El cambio de estación no solo afecta nuestra rutina, sino que también genera cambios en nuestro cuerpo. Tras el verano, es común que el cabello luzca más seco, dañado y quebradizo debido a la exposición al sol, la sal del mar o el cloro de las piscinas. En la piel podemos notar sequedad, deshidratación y otros signos de desgaste.
A medida que avanzamos hacia el otoño, es crucial intensificar los cuidados para restaurar y mantener la salud de nuestra piel y cabello. La disminución de la humedad en el aire y las temperaturas más frescas pueden agravar estos problemas, por lo que adoptar una rutina de cuidado adecuada se vuelve fundamental.
Incorporar productos hidratantes y nutritivos es el primer paso. Además, es recomendable realizar exfoliaciones periódicas para eliminar las células muertas en la piel y permitir una mejor absorción de los productos. Un exfoliante suave para la piel y un scrub para el cuero cabelludo pueden ser aliados perfectos en esta transición estacional.
No podemos olvidar la importancia de la protección solar, que debe mantenerse incluso en otoño. La radiación UV sigue afectando nuestra piel, por lo que aplicar un protector solar a diario es una medida preventiva clave para evitar daños a largo plazo.
Por último, la alimentación juega un papel crucial en nuestra salud general. Incorporar alimentos ricos en antioxidantes, vitaminas y minerales no solo beneficiará la salud de la piel y el cabello, sino que también contribuirá a nuestro bienestar emocional y físico durante esta transición. Mantenerse hidratado y reducir el estrés a través de prácticas de autocuidado, como la meditación o el ejercicio, también ayudará a que tu cuerpo se adapte mejor al cambio de estación.
Seis mujeres expertas en cuidados de piel y cabello dialogaron con Mujeres y Cia y dejaron 5 consejos clave para afrontar esta época del año.
Las expertas
Los consejos
1. Hidratación intensiva
Tras el verano, la piel y el cabello suelen estar deshidratados debido al sol, la sal y el cloro. Es clave usar productos ricos en ácido hialurónico y aceites vegetales (como el argán o la rosa mosqueta) para restaurar la hidratación. También es recomendable aplicar mascarillas nutritivas con ingredientes como manteca de karité y aguacate para reparar en profundidad.
«Las mascarillas son grandes aliados cuando necesitamos un extra de hidratación, además de que brindan un momento de relajación para salir de la rutina. Recomiendo utilizarlas los fines de semana cuando estamos un poco más relajadas y contamos con más tiempo para cuidarnos», aconseja Tiziana Iabichella, de la Clínica Médico Estética Ferraro. Lo ideal es aplicarlas después de una buena rutina de limpieza y con la cara totalmente limpia, pueden usarse una vez a la semana o cada 15 días.
Por su parte, la esteticista Silvia Giralt destaca la tecnología Hydrafacial, que mejora la textura y la hidratación de cualquier tipo de piel. No solo eso, también limpia, elimina impurezas y regenera la piel. «Es un procedimiento suave que no implica el uso de productos químicos agresivos ni técnicas abrasivas que puedan dañar la piel. Además, puede disminuir la presencia de arrugas y líneas finas, dando como resultado un cutis más terso y luminoso», explica.
En cuanto al cabello, Nuria Aluart, beauty expert fundadora de Mumona, remarca que el aceite capilar es la mejor solución para darle mayor manejabilidad y evitar la rotura. «Usar tratamientos con aceites capilares nos ayudará a mantenerlo bonito y saludable. Es super efectivo y se puede usar incluso todos los días en las puntas», dice.
«Las mascarillas son grandes aliados cuando necesitamos un extra de hidratación»
2. Renovación celular y exfoliación suave
El otoño es el momento perfecto para realizar una exfoliación suave que elimine las células muertas acumuladas. Exfoliantes enzimáticos o físicos con partículas finas de origen natural, como la avena, son ideales. La frecuencia debe adaptarse al tipo de piel: semanal en pieles normales y quincenal en pieles sensibles.
Estela Cuadrado, de Ártica Bio explica que, durante el otoño, la piel tiende a estar más sensible y a ser más propensa a la sequedad, por eso en esta época del año es especialmente importante ajustar la frecuencia y el tipo de exfoliante que vamos a utilizar. «La frecuencia depende un poco del tipo de piel, siendo lo mas recomendado una vez por semana en pieles normales, una vez cada dos semanas en pieles sensibles y en el caso de pieles mixtas o grasas, aquí se recomienda más frecuencia, siendo lo más apropiado una o dos veces por semana», detalla.
Y agrega: «Personalmente, recomiendo los exfoliantes enzimáticos. Aquí la acción exfoliante la realizan las enzimas obtenidas de frutas como la papaya o la granada. Este tipo de exfoliación no tiene partícula de arrastre y es perfecta para todo tipo de pieles y especialmente recomendada para las pieles más sensibles».
