La política Argentina es un mujerío. Después de que la diputada Cinthia Hotton denunciara presiones durante la votación del Presupuesto 2011, se constituyó una reunión de la Comisión de Asuntos Constitucionales, presidida por la diputada Graciela Camaño, que en medio del debate le dio un golpe con el puño cerrado al diputado oficialista Carlos Kunkel. La acusada de presionar fue otra mujer: La diputada Patrcia Fadel. Elisa Carrió fue la directora de orquesta del juego opositor, y Patrcia Bullrich también defendió esta posición en todos los medios. La presidenta Cristina Fernández de Kirchner salió a contestar.
De dónde viene la pelea
Es necesario remontarse a los orígenes de la historia. Cuando el ejecutivo mandó el Proyecto de Ley del Presupuesto 2011, sectores de la oposición (fragmentada) se negaron a aprobarlo. Después de una sesión fallida, donde la oposición logró trabar la votación mediante acusaciones de intentos de soborno por parte del oficialismo, se convocó a una reunión de la Comisión de Asuntos Constitucionales que preside la diputada Graciela Camaño, peronista opositora. Allí se esperaba que la diputada del mono bloque Valores para mi país, la cobista y evangelista Cinthia Hotton, diera el nombre de quién le había ofrecido qué a cambio de que se retirara del recinto para no votar en contra, tal como había declarado durante la sesión anterior.
Ella dio el nombre de la diputada del Frente para la Victora Patricia Fadel, aunque su declaración tuvo una sorpresa: fue Hotton quien llamó a Fadel, media hora antes de la votación, supuestamente para que le firmara un proyecto “por la vida”, ya que ambas son activistas anti aborto. Resulta inverosímil pensar que alguien se siente presionado cuando ni siquiera fue llamado. Y por otro lado, como diría después el diputado también opositor, del bloque Proyecto Sur, Eduardo Macaluse: “Si no quieren presiones, pónganse una farmacia o dedíquense a la jardinería”. Fadel contó que le preguntó cómo pensaba votar, y obviamente habrá intentado convencerla. ¿O con qué objetivo llama un diputado pocos minutos antes de una votación? ¿La tarea legislativa no supone convencer a sus pares?
Fadel, por su parte, se mostró dispuesta a llevar el asunto a la Justicia, y contó que durante la tarde Carrió le había pasado por al lado y le había dicho: “Muchas gracias, vuelvo a ser candidata en 2011”. En ese momento no entendió a qué se refería, pero después le empezó a cerrar. “Carrió se los llevó puestos a todos y la verdad es que le hizo mucho daño a la institución en general”, declaró Fadel.
Por su parte, Elisa Carrió agitó las aguas diciendo que se trataba de la Banelco, rememorando un episodio durante el gobierno de Fernando de La Rúa, donde mediante sobornos comprobados se logró la ley de flexibilización labora. En el caso reciente, Carrió primero dijo – sin ofrecer nombres- que se hablaba de una cifra enorme en pesos, y después repitió el número pero dijo que eran dólares. Finalmente, sus aliados la acusaron de orquestadora. Patricia Bullrich confesó en un programa de TV que si llegaban al recinto era posible que no ganaran la votación. Mientras tanto los grandes medios amplificaban la cuestión, el presupuesto sigue sin aprobarse. Las excusas de intento de corrupción no tienen nombres ni cifras comprobables.
El momento de la piña
El escenario era la Comisión de Asuntos Constitucionales. Camaño estaba presidiendo. Durante el discurso del kirchnerista Carlos Kunkel, ella se acercó a él. Teniéndola a escasos metros, se le ocurrió aludir a la conocida frase del marido de la diputada, el sindicalista Luis Barrionuevo, que dijo en los 90: “Nosotros en este país tenemos que dejar de robar por lo menos por dos años”, en un acto fallido televisado. Y entonces la diputada, con el puño cerrado y el brazo estirado, le embocó un golpe en el medio de la cara. Con esta reacción se logró impedir una votación en la que el oficialismo podría haber logrado la aprobación del Presupuesto 2011.
Respuesta oficial
Mientras tanto, la presidenta estaba oficiando el acto de inauguración de la Universidad Nacional Arturo Jauretche, en Florencio Varela, Conurbano Bonaerense. Y dedicó unas palabras a la cuestión, respondiendo a la militancia presente que cantaba pidiendo la renuncia del vicepresidente opositor, Julio Cobos: “Hay que respetar a todos, aun a los que no nos respetan. Eso es símbolo de grandeza moral. Aun a los que nos insultan, nos agravian y nos pegan”, dijo.
*Por Vanina Pasik, editora de Mujeres&Cia. Argentina
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