Las mujeres ocupan el 15,4% de los puestos directivos en España. Esto significa una mejora de más de tres puntos respecto a 2016, que alcanzó el 11,8%. En el inicio de la crisis -año 2008- la mujer ocupaba casi el 20%. La igualdad real aún no llega.
Sin embargo, la recuperación económica -con crecimientos del PIB de más del 3% durante los últimos 3 años- no ha supuesto una mayor presencia. Tampoco una reducción considerable de la brecha salarial que es del 17% (directivos), 11,7% (cuadros medios) y 12,1 (empleados).
La transparencia salarial puede ser un interesante punto de partida para conseguir la equidad
En cifras absolutas, la retribución media actual de un directivo es de 79.545 euros brutos anuales mientras que la de su homóloga femenina es de 68.072. Estos datos se desprenden del 12º informe anual ‘Diferencias salariales y cuota de presencia femenina’, presentado por ICSA Grupo y EADA Business School. El trabajo se ha elaborado a partir de una muestra que recoge datos salariales de más de 80.000 individuos empleados por cuenta ajena en España.
Menor presencia femenina y mayor brecha salarial
Tal y como se muestra en el gráfico existe una combinación, una ecuación algo perversa que se ha cumplido a lo largo de los últimos años. La crisis económica ha implicado menor presencia femenina directiva y mayor desigualdad salarial. Así y todo, este binomio está cambiando de sentido en cuanto la mujer está recuperando posiciones de dirección, reduciendo también las diferencias retributivas.
Indry Canchila, socia de ICSA y responsable del informe, asegura que “estamos ante un problema estructural, el sistema discrimina implícitamente. La desigualdad salarial también afecta las pensiones donde vemos el resultado de esas inequidades. Es necesario un cambio de fondo. Durante las movilizaciones del 1 de mayo pasado una de las reivindicaciones claras fue la igualdad; ahora más que nunca hemos de aplicar cambios reales en las organizaciones empresariales”.
Por su parte, la Dra. Aline Masuda, profesora de EADA Business School y colaboradora del informe asume que las cifras de este año han mejorado pero los cambios son demasiado lentos. “La crisis nos devolvió al control, la rigidez y la disponibilidad absoluta donde tenemos las de perder, pero, por primera vez y después de las diferentes manifestaciones, observo una voluntad real de cambio”.
Las mujeres representan 8,6% de las directoras generales en este país. Dentro de las áreas funcionales clásicas, sobresale la presencia femenina en RR.HH.
Canchila se pregunta si se están realizando los cambios necesarios en el diseño del puesto de trabajo del siglo XXI. “Cuánto gano y qué horario tengo son las únicas dos preguntas recurrentes desde hace décadas. Podemos y debemos innovar en este campo si no queremos continuar en una dinámica poco eficaz e inteligente”, indica.
Tres ejes de acción
Las dos expertas coinciden en señalar que hay tres campos esenciales donde centrar los esfuerzos: en el ámbito personal, en el empresarial y el político o dicho de otra manera en la educación y los valores; en las estructuras y modelos de gestión; y en el terreno legislativo.
Masuda considera que las políticas de igualdad “son, muchas veces, vagas e inconcretas, de difícil aplicación”. En este sentido subraya que la transparencia salarial puede ser un interesante punto de partida para conseguir la equidad. “Islandia y Alemania lo han hecho. A qué espera España” añade Masuda. Siguiendo con las comparativas internacionales y teniendo en cuenta los países vecinos Francia e Italia, el informe constata que la mujer directiva en España tiene más presencia, pero más brecha salarial que las francesas e italianas.
Las mujeres representan 8,6% de las directoras generales en este país. Dentro de las áreas funcionales clásicas, sobresale la presencia femenina en RR.HH con un 32%, seguida de la dirección financiera con un 19,5%.