de mediación una de las partes. En esos casos, no podíamos hablar de mediación propiamente dicha, pero sí que pudimos comprobar cómo las herramientas que proporcionábamos en esas sesiones individuales resultaban útiles y eficaces en la gestión del conflicto.

La idea de que hay un conocimiento generalizable sobre el conflicto y comprobar que el aprendizaje de una de las partes puede romper su escalada, fueron las dos experiencias que me animaron a escribirlo.

¿Hubo algún momento concreto que te llevara a plasmar tu experiencia en palabras?

El primer paso para plasmar esta idea en palabras fue la elaboración de unos talleres que tenían, precisamente, el objetivo de facilitar unas nociones básicas que sirvieran para gestionar los conflictos de forma más inteligente y eficaz y que fueran aplicables a distintos conflictos interpersonales. El primer material para la redacción de este libro se basa en esos talleres.

¿Por qué el título “Te veo, te escucho, te reconozco”? ¿Qué peso tienen estos tres verbos en la gestión de los conflictos?

Porque muchas veces lo que verdaderamente soluciona los conflictos interpersonales no es un juicio, sino que las partes se presten atención, se escuchen y se reconozcan. Esto resulta esencial en aquellos conflictos en los que la relación entre ellas continúa más allá del conflicto.

Mi experiencia es que cuando en una controversia encontramos emociones fuertes y desproporcionadas que hacen que las partes sobreactúen, es decir, se culpabilicen, enjuicien, tengan un exceso de orgullo o de odio, en lugar de centrarse en resolver el conflicto, lo que ocurre con frecuencia es que hay entre ellas una necesidad de atención o de reconocimiento oculta y no resuelta.

Como mediadora y abogada, ¿cuál ha sido tu mayor aprendizaje a lo largo de los años sobre el conflicto humano?

Hay todo un mundo inconsciente al que se le presta poca atención y que es fundamental para poder solucionar bien los conflictos. Dentro de este aprendizaje señalaría los tres puntos clave del conflicto a los que hay que prestar especial atención: las percepciones o interpretaciones de los hechos, ya que suele ser interesadas y algo distorsionadas; las emociones, a veces muy perturbadoras de manera que bajo su efecto no es posible tomar decisiones inteligentes; la utilización de una comunicación que invita al contrataque o defensa, pero no a la colaboración y el diálogo.

Es importante tener conciencia de estos tres aspectos y contar con herramientas para actuar sobre ellos, si se quiere hacer una gestión eficaz de los conflictos. 

¿Cuál esperas que sea el mayor impacto de este libro en quienes lo lean?

Creo que mejorar el modo en que gestionamos los conflictos, el hacerlo de una forma más inteligente y civilizada, es uno de los asuntos que más puede mejorar nuestras sociedades y nuestra calidad de vida. A eso aspiro, a mostrar una reflexión y una experiencia con el objetivo de contribuir en ese sentido.  

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