¿Alguna vez has pensado en acercarte a una persona o en hacer una llamada y pedir una cita, pero no lo has hecho, por timidez? ¿Has escuchado a una persona contar un problema que tú podrías ayudar a solucionar con tu producto o servicio, pero no te atreviste a acercarte? ¿O eres de los que piensa que “eso de las ventas” no es para ti, por tu carácter conservador y serio?
Piensa por un momento el costo de no hacer esa llamada, de no acercarte a esa persona o de simplemente no “hacer ventas”.
Hay 2 actividades que como empresarios debemos hacer:
Nuestras creencias son un filtro de la realidad, o mejor dicho, nuestras creencias son nuestra realidad, así que si cambias tus creencias, cambias tu realidad1) Estar con un cliente y 2) Promocionar nuestro negocio. Lo malo es que si dejamos que la timidez nos domine, esa segunda actividad tendemos a dejarla “para después” y dejamos, de esta manera, que el dinero se nos vaya de las manos.
Vence tu timidez siguiendo estos 4 pasos:
1. Toma la decisión de NO ser tímido. La timidez la creas tú. Y como tú la creas, TÚ la puedes cambiar. La timidez no es una cosa, es un proceso mental o un hábito, siempre aprendido. Tampoco es una enfermedad. En algún punto simplemente decidiste ser tímido(a) porque de una manera o de otra, te solucionó algún problema o te protegía de lo desconocido. Entonces, así como decidiste irte del lado de la timidez, ahora decide dejarla a un lado e ir tras de todas las oportunidades que se te presenten.
2. Identifica cómo se activa tu timidez. Descubre el proceso inconsciente que te hace ser tímido(a). ¿Cómo? dándote cuenta que siempre que te sientes así, sigues una serie de pasos. Primero, ¿qué lo dispara? ¿qué haces primero? ¿qué haces después? ¿y después? Sigue así por cada paso de tu timidez hasta que tu “programa” se termina. Porque sí termina, ¿o no? No sigues siendo tímido(a) por siempre. Imagina que le vas a dejar instrucciones por escrito sobre cómo ser tímido(a) a una persona que te va a reemplazar de manera que tú te olvides de tener que hacerlo. ¿Qué le dirías? ¿Qué te hace empezar a sentirte incómodo? ¿Ves algo o a alguien? ¿Escuchas algo? ¿Qué te dices a ti mismo? ¿De quién es esa voz? ¿Cómo te empiezas a sentir? ¿Dónde está ese sentimiento? Escríbelo todo, paso a paso, detalle por detalle.
3. Neutraliza tu programa. Si en algún punto del proceso de timidez cambias el paso que seguía, o introduces un nuevo paso o elemento, lo que estás haciendo es interrumpirlo y neutralizarlo. Por ejemplo, digamos que alguna vez escuchaste a lo lejos a una persona hablar sobre un problema que tenía y tú pensaste: “¡mi producto/servicio es ideal para ella! pero si me acerco, seguro me va a ver mal y no le va a interesar” utilizando esa vocecita chillona o deprimida dentro de tu cabeza. Después tuviste un sentimiento de impotencia justo en la boca del estómago del tamaño de una manzana. Para interrumpir o bloquear este programa, podrías decir “¡WOW! ¡Una víctima más!” y frotarte las manos al puro estilo de un vampiro acechando a su presa, para después tomar la manzana, sacarla de tu cuerpo y con una raqueta enorme golpearla y lanzarla contra la pared y deshacerla.
Haz lo mismo en este punto que en el anterior, escribe con el mayor detalle posible cómo y de qué manera interrumpirías el “programa” de la timidez. Juega con lo que escribes y utiliza cosas que te motiven, como la voz de un sargento gritando, Bugs Bunny o cualquier otro personaje. Lo importante es que sea distinto a lo que utilizas en tu “programa” de siempre.
4. Cambia tus creencias. Probablemente crees que eres tímido(a). ¿Cómo lo sabes? ¿Cómo sabes que no estás nada más pretendiendo ser tímido(a) para evitar tener que ser exitoso(a) en tu negocio?
Nuestras creencias son un filtro de la realidad, o mejor dicho, nuestras creencias son nuestra realidad, así que si cambias tus creencias, cambias tu realidad. Las creencias las representamos internamente con imágenes, diálogo interno y sentimientos. ¿Cómo las cambias? Una vez que identificaste dónde está y cómo es la creencia de la timidez (Paso 2), imagina una situación en la que este “programa” se activaría, sólo que esta vez, conscientemente sí puedes decidir cómo cambiarlos, así que imagina la nueva situación (Paso 3), una y otra vez, incluso, cada vez agrega más detalles, incluyendo sonidos, luz, colores, olores y sabores.
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