Desde el año 2014, cada 19 de noviembre, se celebra el Día de la Mujer Emprendedora en 144 países y 110 universidades y colegios internacionales. Se trata de una iniciativa creada en por la empresaria norteamericana Wendy Diamond, una de las autoras más vendidas en Estados Unidos y una personalidad destacada de la televisión.
Es por eso que hemos escogido a varias mujeres emprendedoras que forman parte de nuestra comunidad, y que trabajan en sectores diversos, para que expongan sus motivos, desafíos y modos de transitar los caminos que depara la vocación emprendedora.
Las protagonistas
Daniela Goicochea es
un equipo repleto de expertas en estrategia, creatividad y redes sociales y un experto en finanzas y RRHH. Basan el éxito de su consultora 99% femenina en probar cosas nuevas, apostar por el talento y crecer junto a sus clientes.
Isabel Portero es fundadora y CEO de Biohope, una empresa biomédica en fase comercial centrada en la I+D, la protección de la propiedad intelectual y la autorización reglamentaria de herramientas IVD de Precision Medicine, para afecciones inflamatorias crónicas.
Natalie Batlle es fundadora y CEO de Juno House, una comunidad diversa de mujeres intergeneracionales que fomentan la colaboración por encima de la competencia e impulsan la economía local.
Ana Mesonero es la fundadora de ASLAM, empresa fundada en 2013 y enfocada en la consultoría y servicios de tecnologías de la información, consultoría IT, mejora y optimización y seguridad.
Primeros pasos
Empezar nunca es fácil. Los miedos y las inseguridades se amontonan antes de dar el llamado «primer paso», pero siempre hay un impulso que es más fuerte y que termina por interponerse ante todos los pensamientos negativos.
Para Daniela Goicochea, ese impulso llegó después de darse cuenta de que podía generar un gran impacto. «El primer paso lo he dado porque sé que hay un espacio para mí en el mercado y porque me siento capaz de sacar una empresa y un equipo adelante. Al momento de darlo es cuando todo comienza y todo coge forma», resumió, en diálogo con Mujeres&Cía.
«Como emprendedora siento el deber de crear proyectos y hacer crecer a las personas que me acompañan», agregó.
Isabel Portero y Natalia Batlle dieron el primer paso porque no podían encontrar lo que ellas estaban buscando. En el caso de Isabel, su búsqueda tenía que ver con un lugar profesional donde estuviera cómoda y donde pudiera trabajar al máximo su potencial y sus capacidades.
«Tuve experiencias agridulces en un par de sitios y pensé que la mejor forma de realizarme profesionalmente era crear una organización, en este caso una empresa, donde las cosas se hicieran y decidieran de otra manera», expresó.
Natalie, tras su paso por Nueva York, descubrió que en Barcelona faltaban espacios que trabajaran por y para mujeres, fue por eso que decidió crear «un espacio diseñado para que las mujeres conectaran, se relajaran y tuvieran un espacio en el que inspirarse».
Ana Mesonero, en tanto, siguió una inquietud que se le despertó tras varios años de experiencia en el sector IT. Se trataba de crear «la nueva cara de la ingeniería digital, una empresa más cercana con los trabajadores y con los clientes, donde se reforzaran valores como la lealtad, la nobleza, el compromiso y la pasión».
«Al principio tuve un huracán de sentimientos: motivación, ganas, me sentí
empoderada, pero también sentí vértigo y una gran responsabilidad para con el
equipo que comenzó mi aventura conmigo», sostuvo.
Almudena Trigo decidió emprender para resolver un problema existente en su área. Tras haber trabajado como científica, detectó que había «grandes desafíos para que las tecnologías que se desarrollan en ámbitos científicos llegaran a la sociedad, y uno de ellos era la financiación».
«Por eso, decidí dejar la ciencia y poner en marcha BeAble Capital, para convertir esas tecnologías en productos y empresas rentables que resolvieran los grandes retos a los que nos enfrentamos como sociedad», indicó.
Los desafíos
A la hora de emprender, son muchos los obstáculos a superar y es necesario estar dispuesta a cometer errores, según opina Natalie Batlle, y agrega que lo importante es siempre aprender de ellos.
Conseguir la financiación inicial y afrontar las múltiples «crisis de creciemiento» es otra de las cuestiones a tener en cuenta. «Ser empresaria en España es probablemente de lo más difícil que se puede hacer en este país, y además sin fondos ni padrinos se hace mucho más difícil», opinó Isabel Portero, al tiempo en que expresó que «hacer equipo es imprescindible».
