Dar información sobre lenguaje inclusivo. Ese es el principal objetivo que tiene Judith González, filóloga parte del equipo de la Fundéu BBVA, cuando presenta la Guía de Lenguaje Inclusivo en la la IX edición del Congreso Internacional de Comunicación y Tecnología Comunica2, organizado por el Campus de Gandia en Universitat Politècnica de València.
¿Es inclusivo el uso del masculino genérico?
Judith explica que su uso está normalizado por economía lingüística: las alternativas como el desdoblamiento de géneros son inorgánicas en la lengua hablada y dificultan la concordancia gramatical.
Las voces que piden lenguaje inclusivo proponen que en ámbitos donde haya gran número de mujeres, el femenino pueda usarse como genérico.
Sin embargo, cada vez hay más mujeres que ocupan puestos de trabajo que tradicionalmente eran considerados masculinos. Por este motivo, las voces que piden lenguaje inclusivo proponen que en ámbitos donde haya gran número de mujeres, el femenino pueda usarse como genérico. Otra cuestión que comenta Judith es la de utilizar los morfemas x, e o incluso @ para expresar un género indefinido, lo cual funciona bien a nivel gráfico, pero no se pronuncia con naturalidad en un discurso espontáneo. La ponente menciona también la posibilidad de usar sustantivos epicenos como persona en lugar de hombre o mujer para crear una idea plural. Explica el interés que esto tiene desde el punto de vista de las empresas ya que, según Judith: “hay estudios que demuestran que utilizar lenguaje más inclusivo en ofertas de empleo hace que las personas que se presentan sean de un colectivo más diverso. Y esos equipos diversos son más creativos y trabajan mejor juntos.”
El lenguaje inclusivo tiene detractores.
Si desde la infancia una persona se cría escuchando una serie de palabras que luego se transforman repentinamente, su impresión es que suenan mal. La Fundéu BBVA no lo considera un criterio lingüístico para hacer ciencia, por lo que recomienda usar la forma femenina aunque no tenga toda la aceptación que podría. Judith comenta que la academia no tiene una lista de recursos de lenguaje inclusivo, pero eso no significa que no sean correctos ni se puedan utilizar. Al final, queda a criterio de cada hablante cómo y cuándo emplear esos recursos. Lo que la RAE quiere es que los hablantes tomen las decisiones con consciencia e informados.
Judith concluye su ponencia reflexionando acerca de la relación entre la sociedad y la lingüística. Pese a que los cambios gramaticales sean lentos, ya se observa el uso del femenino de manera espontánea en contextos en los que antes la mujer no tenía cabida, como es el de los deportes. Lo que hace falta para que la inclusión termine de producirse, según Judith, es “un contexto compartido y real en el que existan mujeres y hombres que realicen todo tipo de profesiones. Que la imagen mental esté viva en nuestras cabezas. Que cuando oiga la palabra ‘piloto’ sea capaz de imaginar también a una mujer.” Judith recomienda apoyar las ideas con el uso de la lengua, que sirva para ayudar a construir pensamiento y a entender y compartir el mundo.
Un web con recursos
Presenta asimismo un sitio web disponible en: https://www.fundeu.es/lenguaje-inclusivo/ en el que se abordan las principales cuestiones que están generando debate actualmente y cómo se posiciona la academia ante ellas.