El cine es una vía de escape para los espectadores,… y también para los creadores. En el caso de Ricardo Yebra una fórmula para escapar de un mundo del que no se sentía partícipe. Una forma artística para hablar de temas que sólo trataríamos en la consulta del psicoanalista, como él mismo asegura. Este joven director presentó en 2018 su ópera prima (Lado B). Un trabajo que recibió el reconocimiento internacional en el Festival de documentales Santiago Álvarez de Cuba.
Ahora Ricardo Yebra se encuentra inmerso en “El abismo de los dioses”, donde la mujer juega un papel fundamental, como él mismo nos desvela en esta entrevista exclusiva con MujeresyCia.
En ‘El abismo de los dioses’ la mujer tiene un papel fundamental.
MujeresyCia: ¿Cómo definiste tu profesión? ¿Se parece a tu realidad hoy?
Ricardo Yebra: Mi profesión se empezó a definir cuando tenía 15 años, un profesor me prestaba todos los fines de semana varias películas y las comentábamos en los recreos. En un mundo del que no me sentía partícipe, el cine era una sala oscura donde encontraba refugio y donde viajaba a distintas realidades. Evidentemente, en el momento en que lo conviertes en tu profesión, ese refugio sufre una transmutación. Sin embargo, la fuerza que tiene el cine, hace que esa mirada genuina a la hora de ver y hacer cine, no se pierda.
¿Por qué te decantaste por el documental?
Porque es un género mucho más inmediato. Puedes tirarte cinco años con un largometraje de ficción bajo el brazo, yendo de productora en productora y que nunca llegue a hacerse. Para hacer un documental no necesitas apenas medios, es un género que me ha abierto muchas puertas. Mi nueva película empezó siendo un documental y a lo largo de un proceso de dos años de trabajo, se ha acabado convirtiendo en un largometraje de ficción.
¿Cómo eliges las temáticas? ¿Las buscas o van a tu encuentro?
Las temáticas suelen ser las mismas. A mi modo de entender, el que cuenta historias casi siempre lo hace alrededor de los mismos temas. Estos están muy relacionados con sus intereses más profundos, su forma de ver el mundo e incluso sus obsesiones.
Las temáticas ni se buscan ni se encuentran, están ahí.
La creación artística se convierte en una aproximación tangencial a cuestiones que manejamos en lo más profundo de nuestro ser. El cine, la literatura, la música,… son distintas formas que nos permiten hablar de cuestiones que muchos probablemente jamás hablarían fuera de la consulta de su psicoanalista. Respondiendo a tu pregunta, diría las temáticas ni se buscan ni se encuentran, están ahí.
¿Cómo crees que influyeron tus anteriores realizaciones para llegar a esta? Cuéntanos la génesis
Desde un principio, las etapas que vivimos están perfectamente categorizadas: vamos al colegio, a la universidad, buscamos una pareja estable… Lo cierto es que el mundo del arte funciona por fuera de este esquema. Cuando uno empieza a escribir, a rodar… no termina de entender el motivo por el cual lo hace, hay una fuerza invisible que te empuja. Gastas un dinero que no tienes, lías a todo el que puedes y vives en un mar de inseguridades por no entender exactamente lo que estás haciendo o a dónde te va a llevar.
¿Entonces?
Que un día llega un proyecto que le da sentido a todo, de pronto entiendes el camino que has recorrido. Ves que detrás de aquello que estás haciendo hay una mirada que has construido a lo largo de los años sin darte cuenta, hay una búsqueda que te acerca cada vez más a un sello propio.
¿Qué rol tienen las mujeres en este proyecto?
Las mujeres tienen un papel primordial, son el motor que impulsa al protagonista a hacer un viaje que trasciende la vida terrenal. Existen muchos mitos acerca de la Madre Tierra, y no es casualidad que, en El abismo de los dioses, el protagonista descienda a la cueva más profunda del mundo. Este descenso es la vuelta al hogar, al útero materno.
Tu próxima localización, la cordillera del Cáucaso ¿En qué etapa estás?
Ahora mismo estamos en etapa de preproducción, el Covid-19 nos ha retrasado el rodaje que teníamos pendiente este verano y todo apunta a que rodaremos en los próximos meses tanto en Écija (Sevilla) como en el Cáucaso.
Qué es lo más gratificante y lo más complejo…
Hay mucho de gratificante a la hora de levantar un proyecto tan complejo como el nuestro. Por un lado, está el hecho de ver en pantalla algo que has ideado de la nada, eso es algo que nunca deja de sorprenderme.
Más allá de eso, la película es al cineasta lo que la piedra es al escultor. No sé quién decía que la estatua se esconde dentro de la piedra, el trabajo del escultor es simplemente quitar lo inservible.
En un proceso tan largo como hacer una película, resulta muy gratificante entender que esta tiene una vida propia que tienes que respetar. A lo largo del proceso creativo, tienes a muchas personas a tu alrededor con ideas muchas veces mejores que las tuyas, en esos momentos tienes que saber que la película siempre es la que manda. Aunque la última decisión sea tuya, trabajas en conjunto para sacar adelante una película que en cierta forma siempre había estado ahí. Diría que lo más complejo es todo el papeleo, el dinero, los contratos etc.
Te sentirías feliz si…
Me sentiría feliz si… con cada película que hiciese, estuviera más cerca de conocerme a mí mismo y el mundo a mí alrededor. En ese camino estoy.