Los resultados del informe «Brecha salarial y presencia de la mujer en puestos directivos 2021″ son contundentes: de la totalidad de los puestos de dirección general, solo el 8,8% están ocupados por mujeres. Ese escaso porcentaje está incluido en otro guarismo también exiguo: la presencia femenina en puestos directivos es, tan solo, del 18,8%.
Asimismo, ese 18,8% ha reflejado un dato que, aunque tiene sabor a poco, es positivo: supera en un 2% al resultado del año 2020.
Al respecto, la Ing. Indry Canchila, socia directiva de consultoría de ICSA, ha expresado: el sistema ha mostrado un comportamiento y una tendencia diferente a la que veníamos viendo durante los últimos 10 años, lo cual es positivo, pero claramente insuficiente.
A ello agregó: «Hay que insistir en un esfuerzo, tanto en el ámbito laboral como en el personal, para que este cambio pueda arraigarse en nuestra cultura y forma de pensar. Las medidas tomadas hasta la fecha nunca serán suficientes si pervertimos el sistema y solo cumplimos con los mínimos establecidos por las normativas.»
Las medidas tomadas hasta la fecha nunca serán suficientes si pervertimos el sistema y solo cumplimos con los mínimos establecidos por las normativas.
A menor dimensión, mayor presencia femenina
Del 18,8% de mujeres directivas, la pequeña empresa concentra más del 60% de las posiciones directivas femeninas.
Brecha salarial
A la vez, en lo referente a la brecha salarial entre hombre y mujeres, el estudio arroja un 14,4% en niveles directivos, un 11% en cuadros medios y un 11,5 en empleados.
La Dra. Aline Masuda, profesora de EADA Business School y colaboradora del informe ha apuntado: “las crisis, por definición, siempre perjudican a la mujer. Hasta ahora, la ecuación nos indicaba que a mayor presencia directiva femenina se daba mayor igualdad salarial, pero con la COVID 19 no ha sido así. Que haya mujeres directivas es claramente constatable, no así la brecha salarial, más fácil de esconder”.
Igualmente, la Dra. Masuda considera que esta crisis debería forzar un replanteamiento en el modelo de dirección y organización del trabajo. Por ello manifestó: “Hemos descubierto que con el teletrabajo el presencialismo no es tan necesario, algo que afectaba enormemente a la conciliación y a la retribución de la mujer”.
Al respecto, el informe señala: «hay que formar a los directivos en la gestión del tiempo y la gestión a distancia por objetivos. A medio plazo, con la progresiva digitalización y la creación de protocolos para regularizar el teletrabajo, éste puede convertirse en una herramienta útil para conciliar mejor.»
Recomendaciones del informe
- Nivel empresarial:
-Promover la creación de puestos de trabajo neutros. Rediseñarlos.
-Desarrollar planes de carrera.
-Utilizar y dar verdadero valor a las herramientas de equidad. - Nivel legislativo:
-Impulsar normativas que más que castigar, beneficien a las empresas.
-Normativas que promuevan la creación de puestos de trabajo neutros.
-Promover equidad en sectores masculinizados o feminizados. - Ámbito cultural y personal:
-Trabajar en el cambio de estereotipos.
-Promover el estudio de carreras sin género.
-Generar conciencia de nuestro lenguaje.