El estrés aumenta la adrenalina que provoca un incremento de la tensión arterial, importante factor de riesgo cardiovascular. Además, hace que aumente la frecuencia cardíaca y puede producir alteraciones metabólicas. Cuando el paciente vive una situación de estrés continuado, puede desembocar en la aparición de arritmias y, en pacientes que las padecían con anterioridad, aumentar su frecuencia.
El ritmo de vida acelerado, las inquietudes y los problemas en el ámbito laboral, entre otros, se han establecido como algunos de los factores desencadenantes del estrés, que ha pasado a convertirse en uno de los grandes males de la sociedad actual. Y, aunque el estrés afecte en varios aspectos a la salud de las personas que lo padecen, repercute de manera significativa en la salud cardiovascular.
El estrés aumenta la secreción de catecolaminas, entre las que destacan la adrenalina y la noradrenalina que provocan un incremento de la tensión arterial, importante factor de riesgo cardiovascular. Asimismo, el estrés puede aumentar la frecuencia cardíaca y producir alteraciones metabólicas, que tienen como consecuencia un aumento de los niveles en sangre de azúcares y grasas.
“El incremento de la tensión arterial, de la frecuencia cardíaca y las alteraciones metabólicas favorecen el desarrollo de la aterosclerosis, lo que puede desencadenar complicaciones cardiovasculares asociadas, tales como infartos, anginas de pecho y accidentes cerebrovasculares”, explica el Dr. Francisco Chorro, vicepresidente de la Sociedad Española de Cardiología (SEC).
Por lo general, siempre se ha relacionado el hecho de ocupar un cargo profesional de responsabilidad, con un mayor grado de estrés.
Por lo general, siempre se ha relacionado el hecho de ocupar un cargo profesional de responsabilidad, con un mayor grado de estrés. Sin embargo, esto no es del todo cierto, si tenemos en cuenta que el estrés está directamente relacionado con una situación personal de incertidumbre e inseguridad que puede no estar vinculada a la actividad profesional. “Esta situación, unido al grado de responsabilidad en el trabajo, puede hacer a las personas más vulnerables ante el estrés”, matiza el Dr. Chorro.
Si esta situación no varía, y el paciente vive una situación de estrés continuado, puede desembocar en la aparición de arritmias y, en pacientes que las padecían con anterioridad, aumentar su frecuencia. Tal y como afirma el vicepresidente de la SEC, “en algunos casos se trata de arritmias que no tienen repercusiones, pero en otros casos pueden ser importantes, ya que pueden favorecer la aparición de diversas complicaciones, especialmente si existen antecedentes de cardiopatías”.
Modificar las situaciones que producen estrés, “si es posible revitalizar las situaciones de la vida diaria y adoptar hábitos de vida saludable son las mejores formas de combatir el estrés”, concluye el Dr. Chorro.
Sociedad Española de Cardiología – Fundación Española del Corazón / María Canle
Para más información: www.secardiologia.es
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