Es un caleidoscopio de colores: extensos campos manchegos, encinares y pinares junto a yacimientos arqueológicos. Son los caminos de La Mancha, escoltados siempre por viñedos y salpicados de bodegas que hablan de la esencia de un pueblo que ha crecido entre vides. Toda esta magia es la que se vive recorriendo los ‘Caminos del Vino’ de La Mancha.
La Mancha: la superficie más extensa de viñedos de Europa cuyos pueblos han estado ligados desde siempre al cultivo de la vid y a la elaboración del vino, creando una relación especial entre aquellos que trabajaron los campos y los caldos que nacen en sus bodegas. ‘Caminos del vino’, la marca que identifica a la Ruta del Vino de La Mancha, y que forma parte del prestigioso Club de Producto Rutas del Vino de España, de ACEVIN, pretende trasladar este tipo de sensaciones a sus visitantes, para lo que acaba de crear un nuevo catálago que recoge diferentes programas diseñados para descubrir el espectáculo de la tierra manchega.
El paisaje único de La Mancha
‘Caminos del vino’ recorre los senderos que ya hicieran personajes de nuestra literatura más universal. Los siete pueblos que, actualmente, forman parte de este proyecto ofrecen una completa visión del espíritu de este territorio. En el corazón de La Mancha, Alcázar de San Juan es punto de encuentro de pueblos y culturas que la convierten en una ciudad moderna donde sigue vivo el espíritu de Don Quijote; Campo de Criptana, incrustado en la ladera de una prolongada colina, encarama sus casas por un anfiteatro natural hasta alcanzar la cima sobre la que se yerguen los molinos de viento y desde donde la llanura manchega se muestra con generosidad; Pedro Muñoz enseña al visitante el complejo lagunar con un inmenso valor medioambiental y turístico que ostenta la declaración de Reserva natural y Zona de Especial Protección de Aves; Socuéllamos, tierra de rojos atardeceres y posada de ilustres comendadores, se presenta plagado de vides, recuerdo de antiguos privilegios medievales mediante los que se concedían casa y viñas a quienes vinieran a poblarlo; Tomelloso, cuna de grandes figuras del arte, como Antonio López, Francisco García Pavón, Eladio Cabañero o Félix Grande, muestra sus contrastes y su larga historia ligada al vino y derivados; Villarrobledo, en Albacete, asentado sobre una fértil vega, convertido en el municipio de mayor producción de uva del mundo y con una larga tradición vitivinícola con siglos de antigüedad que ha dado como resultado la elaboración de vinos de calidad con personalidad propia, y San Clemente, en Cuenca, auténtica joya del Renacimiento Manchego, que a través de sus calles jalonadas de iglesias, conventos, pórticos y torres muestra uno de los conjuntos monumentales e históricos más hermosos de La Mancha.
Además, 75 establecimientos de todo tipo (alojamientos, restaurantes, agencias de viajes, empresas de dinamización turística y bodegas) completan la propuesta de ‘Caminos del Vino’. Un proyecto que contempla el turismo enológico como un acercamiento al territorio, queriendo llegar más allá de la simple visita a las bodegas y trasladar al visitante el espíritu de los pueblos y lugares por los que transcurre la ruta, su presente, su pasado, su Historia y sus historias.
Una ruta con el certificado de ACEVIN
‘Caminos del Vino’ está integrado en el Club de Producto Rutas del Vino de España, de ACEVIN (Asociación Española de Ciudades del Vino), un proyecto que cuenta con el respaldo de la Secretaría de Estado de Turismo y el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino y cuya principal línea de trabajo es la promoción de la cultura y el turismo del vino como herramienta complementaria para el desarrollo local. En total agrupa a 19 rutas del vino distintas de todo el país que representan otras tantas formas de adentrarse en rincones de las provincias españolas, generalmente poco conocidos a nivel turístico y en los que el vino y todo lo que le rodea está intrínsecamente vinculado a la cultura y la manera de vivir de esos lugares.
De esas 19 rutas, 11 están plenamente certificadas por ACEVIN, tras pasar por un proceso de examen en el que son verificados los criterios de calidad y normas de autorregulación que la Asociación y la Secretaría de Estado de Turismo han fijado en el Manual de Producto Turístico Rutas del Vino de España, donde se definen desde los requisitos de su sistema de gestión, señalización, promoción y comercialización hasta los que deben cumplir todos los establecimientos que forman parte de la Ruta. Dentro de estas once se encuentra ‘Caminos del Vino’, la Ruta del Vino de La Mancha, acreditando así la calidad de su oferta.