Timonear el nuevo ciclo desde la sostenibilidad hacia el impacto, tal vez sea el mayor desafío global al que se enfrente la humanidad en este siglo. Exige armar las mejores tripulaciones y navegar en aguas profundas. Lo habremos conquistado cuando nuestra huella no mida el daño causado sino el impacto generado.
Cambio climático y exclusión social
El 10 de marzo entrará en vigor el Reglamento 2019/2088 de la Unión Europea, sobre la divulgación de información relativa a la sostenibilidad en el sector de los servicios financieros (SFDR).
En la última carta a sus clientes, Larry Fink sostiene que «el nuevo conocimiento sobre la inversión sostenible y el momentum global hacia cero emisiones netas darán lugar a una transformación radical de la economía en las próximas décadas». Sir Ronald Cohen nos alerta que no nos olvidemos de la “S” de social. Habla de soluciones que logren revertir la crisis climática junto a la exclusión social cada día más acuciante. Necesitamos avanzar desde el binomio riesgo-retorno hacia la triple hélice riesgo-retorno-impacto
Un reporte de sostenibilidad integrado
La sensación de estar frente a la valiosa oportunidad de hacer el bien haciendo las cosas bien se va afianzando. Sin embargo, el llamado a ofrecer soluciones sostenibles, se contrapone ante las dificultades de implementar un marco referencial, conceptual y operativo que nos permita actuar y demostrar que actuamos en consecuencia. Muchos están trabajando para ofrecer herramientas y estándares que nos ayuden a navegar en aguas profundas.
La sensación de estar frente a la valiosa oportunidad de hacer el bien haciendo las cosas bien se va afianzando.
Actualmente, el reporte y la difusión de la información sobre sostenibilidad resulta más compleja que la financiera. Teniendo como facilitadores al Impact Management Project, el World Economic Forum y Deloitte; cinco de los principales agentes –CDP, CDSB, GRI, IIRC y SASB– se han unido y han hecho público su compromiso de avanzar juntos hacia un reporte de sostenibilidad integrado.
Nuevas plataformas sectoriales
Paralelamente, van surgiendo nuevos puertos donde recalar. En el sector de infraestructuras, el Grupo del Banco Interamericano de Desarrollo en cooperación con el Banco Europeo de Reconstrucción y Fomento, el Banco Mundial, la Corporación Financiera Internacional, el Banco Asiático de Desarrollo, el Nuevo Banco de Desarrollo, el Banco Europeo de Inversiones, el Banco Islámico de Desarrollo y el Banco Africano de Desarrollo acaban de lanzar una Plataforma de Cooperación en Infraestructura de los Bancos Multilaterales de Desarrollo. A partir de esta unión, presentaron un conjunto común de indicadores alineados.
Esta iniciativa aporta una definición clara de lo que se considera un activo de infraestructura sostenible. Es además, una orientación práctica sobre los indicadores cuantitativos y cualitativos que deben tomarse en cuenta en las fases de diseño, contratación y ejecución. Con los ODS como punto de partida, el marco ofrecido facilita un conjunto de Indicadores de Infraestructura Sostenible (SII).
De este modo, han ideado una referencia para mejorar el fortalecimiento institucional, desarrollar proyectos de infraestructura sostenible listos para ser construidos, reducir los costos de transacción asociados con la preparación y estructuración de proyectos de infraestructura sostenible financiables. Además es una estrategia para movilizar la inversión pública y privada, incrementar la recopilación de datos, facilitar el diálogo y una comprensión común de la sostenibilidad.
Un reto colectivo
Timonear el nuevo ciclo desde la sostenibilidad hacia el impacto guiados por un propósito global a favor de las personas y el planeta se ha convertido en una misión tan exigente como reconfortante. Reúne cada vez más a un mayor número de actores públicos, privados, académicos, y filantrópicos, junto a los ciudadanos.
Habremos conquistado este nuevo ciclo cuando nuestra huella no mida el daño causado sino el impacto generado.
Día a día la sostenibilidad va acercándose al centro. Surgen nuevos instrumentos que consensuan las mejores prácticas. Plataformas y grupos de trabajo sectoriales van tomando más fuerza y muchas empresas están desarrollando un valioso trabajo dentro de sus equipos con cada uno de sus stakeholders y con la comunidad.
Hacia una huella positiva
Hoy sabemos que la tendencia tan crítica en lo ambiental y social no solo puede desacelerar su crecimiento, sino que es posible instaurar un nuevo paradigma de desarrollo que al avanzar reduzca la inequidad. En el que los recursos naturales se regeneren, y las personas desarrollen su potencial siendo parte de la prosperidad. Habremos conquistado este nuevo ciclo cuando nuestra huella no mida el daño causado sino el impacto generado.