Este 3 de diciembre se conmemora el Día Internacional de las Personas con Discapacidad. Y hablar de discapacidad es hablar de accesibilidad, diversidad, derechos y, sobre todo, oportunidades.
Más de 1.300 millones de personas en el mundo tienen algún tipo de discapacidad, esto representa el 16% de la población mundial. En España, el 58% son mujeres (INE, 2020). Sin embargo, los datos reflejan un reto importante: solo el 27,8% de las mujeres con discapacidad en España tiene empleo, frente al 36,8% de los hombres. Esta brecha, que combina desigualdad de género y barreras de accesibilidad, muestra que aún queda mucho por hacer para lograr una inclusión real.
Accesibilidad en las empresas
La inclusión no ocurre por sí sola: hay que trabajarla. La accesibilidad es el primer paso. Más allá de rampas y ascensores, es fundamental que las empresas diseñen entornos laborales inclusivos para todas las personas: desde procesos de selección adaptados hasta espacios cómodos y funcionales que permitan a cada persona desarrollar su potencial.
Los espacios accesibles son más diversos, fomentan la innovación y fortalecen el compromiso de los equipos, reteniendo el talento. Además, apostar por la accesibilidad es mucho más que cumplir normativas: es un valor estratégico. En un mundo en el que los criterios ESG (ambientales, sociales y de gobernanza) son esenciales para el desarrollo sostenible, integrar políticas inclusivas posiciona a las empresas como referentes en sostenibilidad social. Más importante aún, contribuye a construir una sociedad más justa y equitativa.
El diseño accesible también impacta positivamente en el día a día de todas las personas. Soluciones creadas para eliminar barreras terminan mejorando la experiencia de todos: señalización clara en oficinas, aplicaciones intuitivas o subtítulos en vídeos corporativos. Este enfoque convierte la accesibilidad en una herramienta de transformación global.
El Día Internacional de las Personas con Discapacidad nos recuerda la importancia de pasar de las palabras a los hechos. Garantizar que las personas con discapacidad puedan participar plenamente en el mercado laboral no es solo un derecho: es una oportunidad. Es una manera de construir empresas más diversas, sostenibles e innovadoras.
Hoy, más que nunca, es el momento de abrir las puertas al talento sin excepciones. Porque un mundo accesible no es solo más inclusivo, es más competitivo, humano y sostenible.
La accesibilidad no es el destino; es el camino para construir un futuro sin barreras.