Daniela Goicochea coincide en este último punto: «He conseguido a las personas correctas en el momento correcto: mentores, especialistas, libros, equipo. He aprendido a delegar aquellas tareas que no son vital que las haga yo, confiando en que mi equipo será capaz de hacerlas mucho mejor».
Almudena Trigo y Ana Mesonero también destacaron la importancia de acompañarse por un buen equipo para superar los desafíos que vayan surgiendo.
La fuerza
A pesar de todos los malos tragos que debieron afrontar, hay muchas otras cosas que hace que estas mujeres sigan adelante con sus proyectos.
En el caso de Isabel Portero, es «la ilusión por hacer una contribución a la medicina y sobre todo a los pacientes». Algo similar respondió Almudena Trigo, ya que su motor es «la convicción de que la ciencia puede resolver los desafíos de sostenibilidad a los que se enfrenta la sociedad».
«Tenemos una gran capacidad científica que debemos transferir al mundo empresarial para reindustrializar nuestro país, activar la economía y crear puestos de trabajo cualificados» opinó.
Para Daniela Goicochea son las personas que componen su equipo. «Verlos superarse, crecer y sentirse orgullosos del trabajo que hacen es mi mayor motivación», contó.
La motivación de Natalie Batlle viene de ver el sueño de muchas mujeres hecho realidad. «Juno House se ha convertido en el espacio referente para las mujeres en Barcelona que quieren conectar, conciliar, cuidarse y crecer profesional y personalmente. Eso me motiva para seguir creciendo y trabajando», expresó.
Ana Mesonero, en tanto, es una apasionada por su trabajo y sigue en pie gracias al trato con sus compañeros, con sus clientes y al desafío que supone abrir nuevos clientes. «La motivación que siento al tener reuniones con clientes, fruto del excelente servicio que da mi empresa; el orgullo de haber creado una consultoría tecnológica formada por un equipo de profesionales extraordinarios; el mantenerme en la lucha continua de abrir nuevos proyectos; seguir creando producto propio; la adrenalina de seguir conquistando nuevos
sectores; y sobre todo el sentimiento de saber que aún tengo mucho que aportar a
este sector», enumeró.
¿Qué le dirías a las mujeres que están pensando en emprender pero aún no se animan?
Almudena Trigo: «Que sigan su instinto y no desistan a pesar de los problemas que surjan. Si realmente sienten pasión por lo que hacen, están en el buen camino».
Daniela Goicochea: «No estáis solas, todas hemos sentido el miedo que significa el riesgo de emprender. El miedo no se va a ir, pero aprendemos a vivir con él. Analizad vuestros números y definir una propuesta de valor única. Pedir ayuda y estar listas para el cambio constante y la montaña rusa de emociones. No será fácil, pero os garantizo que será una etapa de crecimiento que traerá muchísima satisfacción».
Isabel Portero: «Que se lo piensen bien, es un camino duro y lleno de incertidumbre. El contexto general no ayuda, el empresario es «el malo» en España. Aparte, si se quiere seguridad o se necesita certidumbre económica, es mejor no hacerlo. Sin embargo, si se tiene clara una visión, se tiene mucha ilusión, se pueden correr riesgos en una etapa vital determinada y se cree en el propio proyecto, animo a hacerlo. Las cotas de libertad, autonomía, y satisfacción cuando salen las cosas, son enormes».
Natalie Batlle: «Siempre digo que emprender no es un camino fácil y no es para todos. Soy realista en este sentido y creo que es muy importante conocer las dificultades y retos a los que nos enfrentamos para poner en marcha un negocio. A todas las mujeres que están pensando en dar el paso, les animo a que investiguen la viabilidad del proyecto y que se aseguren de que están preparadas mental y físicamente para emprender. Si tienen la actitud y la energía y hay oportunidad de negocio, como digo yo siempre “the sky is the limit”».
Ana Mesonero: «Todas tenemos inseguridades y barreras autoimpuestas, pero hazlo, vas a sobresalir. Te enfrentarás a desafíos y retos, pero los superarás siempre aprendiendo de ellos y ganando experiencia para los siguientes».
Estas son las startups de mujeres españolas que podrían ser los próximos Unicornios