Los afiliados inscritos del PP marcaron con su voto un punto y seguido en su partido. Soraya Sáenz de Santamaría fue la ganadora de las elecciones primarias, por delante de Pablo Casado. Ambos pasarán a la segunda vuelta de un proceso interno en el que los compromisarios tienen la última palabra en el congreso nacional, que se celebrará los días 20 y 21 de julio. Santamaría ha ganado entre las bases, pero ahora le queda la batalla definitiva: conseguir el voto mayoritario de los 3.184 delegados del PP. En su primer mensaje, Casado comenzó su cortejo a Cospedal para atraerse sus apoyos, mientras Santamaría le instó a la integración con la ganadora.
Santamaría ha ganado entre las bases, pero ahora le queda la batalla definitiva: conseguir el voto mayoritario de los 3.184 delegados del PP.
La sorpresa de la noche, porque en este proceso novedoso en el PP era obligado que hubiera alguna, fue la caída de María Dolores de Cospedal. La secretaria general de los populares desde 2008, la mano derecha de Mariano Rajoy en el partido, quedó en tercera posición. Cospedal se bajó así de golpe de la carrera por la sucesión de Rajoy, y perdió la batalla contra Soraya Sáenz de Santamaría.
Los resultados de los otros tres candidatos, José Manuel García-Margallo (680 votos), José Ramón García-Hernández (668) y Elio Cabanes (185), fueron testimoniales, y no ensombrecieron la gran competición que se libró por arriba y que no se dilucidó hasta el último momento del recuento.
Los dos primeros pasan como candidatos
Un total de 66.706 afiliados inscritos estaban llamados a las urnas. Solo un 7,6% del censo teórico total del partido, que tenía en sus manos el futuro del PP y el nombre del sucesor de Rajoy. Según los estatutos del partido, son los dos primeros, Soraya Sáenz de Santamaría y Pablo Casado, los que pasan como candidatos a la segunda vuelta de este proceso, que se resolverá definitivamente en la votación de los compromisarios.
Sáenz de Santamaría consiguió 21.513 votos, el 36,9% del total, frente a los 19.967 de Casado (34,3%) y los 15.090 de Cospedal (25,9%). La ex vicepresidenta obtiene 1.546 votos más y tres puntos de diferencia respecto al segundo. En el PP consideraban que, si la victoria era clara, el segundo debía aceptar al primero como vencedor final, y retirarse antes de llegar al congreso nacional. Pero apenas 1.546 votos de diferencia no es un resultado rotundo. La batalla definitiva por el liderazgo del PP quedó abierta.
Casado dejó claro desde el primer momento que quería llegar hasta el final y disputar la segunda vuelta de este proceso, porque estas son las reglas “y hay que cumplirlas”. En su comparecencia, empezó ya a cortejar a Cospedal para atraerla a su candidatura ante la segunda vuelta.