Escuchar la palabra «no» puede ejercer un efecto negativo sobre la persona que la recibe. En los negocios, y especialmente al emprender, tiene un propósito especial. Sin embargo, si se aborda con la mentalidad correcta, el «no» puede ser una fuerza que impulse el negocio hacia adelante, según sostiene el emprendedor Jani Ahonala. En este sentido, remarca que el «no» puede ayudar a mejorar las ideas, iluminar los puntos ciegos e incluso protegernos de relaciones y asociaciones que no habrían sido buenas.
Para él, no todos los «nos» son iguales. La capacidad de reconocer la diferencia puede convertir a uno en un tomador de decisiones efectivo y un mejor líder. Por ello, identifica tres tipos de «nos»: el «no» ignorante, el «no» ocupado y el «no» reflexivo.
El «no» ignorante
Este tipo de «no» proviene de una persona que no entiende tu industria y que no invertirá su energía para hacerlo. La capacidad de las personas para comprender nuevas ideas está limitada por su propia experiencia. No todas las personas a las que les presentes tu idea tendrán la capacidad para digerir datos sobre nuevos negocios ni para rastrear ideas abstractas que todavía no existen.
El «no» ocupado
Esta es una persona que está tan ocupada, tanto en su calendario como en su mente, que no tiene tiempo para las nuevas ideas. Está sobrecargado por todo lo que tiene que hacer y no le queda espacio para un nuevo pensamiento.
Los «nos» ignorantes y los «nos» ocupados no son dignos de tu energía. No te enganches analizándolos o permitiéndoles que dirijan tu comportamiento. Es importante no juzgar al «no» o a la persona que te lo dice. Acepta simplemente que no es lo que buscas y sigue adelante. El «no» reflexivo, sin embargo, es en donde se encuentra el tesoro.
El «no» reflexivo
Este «no» proviene de alguien que siente curiosidad por tus ideas, te hace preguntas inteligentes, pasa tiempo contigo y muestra interés y empatía. También es probable que esta persona ya conozca la industria o que esté dispuesta a aprenderla contigo. El rechazo, en estos casos, viene porque hay una reflexión detrás y un entendimiento de que la propuesta no va a funcionar.
Con el tiempo, el radar para identificar los tipos de «no» se ajustará finamente. Cuando obtengas un «no» reflexivo, será como un regalo. Es importante usar el superpoder empresarial para poner todo el enfoque en aprender lo que estas personas tienen que decirte. ¿Qué les hace pensar que tu idea podría no funcionar como lo has planeado? ¿Qué datos y experiencias tienen de los que puedes aprender? ¿Qué puedes hacer de manera diferente o mejor?
En los primeros días del emprendimiento, un «no» puede doler. El rechazo se siente como algo profundamente personal porque tu negocio es profundamente personal. Los emprendedores son personas orgullosas y apasionadas y es normal que hagan todo lo posible con su idea o producto. Es probable que hayas hecho grandes sacrificios para construir tu empresa. Las largas noches, el tiempo lejos de la familia y la inseguridad financiera son parte de la experiencia.
La tradición del espíritu emprendedor a veces puede llevar a las personas a creer que las grandes empresas nacieron de la noche a la mañana y eso no es cierto. Los líderes que eventualmente encuentran el éxito primero enfrentan barreras, a veces durante años y sin embargo, eso no parece desmotivarlos. Persisten frente al rechazo, pero también entienden los diferentes tipos de «nos» y cómo proceder después de escuchar uno. Si se usa correctamente, un «no» puede catalizar el crecimiento para ti y tu sueño.
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