La palabra innovación se ha convertido en una de las más utilizadas en los últimos años. Sin ir más lejos, en octubre de 2008 realicé una búsqueda de la palabra “innovación” en Google y obtuve 18.031 resultados. Esta misma búsqueda la semana pasada generó 18.900.000 resultados… tan sólo un año y medio después.
Pero el hecho de que sea una palabra sexy y de moda no quiere decir que se haya convertido en una práctica habitual en todas las empresas. Es más, la mayoría de las empresas creen que porque su negocio en sí no es innovador como puede ser el de Google, Apple o Facebook no tienen mucho que hacer al respecto. Como ejemplo de ello, podría citar miles de industrias, desde el obsoleto mundo del seguro, hasta el creativo mundo de las agencias de publicidad quienes aún no saben cómo gestionar la aparición de tantos nuevos canales de comunicación: marketing a móviles, redes sociales, geo-localización a tiempo real, etc.
Trabajando en las tendencias de innovación a nivel global de la industria de alimentos y bebidas, encontré empresas que lo están haciendo muy bien, utilizando diferentes metodologías de innovación adaptadas a su cultura, posibilidades reales y resultados esperados. Trabajando en este momento en el análisis de tendencias de innovación a nivel global de una industria sumamente importante para España -la de alimentos y bebidas-, es que encontré que afortunadamente hay empresas que lo están haciendo muy bien, sin ser Apple o Google, utilizando diferentes metodologías de innovación adaptadas a su cultura, posibilidades reales y resultados esperados.
Ya en 2008 en PROCESOi demostramos que las empresas con mayor capacidad de innovación, habían demostrado tener crecimientos en sus EBITDAs muy superiores al de sus competidores con menor capacidad de innovación. ¿Pero cómo medir la capacidad de innovación? En nuestro caso surgió del factor que obtuvimos fruto de un estudio que realizamos con el Prof. Ramamoorthy de la Universidad de Houston en España: está directamente vinculado a la cantidad y distribución del talento innovador en la organización, al comportamiento de sus empleados y a la existencia de buenas prácticas de innovación en la empresa.
A pesar de haber demostrado esto desde el punto de vista financiero y en todo tipo de sectores (desde seguros hasta electrónica de consumo), sigo encontrándome ejecutivos que dicen que en sus empresas la innovación es fundamental solamente en el desarrollo de nuevos productos. Esto, por ejemplo, me lo planteó la semana pasada un alto directivo de una empresa de biotecnología. He aquí un ejemplo, de una empresa europea, multi-sector que ha hecho de la innovación su principal estrategia de crecimiento exponencial, casualmente siendo la biotecnología uno de los sectores en los que desempeña y en el que ha basado su estrategia de innovación.
DSM: una empresa intrínsecamente innovadora
Esta empresa crea soluciones para los sectores de salud animal y humana, cuidado personal, la industria farmacológica, pinturas y revestimientos, electrónica y de seguridad.
DSM ha hecho de la innovación su principal estrategia de crecimiento exponencial, casualmente siendo la biotecnología uno de los sectores en los que desempeña y en el que ha basado su estrategia de innovación.
En 2005 lanzaron un programa llamado “Visión 2010”, para incrementar su capacidad de innovación, utilizando una metodología conocida como investigación apreciativa, que se basa en construir a partir de las fortalezas. Como resultado, en 2007 el grupo decidió enfocarse más en Biotecnología para lograr mejores resultados económicos y mayores márgenes.
Si bien su ventaja competitiva radica en su capacidad de desarrollar productos sumamente innovadores en cada una de sus áreas de especialización, la estrategia de innovación de la empresa fue mucho más allá del I+D, incluyendo innovación organizacional, cultural y de procesos. La empresa se basa en nuevas necesidades del consumidor y tendencias tecnológicas para determinar su agenda de innovación.
Su objetivo año a año es obtener retornos de inversión en innovación más altos que su propia media del año anterior. ¿El resultado de medir el ROI de innovación? Han logrado desarrollar benchmarks internos en cada uno de los procesos de innovación, para determinar su impacto en las ventas.
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