La brecha salarial de género en España se prolonga durante toda la vida. La diferencia media entre las pensiones de jubilación que perciben hombres y mujeres es actualmente de 450,1 euros al mes. La maternidad y las dificultades para conciliar la vida laboral y familiar son dos de las principales causas que provocan esta desigualdad. Además, el nivel educativo también influye: cuanto más alto, más grande es la brecha en las pensiones que sufren las mujeres jubiladas, según revela el último estudio del clúster ClosinGap.
Un informe del sindicato de técnicos de Hacienda (Gestha) revelaba el pasado mes de marzo que la diferencia media de los salarios entre hombres y mujeres en España es del 29,3%. Pero esta brecha no solo perjudica al sexo femenino cuando trabaja. De hecho, se hace más patente en la jubilación. Según el estudio de ClosinGap, la pensión pública media de una mujer, incluyendo todas las contributivas, es de 740,2 euros, frente a los 1.162,3 euros que perciben de media los varones pensionistas. Y esta diferencia de 422,2 euros se incrementa hasta los 450,1 euros en el caso de las pensiones de jubilación.
Las mujeres en España sufren lagunas en sus cotizaciones a la Seguridad Social derivadas de la maternidad, la crianza y el cuidado de las familias.
En consecuencia, el gasto de la Seguridad Social en pensiones para ellas es casi 24.500 millones de euros inferior al destinado para los hombres. Ello pese a que las mujeres representan el 48,4% del total de pensionistas (4,2 millones). También cobran más de la mitad (el 51,6%) de las pensiones, ya que reciben más de un tipo de pensión con más frecuencia que los hombres. Por ejemplo, de viudedad y de jubilación.
«La maternidad penaliza»
La maternidad “penaliza a las mujeres» en sus carreras profesionales. Así lo defendió Marieta Jiménez, directora general de Merck en España y presidenta de ClosinGap, tras un análisis impulsado por la aseguradora Mapfre y llevado a cabo por la consultora Afi.
Lo más habitual es que sea la madre la que haga el ‘sacrificio’ de dejar su trabajo, aunque sea temporalmente, para dedicarse al cuidado de la familia. Tal y como recoge el estudio, esto supone que las mujeres en España sufran «lagunas» en sus cotizaciones a la Seguridad Social «derivadas de la maternidad, la crianza y el cuidado de las familias». Interrupciones que tienen su correspondiente impacto negativo en la cuantía final de sus pensiones de jubilación.
Pero el análisis no se queda ahí, ya que el clúster destaca que los efectos sobre la pensión por jubilación de estas «lagunas» en la carrera laboral «son mayores cuanto más alto sea el nivel educativo completado por la mujer trabajadora y cuanto más dilate el periodo de interrupción de su carrera laboral».
Cuantos más estudios, «lagunas» más profundas
Así, toma como referencia el perfil de una mujer con estudios de Educación Secundaria Obligatoria (ESO), con un salario medio bruto anual de 18.908 euros distribuido en 14 pagas mensuales y que decide tener su primer hijo con 31 años de edad. En consecuencia, disfruta de las 16 semanas de baja por maternidad correspondientes, tras la que decide coger una excedencia de tres años para el cuidado del hijo y, posteriormente, dejar de trabajar durante nueve años, hasta que su primogénito alcance los 12 años.
Como consecuencia, esta hipotética mujer tendrá una pensión de jubilación contributiva un 10% inferior a la que percibiría si no hubiera abandonado su trabajo temporalmente para cuidar a su hijo. Y en el caso de tener dos hijos, la diferencia se amplía hasta el 11,9%, según ClosinGap.
Pero la brecha crece aún más si la mujer tuviera «un nivel de cualificación alto» (como un título universitario) en vez de ‘solo’ la ESO: las «lagunas» provocadas por su maternidad en la cotización supondrían una diferencia en su pensión del 14,8%, en caso de tener un hijo, e incluso del 18,4% si tuviera dos.
Precisamente la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) ya alertaba de este hecho en 2016, en su informe Permiso por paternidad: ¿dónde están los padres?, en el que aseguraba que los hombres son por lo general más reticentes a coger la baja por paternidad (y, menos aún, una excedencia para el cuidado de los hijos) por temor a que esto «tenga implicaciones en su carrera profesional».
De esta manera, el estudio recoge que «las pérdidas derivadas de la interrupción recurrente de la carrera de cotizaciones en el mercado laboral con motivo del cuidado de hijos superan, en todos los casos, la compensación del 5% por dos hijos» que contempla actualmente el sistema de pensiones español.