Bajo la etiqueta #No sin mujeres un nutrido grupo de economistas y académicos de ciencias sociales españoles acaban de lanzar una iniciativa y un compromiso. Este es no participar como ponente en ningún evento académico -conferencias, congresos, jornadas, mesas redondas- de más de dos ponentes donde no haya, al menos, una mujer en calidad de experta.
Daniel Fuentes: “El diagnóstico que hagamos de la sociedad tiene que tener protagonismo femenino. No podemos construir el mundo los hombres solos».
Entre los firmantes se encuentran economistas como Emilio Ontiveros (presidente de AFI y catedrático de la UAM), Santiago Carbó (Universidad de Bangor), Rafael Domenech (jefe análisis macroeconómico BBVA y profesor de la UV), Jorge Fabra, Juan Moscoso del Prado (CES), Juan Torres (universidad de Sevilla) o Daniel Fuentes (economista independiente).
Este último ha sido uno de los impulsores del manifiesto, junto a Alan Cuenca y Nacho Conde. «A partir del 8 de marzo empezamos a pensar, porque el tema de los paneles exclusivamente masculinos era algo que nosotros comentábamos», afirma Fuentes.
También hay politólogos, sociólogos, juristas y periodistas como Pau Marí-Klose (Universidad de Zaragoza), Víctor Lapuente (Universidad de Gotemburgo), Juan Luis Manfredi (Universidad de Castilla-La Mancha), Ignacio Molina (investigador principal del Instituto Elcano), Octavio Salazar (Universidad de Córdoba), Pablo Simón (politólogo, Universidad Carlos III).
«Hay un trabajo de fondo de mucha gente que se ocupa a estudiar la desigualdad de género, que no es algo nuevo, pero la diferencia es que el 8 de marzo ha marcado un antes y un después. Todos hemos sentido que estaba pasando algo, que no era un fenómeno de moda y que teníamos que estar a la altura de las circunstancias», señala el economista independiente Daniel Fuentes. «Al final somos los hombres los que estamos generando el discurso. El diagnóstico que hagamos de la sociedad tiene que tener protagonismo femenino. No podemos construir el mundo los hombres solos».
Compromiso de mínimos
Fuentes reconoce que el objetivo que finalmente aparece en el manifiesto de que haya por lo menos una mujer en los eventos es un mínimo. Se pretendía inicialmente ser más ambicioso hasta alcanzar la paridad.
Se tomaba como ejemplo la Ley de Igualdad, aprobada por el Gobierno de Zapatero en 2007, que establecía la necesidad de paridad entre los altos cargos de la Administración, entendida como al menos el 40% de presencia de ambos géneros. «La ambición del compromiso inicialmente era la paridad, pero estamos muy lejos de eso. A veces por problemas prácticos, en ciertas disciplinas donde hay pocas mujeres», señala.
«La reflexión es que o te obligas o no lo haces. Yo mismo era reacio a las cuotas hace algunos años, porque parece una imposición. Pero la realidad me dice que, si no hay incentivos normativos, compromisos explícitos o sistemas de cuotas, no avanzamos», apunta Fuentes.
«Cuando nos inviten a un evento tenemos que tener el reflejo de recordar que hemos adquirido el compromiso de exigir que haya por lo menos una mujer. Es el hábito que tenemos que incorporar», afirma.