El recital de Guillermina Gordon en Clásica y Moderna fue un verdadero oasis en medio de la intensidad de una semana porteña. Desde el instante en que apareció en el escenario, su carisma avasallante capturó a todos los presentes, estableciendo una conexión inmediata que se profundizó con cada nota y palabra.
Con un repertorio ecléctico e internacional, Guillermina logró algo mágico: convertir lo conocido en algo íntimo, casi personal, para el público. Cada canción resonó como un secreto compartido entre ella y la audiencia, gracias a la calidez de su interpretación y la cercanía que solo una artista como ella puede transmitir. Acompañada por un trío de músicos impecables, cuya complicidad y dedicación al detalle se hicieron evidentes en cada compás, el espectáculo se sintió ensayado, pero a la vez vivo y orgánico.
El escenario elegido no pudo ser mejor. Clásica y Moderna, con su atmósfera bohemia y cultural, ofreció el marco perfecto para este encuentro. Recientemente reabierta, la icónica librería-bar de Buenos Aires recuperó su esencia como espacio donde las artes y las emociones fluyen con naturalidad. En este contexto, Guillermina brilló aún más, encajando a la perfección con el espíritu del lugar.
Su actuación es un recordatorio de que lo suyo es el vivo, la conexión directa con el público. Si te lo perdiste, toma nota: su próximo show será en Punta del Este, y quienes ya la han visto saben que es una oportunidad que no se puede dejar pasar. Guillermina Gordon no solo canta, transforma.
Clásica y Moderna, un viaje al corazón de la cultura porteña
Fundado en 1916 por la familia Poblet, este multiespacio icónico no solo es un bar o una librería: es un templo de la cultura popular porteña. En su escenario brillaron los más grandes. Desde poetas hasta cantantes, pasando por actores y conferencistas, todos dejaron huellas imborrables en un espacio que respira arte en cada rincón.
Tras permanecer cerrado durante cinco años, ha vuelto a abrir sus puertas, renovado pero con la misma esencia que lo convirtió en un referente de la vida artística y literaria de la ciudad.
Fundado en 1938 por Ana Weinstein, este mítico bar-librería ha sido testigo de décadas de historia cultural, siendo punto de encuentro para escritores, músicos y amantes del arte. En sus mesas se discutieron ideas, se forjaron amistades y se disfrutaron noches inolvidables de música en vivo, desde jazz y tango hasta recitales íntimos.
La reapertura de Clásica y Moderna no solo recupera un lugar entrañable para porteños y visitantes, sino que reafirma su compromiso con la cultura. Su nueva etapa trae una programación variada que incluye presentaciones de libros, charlas, conciertos y eventos gastronómicos, todo en un ambiente que combina lo bohemio con lo sofisticado.
El regreso de este espacio histórico representa una celebración para quienes valoran los lugares que nutren el alma de la ciudad y para aquellos que buscan redescubrir la magia de un clásico que nunca pasa de moda.
Clásica y Moderna sigue siendo mucho más que un espacio físico. Es un refugio para quienes valoran las palabras, la música y el encuentro humano.