En algún momento de nuestra vida, se nos presenta la situación de tener que en público. Una experiencia que, si bien es satisfactoria y motivadora para algunas personas, se puede convertir en un verdadero infierno para otras. Pero, se puede aprender a hablar en público. Así lo demuestra Mónica Galán en su libro Método Bravo (edita 2018). Con él nos enseña a cautivar a la audiencia en tan sólo cinco pasos: Bienvenida, Reconocimiento, Autoridad, Valor y Ovación.
Antes de comenzar a explicar los cinco factores mencionados, la autora destaca el efecto del diamante de la oratoria, que tiene en cuenta la temática, el ponente – a ti mismo – y el acercamiento a la audiencia. Tres dimensiones que, según Mónica Galán, aumentarán gracias al Método Bravo.
Mónica Galán nos enseña a cautivar a la audiencia en tan sólo cinco pasos: Bienvenida, Reconocimiento, Autoridad, Valor y Ovación.
En primer lugar, se encuentra la B de Bienvenida, que tiene un peso específico en el discurso, ya que los primeros instantes sirven de filtro o premisa para procesar la información e ir conformando la opinión correspondiente. “Lo que tus palabras consigan suscitar condicionará la experiencia y la posterior opinión de tu audiencia”, destaca la autora, que asegura, además, que saberse a la perfección el comienzo de una ponencia es un remedio infalible para contrarrestar los nervios que se viven durante el principio de las presentaciones.
En segundo lugar, nos encontramos la R de Reconocimiento que, aplicado a la teoría del diamante que explicábamos anteriormente, se trata de reconocer a tu materia, reconocerte a ti mismo y reconocer (honrar) a tu audiencia. Mónica Galán recomienda, en este aspecto, “obsesionarse” de manera sana, empaparse de la temática elegida, ya que “cuanto más sepas, más sencillo será seleccionar y elegir los argumentos para exponer tu punto de vista único e irrepetible”.
Por otro lado, se encuentra la A de Autoridad, autenticidad, atención, aprobar. “La autoridad entendida como facultad o derecho para hablar sobre un tema viene determinada por tu conocimiento sobre el mismo, basado en el tiempo de estudio o la experiencia real que tengas sobre él”, es una reflexión de la autora que destaca, además, que la autoridad es sinónimo de credibilidad y puede lograrse a través del lenguaje verbal y el no verbal. Es fundamental que la expresión del cuerpo y la de la charla vayan acompasadas para que el público se lo crea.
La cuarta letra es la V de Valor que, como las anteriores, cuenta con tres enfoques: aportar valor en la temática con el discurso, aportar valor a tu audiencia y aumentar el valor personal. Para diseñar un mensaje que aporte valor al discurso, deberás hacer ACOPIO (acrónimo que te revelará como configurarlo) de todos tus conocimientos.
Acción: Mensaje orientado a que algo suceda
Claridad: que todo el mundo pueda entenderlo
Objetivo: diseña un mensaje con un fin en mente
Precisión: la credibilidad dependerá del rigor
Interesante: ¿por qué debe escucharte tu audiencia?
Oportuno: considera el contexto del mensaje y adáptalo a él.
Para finalizar, nos encontramos con la O de Ovación, es decir, el término de la presentación debe contener una conclusión impactante y aspiracional.