El aporte extra de complejos vitamínicos o de vitaminas aisladas puede afectar, a largo plazo, a los órganos que las metabolizan. En el caso de la Vitamina A, su consumo excesivo no está exento de riesgos: hay evidencias científicas que demuestran sus efectos nocivos cuando la ingesta es desmesurada.
El consumo excesivo de vitamina A puede superar las necesidades biológicas. Aunque la vitamina A es esencial para el buen funcionamiento del organismo, al ser soluble en grasa y almacenarse en el hígado, las deficiencias de este complejo son poco frecuentes.
Su consumo excesivo se considera tóxico a largo plazo. Puede provocar efectos nocivos en los órganos que la metabolizan (ojos, huesos e hígado). La abundancia de este componente se relaciona con visión borrosa, pérdida de peso, falta de apetito y osteoporosis, entre otros síntomas. Los suplementos de vitamina A, o beta-caroteno, son motivo de preocupación para los profesionales de la salud, a pesar de que pueden adquirirse sin receta médica en farmacias y en tiendas de herbodietética.
La abundancia de Vitamina A se relaciona con visión borrosa, pérdida de peso, falta de apetito y osteoporosis, entre otros síntomas.Otras vitaminas, como la D, K, E o C, el ácido fólico y la vitamina B12, también pueden causar alteraciones orgánicas si se toman en exceso, en forma de suplementos, sin juicio médico.
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