Tiziana Iabichella añade que es clave usarlos de forma controlada, para no alterar la barrera cutánea. «Lo más importante es escuchar tu piel. Si un día sientes un poco más de irritación de lo habitual, no lo apliques y sustitúyelo por una crema reparadora. Al día siguiente ya podrás continuar con tu rutina habitual», aclara.
Nuria Aluart recomienda usar un scrub capilar una vez a la semana, o al menos cada 15 días, para eliminar células muertas y mejorar la microcirculación sanguínea del cuero cabelludo. Los ingredientes más idóneos son magnesio, calcio, manganeso y zinc, para estabilizar y favorecer el equilibrio mineral y natural de la estructura del cabello y el cuero cabelludo.
«El otoño es el momento perfecto para una exfoliación suave que elimine las células muertas acumuladas»
3. Protección solar continua
Aunque el sol no sea tan intenso, los rayos UVA siguen incidiendo y causando envejecimiento prematuro. Por tanto, es esencial mantener la protección solar durante todo el año, incluso en días nublados o cortos. Eva Collar, de Marquessa Clinic Collection, asegura que el error más grave y bastante habitual es olvidar el protector solar. «Que las temperaturas sean más bajas y el sol no sea tan fuerte no nos exime de utilizarlo», remarca.
Estela Cuadrado también lo afirma: «La radiación UVA, causante del envejecimiento celular, es constante a lo largo de todo el año y de todas las estaciones, y aunque no lo parezca, puede atravesar ventanas y nubes, dañando la piel sin que lo notemos».
«Debemos acostumbrarnos a que el protector solar no solo es importante cuando estamos en la playa o hacemos actividades al aire libre. En días menos soleados también será importante proteger nuestra piel de los efectos de la radiación. Además, las formulaciones han mejorado mucho y no solo nos protege de los rayos del sol, sino que también son efectivos frente a la luz azul, así que si estamos todo el día con el ordenador también nos exponemos a ciertas radiaciones, que con el tiempo afectan nuestra piel», explica Tiziana Iabichella.
4. Cuidado desde el interior
Una dieta rica en omegas, frutas y verduras con alto contenido en agua y antioxidantes es fundamental para la salud de la piel en los meses más fríos. Alimentos ricos en vitamina C, como naranjas y kiwi, y vitamina E, como almendras y aceites vegetales, ayudan a proteger la piel del daño ambiental y de los radicales libres.
«Una de mis recomendaciones es tratar la piel desde el interior con nutricosmética avanzada específica para piel sensible, en este caso debería contener un aporte importante de colágeno, ácido hialurónico y Omega 3″, dice Gema Cabañero, fundadora y directora de la Clínica Antiaging.
Estela Cuadrado reafirma que, para tener una piel sana y saludable, es fundamental «alimentar y cuidar nuestra piel desde dentro con buenos alimentos». Algunos alimentos recomendables son pescados, semillas y nueces, por ejemplo. «Estos omegas son esenciales para mantener la barrera cutánea y retener la humedad siempre será bueno».
«Para tener una piel sana y saludable, es fundamental alimentar y cuidar nuestra piel desde dentro con buenos alimentos»
Beber suficiente agua es fundamental para la salud de la piel, para ello podemos incorporará también tés e infusiones, y por su puesto frutas y verduras con alto contenido en agua como la naranja o el pepino. También alimentos ricos en antioxidantes, como las vitaminas C y E que protegen la piel del daño ambiental y de los radicales libres. Naranjas, fresas, kiwi, pimientos rojos, brócoli y papaya son alimentos ricos en vitamina C. En el caso de la vitamina E, la podemos encontrar en alimentos como las almendras, avellanas, y en algunos aceites vegetales como el de germen de trigo, oliva, girasol.
5. Cuidados específicos para pieles sensibles
Con el descenso de las temperaturas y el viento aparecen la sequedad y la descamación de la piel. «Las partes del cuerpo más afectadas son el rostro y las manos porque son las más expuestas, sobre todo en el caso de la piel sensible», dice Gema Cabañero. Su recomendación es extremar los cuidados, utilizando productos que mantengan el nivel óptimo de hidratación en la piel y equilibren la barrera protectora. «En el caso de las pieles con rosácea, esto puede no ser suficiente y se hace necesario añadir cuidados extra con efecto calmante y antiinflamatorio», añade.
Estela Cuadrado recomienda utilizar un enfoque suave, con ingredientes nutritivos que fortalezcan la barrera cutánea. La cosmética natural y ecológica, libre de ingredientes sintéticos, es una buena opción. Ingredientes como el aloe vera, la caléndula y la manteca de karité ayudan a restaurar la piel y reducir la irritación.