Si hablamos de Wall Street, la Citi Londinense o la Bolsa Española automáticamente pensamos en hombres jóvenes, agresivos, ambiciosos, master MBA, MIT o CFA y marcado perfil cuantitativo. Pero esto no es más que un tópico establecido porque si tuviera que señalar un inversor de referencia a nadie le cabe duda que hoy por hoy sigue siendo Warren Buffet y tiene 79 años.
Y si tuviéramos que señalar un analista de referencia sería Meredith Whitney…Y es una mujer… Supo acertar cuando nadie lo anticipó, con su pesimista visión sobre el sector bancario, antes de que la crisis subprime se desatara con intensidad. Ocupaba entonces el cargo de analista financiero de Oppenheimer, entidad que dejó para constituir su propia firma de inversión, Meredith Whitney Advisory Group LLC.
Si tienes capacidad analítica, una fuerte orientación cuantitativa y tus decisiones se basan en la interpretación de datos pasados, serás un buen analista pero esto no es suficiente para asegurarte éxito en las inversiones. La inversión en bolsa no puede reducirse a una fórmula ni se puede aprender de ningún modelo: es una combinación de ciencia y arte…
Si tienes capacidad analítica, una fuerte orientación cuantitativa y tus decisiones se basan en la interpretación de datos pasados, serás un buen analista pero esto no es suficiente para asegurarte éxito en las inversiones. No hacen falta grandes técnicas de análisis para encontrar oportunidades de valor, ni tener una edad, sexo o master determinado, pero sí son imprescindibles, grandes dosis de sentido común y mucha dedicación.
Las claves para realizar inversiones rentables, minimizar las pérdidas y asumir un riesgo limitado están en una mentalidad apoyada en la seguridad, la confianza, la tenacidad, la integridad y la intuición. Cualidades que en la mayoría de los casos juegan a favor de las mujeres. Sin embargo, el mundo de las inversiones bursátiles es todavía un territorio en el que los hombres dominan por abundante mayoría.
El riesgo de toda inversión es la ambición que nos lleva a comprar en máximos y el miedo que nos impulsa a vender en mínimos. Quizás las mujeres por su mayor aversión al riesgo frenan sus decisiones de inversión en máximos y por su mayor intuición y percepción de pequeños detalles detienen las ventas en mínimos.
La revista francesa Revenue Hebdo publicó un estudio que avalaba esta tesis: “Los fondos franceses de acciones gestionadas por mujeres han conseguido resultados más consistentes que los gestionados por hombres en periodos de 12 meses, tres y cinco años” señala la publicación.
Es preferible para nuestra reputación fracasar de manera convencional que lograr el éxito de manera original. Equivocarse a la vez que los demás es más cómodo que equivocarse sólo. En general las mujeres no especulamos con inversiones que no entendemos, porque buscamos más el negocio que la acción. Pensamos en el largo plazo. Por eso, hemos de confiar en el negocio, en el equipo directivo y en el balance, aunque el sector no esté de moda; somos pacientes y al final los mercados suelen ser eficientes y acaban reflejando la valoración adecuada del negocio. El secreto es adelantarse, no temer adelantarse y acertar…y las mujeres nos adelantamos.
Como sabéis en el argot bursátil se denomina bullish a los optimistas que apuestan por una bolsa alcista y bearish a los pesimistas que apuestan a la baja. Lo que no se dice, es que aunque unos sean toros y otros osos, todos son borregos porque la mayoría compra cuando sube y casi todos, venden cuando la bolsa baja. Es preferible para nuestra reputación fracasar de manera convencional que lograr el éxito de manera original. Equivocarse a la vez que los demás es más cómodo que equivocarse sólo.
Sin embargo el secreto de invertir en bolsa es ir contracorriente, seguir tus propias reglas…comprar lo que nadie quiere cuando nadie lo quiere y vender cuando todo el mundo esta comprando…
Ya lo dijo Hetty Green que fue una dama de Wall Street del siglo XIX y que consiguió hacer una de las mayores fortunas de la época. Su estrategia de inversión era comprar activos de calidad cuando estaban baratos… “Cuando creo que una cosa se abarata porque nadie la quiere, la compro en grandes cantidades y la guardo. Luego cuando llega la hora, me tienen que venir a buscar para pagarme un buen precio por mis inversiones”. Warren Buffet no está haciendo nada nuevo, sino lo mismo que Hetty Green hacía hace más de un siglo.
Quizás las mujeres por su mayor aversión al riesgo frenan sus decisiones de inversión en máximos y por su mayor intuición y percepción de pequeños detalles detienen las ventas en mínimos. Si una dama de Wall Street de finales del siglo XIX con un sinfin de circunstancias en contra (faltaban décadas para que ganaran el derecho al voto), consiguió una fortuna tres veces superior a la de Ophrah Winfrey en términos reales… ¿Por qué no intentamos nosotras alcanzar el éxito en nuestras inversiones cuando no tenemos los obstáculos a los que se tuvo que enfrentar Hetty Green y además, disponemos de mucha más preparación e información?
Por ejemplo si pensáis que en el futuro el 80% de las películas en cine serán en 3D y la estereoscopia dominará la televisión y los móviles en pocos años ¿Por qué no invertir en fabricantes de gafas para 3d digital?
Y si después de salir de compras comprobáis que determinada empresa textil ha lanzado una colección que estáis seguras que arrasará esta primavera…¿Por qué no comprar también las acciones?
Un hombre podrá hacer análisis técnico, screening cuantitativo, descontar flujos de caja y hacerlo muy bien, pero seguro que no es capaz de diagnosticar si la nueva colección tendrá éxito o será un auténtico fracaso.
Adelante, identifica un proyecto del que quieras ser parte, invierte y sé paciente…
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